Alan Garc¨ªa crea un Gobierno de l¨ªnea dura tras la revuelta de los ind¨ªgenas

Lo que acaba de hacer el presidente peruano, Alan Garc¨ªa, es m¨¢s que un mero relevo en la cabeza del Gabinete, su tercer Gabinete desde que gan¨® las presidenciales de 2006. Es un cambio radical en el Ejecutivo. Quiz¨¢ el ¨²nico punto en com¨²n entre el nuevo presidente del Consejo de Ministros, Javier Vel¨¢squez Quesqu¨¦n, y su antecesor, Yehude Simon, es que ambos provienen de la misma regi¨®n, Lambayaque, al norte del pa¨ªs. El resto son diferencias.

Simon era un personaje ajeno al partido que gobierna, con declaradas ambiciones de ser candidato presidencial en los comicios del 2011, que llegaba con fama de ser un hombre dialogante y conciliador. Vel¨¢squez es hombre del partido aprista, disciplinado defensor del Gobierno y considerado un "incondicional" del presidente. Su llegada al cargo de jefe de Gabinete representa el retorno del partido de Gobierno a los mandos del ejecutivo. As¨ª qued¨® claro desde el momento mismo de su juramento, cuando fue aplaudido por una nutrida masa aprista que colm¨® el Sal¨®n Dorado del palacio de Gobierno.

Las comunidades indias desconf¨ªan del mandatario y de su nuevo equipo

Los antecedentes de Vel¨¢squez y su antecesor tambi¨¦n son dis¨ªmiles. Mientras que Simon llegaba al cargo hace algo m¨¢s de ocho meses luego de una bien considerada gesti¨®n como presidente regional de Lambayeque, el nuevo presidente del Consejo de Ministros viene de ser presidente del Congreso, una de las instituciones pol¨ªticas menos populares en el pa¨ªs, con cifras de aprobaci¨®n p¨²blica apenas superiores al 10%, seg¨²n recientes sondeos, y constantes sospechas de corrupci¨®n. Incluso el mismo Vel¨¢squez fue acusado recientemente de copar con militantes del partido las oficinas del Parlamento durante su gesti¨®n como presidente.

"Espero que sea el ¨²ltimo Gabinete presidencial al que le tomo juramento", dijo Garc¨ªa el s¨¢bado. Si se atiende a las circunstancias que originaron la salida de los anteriores jefes de Gabinete, esta declaraci¨®n se puede interpretar como la esperanza de que el resto de su mandato transcurra sin mayores crisis. El primer Gabinete de Garc¨ªa, liderado por el aprista Jorge del Castillo, fue relevado luego de que el esc¨¢ndalo de los Petroaudios, una serie de grabaciones que evidenciaron presuntos sobornos para favorecer a una petrolera en la entrega de exploraciones, embarrara a conocidos personajes del partido de Gobierno.

El segundo Gabinete, el encabezado por Simon, no resisti¨® la protesta de los nativos de la selva peruana ante un paquete de leyes del Ejecutivo que, seg¨²n ellos, atentaban contra la propiedad de sus tierras. Tras dos meses en huelga, la protesta deriv¨® en enfrentamientos que acabaron con 34 muertos, entre ellos 24 polic¨ªas. Ahora, una de las principales misiones de Vel¨¢squez ser¨¢ velar por el cumplimiento de los compromisos asumidos por su antecesor para desactivar las protestas, no s¨®lo en la selva peruana, tambi¨¦n en varias localidades del sur del pa¨ªs.

Sin embargo, la oposici¨®n ha asumido la designaci¨®n con escepticismo. "Ser¨¢ un Gabinete de choque y represi¨®n", considera Mario Huam¨¢n, secretario general de la Confederaci¨®n General de Trabajadores de Per¨² (CGTP). Por su parte, Carlos Tapia, portavoz del partido nacionalista de Ollanta Humala, declar¨® que con Vel¨¢squez "se impone la l¨ªnea dura en el Gobierno".

Tampoco los nativos se mostraron muy de acuerdo: "El Gabinete ser¨¢ de corte alanista y eso no nos da ninguna confianza", declar¨® Daysi Zapata, presidenta en funciones de Aidesep, la asociaci¨®n que representa a la mayor¨ªa de poblaciones amaz¨®nicas.

"Es una muy mala noticia", comenta sobre la designaci¨®n el periodista y ex ministro del Interior en el Gobierno de Alejandro Toledo Fernando Rospigliosi, en una columna publicada ayer en el diario La Rep¨²blica. "En primer lugar, es un pol¨ªtico de capacidades muy limitadas.

En segundo lugar, es todo lo opuesto a lo que ofreci¨® Alan Garc¨ªa en la campa?a electoral. En tercer lugar, no aporta una cuota de popularidad al Gobierno, cosa que Garc¨ªa necesita con urgencia despu¨¦s de su estrepitoso derrumbe en las encuestas". Rospigliosi opina que Vel¨¢squez "ser¨¢ un ministro-secretario, obsecuente a los dictados del presidente. Como no tiene peso propio y le debe todo a Garc¨ªa, ser¨¢ incapaz de decir que no".

"El pa¨ªs espera orden e inclusi¨®n social", declar¨® Garc¨ªa, quien ayer renov¨® a otros cinco nuevos ministros, entre ellos los de Defensa, Interior y Justicia. Para que se cumpla su deseo de que ¨¦ste sea su ¨²ltimo Gabinete, Vel¨¢squez tendr¨¢ que hilar fino y cerrarle la boca a sus cr¨ªticos.