Cl¨¢sicos prodigiosos
Cl¨¢sicos prodigiososEl verano parece una estaci¨®n propicia a los cl¨¢sicos. ?Qui¨¦n se priva de un buen par de horas seguidas de lectura, o m¨¢s, aprovechando las vacaciones? Los cl¨¢sicos proporcionan seguridad: uno sabe que tiene tiempo por delante, que se lo ha ganado y que la lectura es un placer que se aprecia doblemente si la lentitud y la libertad lo acompa?an.
Empecemos por Francia. No puedo ocultar mi debilidad por Flaubert y ese admirable libro inconcluso que es Bouvard y P¨¦cuchet. En 1872, con cincuenta a?os a las espaldas, Flaubert no se encuentra bien de salud, la muerte acecha (Louise Colet, George Sand, Teophile Gautier), pasa por serias estrecheces econ¨®micas y, en un ataque de negrura, decide escribir lo que se calific¨® de "gigantesca enciclopedia de la memez". Bouvard y P¨¦cuchet son dos oficinistas rutinarios que se pasan el d¨ªa copiando insulsos papeles: pura rutina. Y, de pronto, Bouvard hereda una fortuna y ambos amigos se retiran al campo con la sola intenci¨®n de aprender cuanto se ha escrito; lo que ocurre es que su mediocridad, la lectura indiscriminada y el ut¨®pico af¨¢n por saberlo todo les conduce al disparate. Ese saber que se convierte en un dislate no est¨¢ lejos de la situaci¨®n actual en que la vulgarizaci¨®n de la informaci¨®n nos aleja cada vez m¨¢s de las fuentes de verdad. Un libro maravillosamente escrito -todo Flaubert es un prodigio de precisi¨®n-, actual, luminoso e imperecedero.
La imaginaci¨®n espec¨ªficamente jamesiana del relato es un excitante enigma acerca del problema mismo de la creaci¨®n
Edith Wharton nos deja un testimonio singular y valios¨ªsimo sobre el conflicto que acab¨® con la vieja Europa
Y en prodigio no le va a la zaga Marcel Proust. Con la publicaci¨®n del s¨¦ptimo y ¨²ltimo volumen de En busca del tiempo perdido (El tiempo recobrado) finaliza la laboriosa traducci¨®n de Carlos Manzano de una de esas raras obras que alcanzan el grado de genialidad. La novela del siglo XX ser¨ªa inconcebible sin el aporte de dos maestros que abren puertas a¨²n no cerradas: Henry James y Marcel Proust. El primero aporta la teor¨ªa del punto de vista; el segundo, el sentido moderno del tiempo. En busca del tiempo perdido es una lectura obligada de toda persona culta y de todo aquel que quiera sumergirse en una vida compleja, rica, apasionante y plena de intensidad que se abre, se recorre e incluso se saborea a partir de una magdalena.
Y, hablando de Henry James, aparece por primera vez en Espa?a El sentido del pasado. Un d¨ªa de oto?o de 1900, James se encuentra con el editor americano de Kipling, F. N. Doubleday, que le propone escribir otra serie de relatos de fantasmas en la l¨ªnea de Otra vuelta de tuerca. Entonces James concibi¨® la historia de Ralph Prendel, un joven norteamericano que hereda una casa en Londres y, cuando entra en ella, descubre que el pasado se halla all¨ª. En ella encuentra el retrato familiar de un joven antepasado, y una noche, a la luz de una vela y ante un espejo, descubre que es ese joven del pasado, el cual, a su vez, ahora desea visitar el presente; entonces comprende que cuando vuelva a entrar en la casa se cambiar¨¢ con ¨¦l. Ah¨ª se detiene el libro, inconcluso. Evidentemente, James se sinti¨® incapaz de concluir su fantasmal historia. Tan s¨®lo nos quedan las notas posteriores, donde especula sobre la continuaci¨®n del relato. Pero el drama, el problema del pasado que atrapa y la imaginaci¨®n espec¨ªficamente jamesiana del relato es todo un excitante enigma acerca del problema mismo de la creaci¨®n. Un libro singular y fascinante, un reto y un misterio todav¨ªa vivos.
Amigo de James fue Iv¨¢n Turgu¨¦nev, de quien llegan sus Novelas cortas, un volumen impagable ordenado y traducido por V¨ªctor Gallego. En su pr¨®logo, Gallego advierte con claridad del sentido de esta recopilaci¨®n al hacer notar que, si en sus novelas Turgu¨¦nev "analiza problemas de ¨ªndole social o se ocupa de la pintura de tipos y modelos caracter¨ªsticos de un determinado momento hist¨®rico", en sus novelas cortas, por el contrario, el centro es la intimidad de las personas en torno a un espacio de su vida en el que "confiesan un error, una conducta vergonzosa, una oportunidad perdida". La exquisita sensibilidad de Turgu¨¦nev describe lo que sus personajes hacen y dicen y es desde esa posici¨®n narrativa desde donde nos muestran el interior de sus miedos, sus angustias, sus expectativas, sus extrav¨ªos.
Al rev¨¦s que Turgu¨¦nev, Nikol¨¢i Leskov es un escritor inmerso en la tradici¨®n rusa. Mientras Tolst¨®i, Dostoievski o Turgu¨¦nev hacen confluir la literatura rusa con su hom¨®nima occidental, Leskov se aparta de todas las novedades que trae consigo la novela decimon¨®nica y se centra en el relato cl¨¢sico, tanto en temas como en escritura. Por razones de trabajo, Leskov viaj¨® extensamente por Rusia, cuyas tradiciones, costumbres y modos de vida conoci¨® muy bien, y de ello se aprovecha para contar sus historias. Su escritura es sumamente original precisamente por no apelar a modas exteriores. Su obra m¨¢s celebrada es Lady Macbeth de Mtsenk, que Shostak¨®vich convirti¨® en una ¨®pera admirable. El peregrino encantado cuenta la historia de Iv¨¢n Severianich, un gigante que ha vivido una vida tormentosa es una sucesi¨®n de aventuras y hechos extraordinarios que relata a sus compa?eros de viaje mientras se dirige a un monasterio donde espera encontrar aquello que le falta por entender: lo que pueda dar sentido a esa vida exuberante que ha vivido.
Pero antes de la novela decimon¨®nica un gran libro crear¨ªa un gran mito, el ¨²ltimo gran mito del mundo occidental, pues los que podr¨ªan haberlo seguido, como Dr¨¢cula o el monstruo de Frankenstein, son m¨¢s s¨ªmbolos que mitos. Es el Fausto de Goethe. M¨¢s de sesenta a?os estuvo Goethe empe?ado en la escritura de esta obra; es decir: empez¨® a escribirlo siendo joven y lo finaliz¨® en su l¨²cida vejez. Naturalmente, en un principio es el ansia de saber lo que empuja a su personaje coincidiendo con la juventud del autor; despu¨¦s, la lucidez y la transformaci¨®n de la individualidad en un deseo de solidaridad muestran el cambio de visi¨®n de la madurez hacia una visi¨®n m¨¢s abierta del mundo ("a muchos millones de hombres les abro espacios donde puedan vivir, no seguros, es cierto, pero s¨ª libres y en plena actividad"). El pacto con el diablo tiene una intenci¨®n que se tuerce cuando la sabidur¨ªa obliga a Fausto a pensar qu¨¦ significa ese pacto con el diablo, incluso qu¨¦ parte de la naturaleza humana es el diablo. Se trata de un tema que est¨¢ en el centro de nuestro sentido de la vida, en el centro de la condici¨®n humana. La traducci¨®n de Miguel Salmer¨®n es excelente.
Edith Wharton, bien conocida por el lector espa?ol, amiga y disc¨ªpula de Henry James, comparece por partida doble. De una parte, con un relato titulado Almas rezagadas. Es la historia de una mujer que se divorcia de su marido para convivir con su amante, un artista prometedor. El problema se plantea cuando el entorno social -en este caso representado por las gentes biempensantes del hotel- presiona para que contraiga nuevo matrimonio, a lo que el amante no se opone, pero ella s¨ª. En realidad, lo que ¨¦l desea es asentarse y volver a escribir, reducirla a ella al papel de musa en casa, y Lydia se encuentra en una encrucijada. El final es abierto. El otro libro se titula Francia combatiente y es una narraci¨®n de sus experiencias en el frente de batalla durante la Primera Guerra Mundial. Wharton resid¨ªa en Francia desde cuatro a?os antes. La invasi¨®n alemana de 1914 le produjo tal impacto que queda reflejado en este libro; una faceta in¨¦dita, pues: la de escritora reconvertida en audaz reportera de guerra que nos deja un testimonio singular y valios¨ªsimo sobre el conflicto que acab¨® con la vieja Europa, dentro de la cual viv¨ªa ella rodeada por la mejor sociedad de la ¨¦poca, lo que no fue ¨®bice para que realizara hasta seis arriesgadas expediciones a la zona de combate. Un libro fascinante.
Nathaniel Hawthorne es el primer novelista norteamericano y Sherwood Anderson el primer novelista norteamericano moderno. Hawthorne, originario de Nueva Inglaterra, escribe como un puritano: acosando al alma, pues no en vano pertenec¨ªa a una antigua familia de estirpe calvinista. Musgos de una vieja casa parroquial es un libro de relatos que tienen como fondo esa casa parroquial de Concord donde se hosped¨® un verano para escribir estos cuentos a veces fantasmag¨®ricos, a veces aleg¨®ricos, que nacen de la extraordinaria imaginaci¨®n de un hombre capaz de sublimar por medio de ella su educaci¨®n puritana. Sus temas son el mal, la moral y el pecado; su estilo, un romanticismo oscuro y fatalista que se manifiesta en claroscuro. El libro contiene relatos maestros como 'La hija de Rapaccini', 'El joven Goodman Brown', 'El entierro de Roger Malvin' o 'Egotismo o la serpiente en el pecho'.
George Willard es un joven vecino de Winesburg que anhela salir de su pueblo y convertirse en escritor. Escribe para el peri¨®dico del pueblo y contempla a sus habitantes, gente normal y corriente. Sherwood Anderson concibi¨® un modo de narrar que cambi¨® el viejo naturalismo por un realismo de nuevo cu?o que se convirti¨® en el origen de todo el posterior realismo americano. Winesburg, Ohio es un conjunto unitario de relatos que opera como una novela, pues Anderson sosten¨ªa que "la verdadera historia de la vida no era m¨¢s que una historia de momentos". As¨ª novel¨® la vida de Winesburg, por un novedoso sistema de aproximaciones parciales (sus diversos habitantes) al total (la vida del pueblo). Willard es el cl¨¢sico ejemplo de escritor que empieza observando lo que tiene alrededor, el mundo de su juventud, para crear un espacio propio y, a partir de ah¨ª, abrir la puerta y salir a conocer el mundo; el chico que sale del pueblo a buscar la vida. Con ello crea tambi¨¦n un modo de mostrar las cosas como son, bien distinto del modo seudovictoriano de sus antecesores inmediatos.
El ¨¢ngel que nos mira. Thomas Wolfe. Traducci¨®n de Jos¨¦ Ferrer. Valdemar. Madrid, 2009. 736 p¨¢ginas. 34 euros. Un caso acabado Graham Greene. Traducci¨®n de Jaime Zuleika e In¨¦s Cano. RBA. Barcelona, 2009. 320 p¨¢ginas. 20 euros. Un pu?ado de polvo. Evelyn Waugh. Traducci¨®n de Carlos Manzano. RBA. Barcelona, 2009. 18 euros. El filo de la navaja. Somerset Maugham. Traducci¨®n de Fernando Calleja. RBA. Barcelona, 2009. 320 p¨¢ginas. 22 euros. Exc¨¦ntricos ingleses. Dame Edith Sitwell. Traducci¨®n de Jordi Fibla. Lumen. Barcelona, 2009. 368 p¨¢ginas. 20,90 euros. El Don apacible. Mija¨ªl Sh¨®lojov. Traducci¨®n de Jos¨¦ La¨ªn Entralgo. RBA y Debolsillo. Barcelona, 2009. 4 tomos. 24 euros. Bouvard y P¨¦cuchet. Gustave Flaubert. Edici¨®n de Jordi Llovet. Traducci¨®n de Jos¨¦ Ram¨®n Monreal. Mondadori. Barcelona, 2009. 672 p¨¢ginas. 24,90 euros. En busca del tiempo perdido. El tiempo recobrado. Marcel Proust. Traducci¨®n de Carlos Manzano. Lumen. Barcelona, 2009. 400 p¨¢ginas. 21,90 euros. El sentido del pasado. Henry James. Traducci¨®n de A. L¨®pez Tobajas y M. Tabuyo. El Cobre. Barcelona, 2009. 331 p¨¢ginas. 23 euros. Novelas cortas. Ivan Turgu¨¦nev. Traducci¨®n de V¨ªctor Gallego. Alba. Barcelona, 2009. 568 p¨¢ginas. 34 euros. El peregrino encantado. Nikol¨¢i Leskov. Traducci¨®n: Fernando Otero. Alba. Barcelona, 2009. 288 p¨¢ginas. 22 euros. Fausto. Johann Wolfgang von Goethe. Traducci¨®n de Miguel Salmer¨®n. Espasa. Madrid, 2009. 360 p¨¢ginas. 23,50 euros. Almas rezagadas. Edith Wharton. Traducci¨®n de Fernando Toda. Nortesur. Barcelona, 2009. 96 p¨¢ginas. 9 euros. Francia combatiente. Edith Wharton. Traducci¨®n de Pilar Ad¨®n. Impedimenta. Madrid, 2009. 218 p¨¢ginas. 19 euros. Musgos de una vieja casa parroquial. Nathaniel Hawthorne. Traducci¨®n de Marcelo Cohen. Acantilado. Barcelona, 2009. 488 p¨¢ginas. 28 euros. Winesburg, Ohio. Sherwood Anderson. Traducci¨®n de Miguel Temprano. Acantilado, Barcelona, 2009. 256 p¨¢ginas. 20 euros.

Tragedia, l¨ªrica y s¨¢tira del siglo XX
En realidad, Sherwood Anderson es quien nos da pie para entrar tranquilamente en el siglo XX, de manera que vamos a fijar la atenci¨®n, en primer lugar, en la historia de otro joven americano resuelto a descubrir el mundo: se trata de Eugene Gant, protagonista de una novela legendaria: El ¨¢ngel que nos mira, de Thomas Wolfe. Thomas Wolfe era un escritor compulsivo, de caudal incontenible, lo que hizo que sus editores tuvieran que trabajar de firme para dar forma a sus papeles. Tuvo la suerte de contar con un gran editor: Maxwell Perkins, de Scribner's. El ?ngel... fue su primera novela y le otorg¨® la celebridad. Cuenta la historia de un joven idealista y so?ador en el profundo Sur primero, despu¨¦s en Europa. El retrato de su Sur natal es excepcionalmente expresivo, con una prosa l¨ªrica, emotiva y turbulenta. La iniciaci¨®n a la vida de Eugene Gant despliega el tema central de la salida al mundo y la so?ada vuelta a casa desde la vivencia del artista atormentado por la creaci¨®n misma. Es un libro desmesurado, vital, autobiogr¨¢fico e incluso pat¨¦tico, dicho sea esto ¨²ltimo sin connotaciones negativas, y es tambi¨¦n un violento ejercicio de creaci¨®n literaria en busca de la gloria y la eternidad. La ambici¨®n de Wolfe no ten¨ªa l¨ªmites y ¨¦sa fue su fuerza y su cruz.
Graham Greene ha sido uno de los autores ingleses m¨¢s populares del pasado siglo. Su consagraci¨®n lleg¨® con la serie de novelas cuya problem¨¢tica moral est¨¢ ¨ªntimamente ligada a su confesi¨®n cat¨®lica: baste recordar obras como El poder y la gloria, El rev¨¦s de la trama o El fin de la aventura. De toda esa ¨¦poca quiz¨¢ sea Un caso acabado su novela m¨¢s completa y compleja. Un misterioso hombre blanco, ya mayor, se refugia, o se esconde, en una leproser¨ªa del Congo. Por medio de las personas que le rodean, vamos atisbando poco a poco las razones que lo llevaron a aquel lugar perdido del mundo: Querry es un conocido arquitecto cat¨®lico que ha elegido abandonar su pa¨ªs natal y unir su suerte a la de todos esos desgraciados y sus cuidadores porque ¨¦l mismo se considera un caso acabado... hasta que, de pronto, la aparici¨®n de un periodista remover¨¢ esa existencia apartada y acabar¨¢ por sacar a la luz el secreto de Querry. Las zonas de sombra y luz del personaje, que Greene domina a la perfecci¨®n, plantean una l¨²cida y atormentada relaci¨®n entre el bien y el mal sobre el fondo de un asunto siempre presente en sus novelas: el valor de la fe y el sentido de la santidad.
Evelyn Waugh es contempor¨¢neo de Greene. Su literatura se mueve en el terreno de la iron¨ªa y de la mordacidad y es un excelente observador de la sociedad inglesa, especialmente de la aristocracia y de las clases acomodadas. Su ingenio y sentido del humor le proporcionaron un reconocimiento un¨¢nime. Como Greene, fue un gran viajero y, tambi¨¦n como ¨¦l, de confesi¨®n cat¨®lica, si bien era mucho m¨¢s conservador. Como es de esperar en un hombre de humor, su sentido cr¨ªtico era muy afilado y, por muy conservador que fuera, no hizo concesiones a pesar de sus simpat¨ªas por la clase alta. Precisamente Un pu?ado de polvo -t¨ªtulo tomado de un verso de T. S. Eliot- es una s¨¢tira brillante e hiriente de un mundo aristocr¨¢tico cuya p¨¦rdida de valores convierte en banales todas las vidas que fluyen alrededor del personaje central, cuyo destino final es un desolado y cruel ejercicio de humor negro.
Es imprescindible traer aqu¨ª a uno de los mejores cuentistas ingleses del siglo pasado que, en esta ocasi¨®n, comparece con una novela que fue un ¨¦xito en su ¨¦poca y es la m¨¢s famosa entre las suyas. El filo de la navaja, de Somerset Maugham, es una novela en la tradici¨®n de la b¨²squeda de lo aut¨¦ntico, del cambio de vida o el peregrinaje en pos de valores de espiritualidad, de enriquecimiento personal. ?sa es la aventura de Larry Darrel, un hombre que necesita dar un sentido a su vida tras la traum¨¢tica experiencia de la Primera Guerra Mundial. Una novela tradicional que cumple con todas las reglas de la novela bien contada y que se convirti¨® en un best seller; llevada al cine con gran ¨¦xito en m¨¢s de una ocasi¨®n.
Dame Edith Sitwell encarnaba la suma de distinci¨®n de clase y distinci¨®n literaria en el Londres de la primera mitad del pasado siglo. Con sus hermanos form¨® uno de los m¨¢s selectos y exclusivos salones literarios, de gran influencia. Exc¨¦ntrica profesional ella misma, escribi¨® estos Exc¨¦ntricos ingleses, un libro maravillosamente inteligente y divertido que re¨²ne una serie de retratos de los m¨¢s disparatados representantes de la nobleza inglesa con una escritura tan brit¨¢nica que se ha convertido en un libro de culto de la anglofilia.
Y cerramos con Rusia. RBA y Debolsillo editan el primer volumen del autor m¨¢s prestigiado dentro de la Uni¨®n Sovi¨¦tica: El Don apacible, de Mija¨ªl Sh¨®lojov, alma del realismo socialista, hombre del Partido y s¨®lido narrador; una novela-r¨ªo a lo largo de la cual fluye la vida de los cosacos entre 1912 y 1921; es una epopeya protagonizada por un personaje muy bien construido que se mueve entre el psicologismo y un acusado lirismo tr¨¢gico en su historia de amor. Por este libro se le concedi¨® el Premio Nobel en 1965. -
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