Cinco municipios hacen las paces con las pol¨¦micas antenas de telefon¨ªa
Vecinos, ayuntamientos y operadores acuerdan el despliegue de infraestructuras
"La situaci¨®n es la que es: no podemos preparar una tortilla sin romper los huevos". La frase es del consejero de Gobernaci¨®n, Jordi Aus¨¤s, ante un p¨²blico compuesto por alcaldes, operadores de telecomunicaciones y asociaciones de vecinos. La tortilla es la mejora de la competitividad de Catalu?a, que va intr¨ªnsecamente ligada al uso extensivo de las nuevas tecnolog¨ªas por parte de los ciudadanos, de las empresas y de las administraciones. Los huevos son las torres y antenas que se requiere desplegar para la penetraci¨®n tecnol¨®gica. Las contradicciones han surgido a menudo y por doquier, en lugares como L'Escala (Alt Empord¨¤), cuyo ¨¦xito tur¨ªstico se ve empa?ado por los problemas de cobertura de m¨®vil que critican reiteradamente los operadores tur¨ªsticos. Pero hay muchas formas de romper los huevos.
Las antenas se quitar¨¢n s¨®lo si plantean alguna incompatibilidad
Sabadell, T¨¤rrega, Santa Coloma de Gramenet, Solsona y Montblanc pactan
Asociaciones de vecinos de cinco municipios catalanes de lo m¨¢s diverso -Sabadell, Santa Coloma de Gramenet, Montblanc, T¨¤rrega y Solsona- acaban de sellar un pacto con sus respectivos gobiernos locales y con las empresas de telecos para que el despliegue de las infraestructuras (las antenas de la telefon¨ªa que tanta pol¨¦mica y rechazo han generado) se consens¨²e.
"Los recelos y hasta el miedo, aunque sean irracionales, no se desvanecen as¨ª como as¨ª. Pero el consenso para el despliegue es algo b¨¢sico y la clave de nuestro pacto ha sido el hecho de que podremos contar con una comisi¨®n de seguimiento que vigilar¨¢ c¨®mo se hacen las cosas", explica Francesc Sans, representante de los n¨²cleos agregados de T¨¤rrega y que admite la existencia de "problemas de cobertura" en la zona. La concejal de esta localidad Nat¨¤lia Lloreta explica que el consenso ha sido posible en este caso porque el Ayuntamiento de su localidad ha puesto edificios p¨²blicos a disposici¨®n de los operadores para que instalen all¨ª sus antenas. Y tambi¨¦n para que ¨¦stos compartan infraestructuras.
Desde el Gobierno catal¨¢n, que lleva tiempo barruntando c¨®mo impulsar estos pactos, se admite que, "en algunos casos", los acuerdos obligar¨¢n a un traslado de antenas. "Pero cuidado. Una antena no se quitar¨¢ s¨®lo porque los vecinos digan que molesta, sino s¨®lo si plantea alguna incompatibilidad con la planificaci¨®n urban¨ªstica o con la normativa medioambiental vigente", subraya Antoni Torredemer, desde la Direcci¨®n general de Redes e Infraestructuras de Telecomunicaciones de la Generalitat, y quien asegura que el 99% de las antenas cumplen con esta ¨²ltima normativa.
Una cosa es la normativa espa?ola y catalana (de 2001), que establece cuestiones como distancias m¨ªnimas de las antenas o sobre niveles de emisiones permitidos, y otra cosa el impacto visual. Los operadores admiten que no han hecho siempre las cosas bien, sobre todo al principio. "En los inicios de la telefon¨ªa m¨®vil el despliegue se realiz¨® con cierto desorden, pudo hacerse mal. Pero tambi¨¦n es cierto que se nos dio un plazo de tiempo cerrado para conseguir cierta cobertura y, si no, no hab¨ªa licencia", recuerda Kim Faura, director general de Telef¨®nica en Catalu?a. A ese desorden se suma la estridencia de las primeras antenas. "De aquellas antenas enormes, blancas y rojas a las de hoy hay m¨¢s que un trecho. Hoy, las antenas son ¨¢rboles, chimeneas... su impacto visual es casi cero", enfatiza, inquieto porque "persisten ordenanzas municipales muy restrictivas".
Telef¨®nica, Vodafone, Orange y Yoigo han firmado los primeros cinco pactos locales, que, seg¨²n el consejero Aus¨¤s, se ir¨¢n implantando de forma progresiva, o eso se intentar¨¢, en otros municipios de Catalu?a. La Secretar¨ªa de Telecomunicaciones calcula que entre lo que queda de este a?o y 2010 se pondr¨¢n cerrar pactos en otros 12 municipios. "Sobre todo est¨¢n pensados para ciudades medianas, donde se haya producido un despliegue r¨¢pido. No creo que en Barcelona se piense en ir por esta v¨ªa", a?ade Torredemer.
"Te guste o no, s¨®lo desde dentro se pueden cambiar las cosas", comenta por su parte Teresa Jim¨¦nez, desde la Federaci¨®n de Entidades Vecinales de Santa Coloma de Gramenet, que tambi¨¦n ha firmado su pacto. "Lo importante es regular, porque los vac¨ªos legales han sido peligrosos. Lo importante es que los vecinos estemos representados", a?ade.
Para lograr el consenso social se ha aplicado una metodolog¨ªa desarrollada por el Centro de Investigaci¨®n en Gobernanza del Riesgo de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB) y el Instituto INE3 de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que pasa por un diagn¨®stico de la situaci¨®n, la identificaci¨®n de los agentes implicados y sus intereses y la realizaci¨®n de infinidad de reuniones. Ha sido clave la participaci¨®n de mediadores entre las partes.
El consorcio de ayuntamientos Localret estim¨® en 2008 que al menos se requerir¨¢ en los pr¨®ximos a?os instalar el 20% m¨¢s de antenas. Las dos inquietudes b¨¢sicas que generan ¨¦stas son el impacto visual y los recelos que, pese a la inexistencia de pruebas cient¨ªficas que relacionen las emisiones de las antenas permitidas con problemas de salud seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), el temor siempre es libre.
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