La anhelada pel¨ªcula de Nijinski en YouTube era un montaje

Todo el siglo XX estuvo esperando este hallazgo: pel¨ªculas del mito del vuelo suspendido en el aire, el bailar¨ªn Vaslav Nijinski. Y ha sido Joan Acocella -una de las m¨¢s reputadas especialistas del mundo sobre los Ballets Russes de Serguei de Diaghilev- quien ha cortado las alas al supuesto descubrimiento en The New Yorker Literary Review.

Los fragmentos mudos de filmaciones de Nijinski, que aparecieron en YouTube hace apenas tres semanas, son un montaje. Ingenios mec¨¢nicos generados por ordenador y realizados por Christian Comte, un especialista que tiene un sofisticado estudio en Cannes con la infraestructura tecnol¨®gica necesaria para crear secuencias de baile a partir de fotograf¨ªas antiguas.

El m¨ªtico bailar¨ªn enloqueci¨® a los 28 a?os y muri¨® encerrado a los 50

Las im¨¢genes del montaje las realiz¨® hace un siglo Adolph de Meyer

Comte colg¨® unos deshilachados fragmentos mudos bajo el ep¨ªgrafe de La siesta del fauno, y escribi¨® al margen que proced¨ªan de 1912. Poco a poco, el mismo usuario, agreg¨® otros fragmentos m¨¢s de Nijinski bailando El espectro de la rosa, Scherezade y El Dios azul. En total, ocho fragmentos colgados que llegan a los tres minutos de metraje, y que resumen pr¨¢cticamente todos los ballets en los que intervino en su etapa parisiense como primer bailar¨ªn a las ¨®rdenes de Diaghilev, su jefe y amante.

Las fotograf¨ªas las hab¨ªa realizado en Par¨ªs un fot¨®grafo art¨ªstico de origen alem¨¢n, que se autocalificaba como bar¨®n, Adolph de Meyer (Par¨ªs, 1868-Los ?ngeles, 1946), que hizo, con la anuencia de Diaghilev, una detallada serie de fotograf¨ªas de La siesta del fauno que, paso a paso, recorr¨ªa toda la danza de la obra.

Todas las obras de Nijinski fueron, en su tiempo, ¨¦xitos controvertidos, pero ninguno como La siesta del fauno, que en realidad es lo ¨²nico que sobrevive en verdad de su labor creativa. El resto, como La consagraci¨®n de la primavera, Jeux o el Till Eulenspiegel, son aproximaciones o reconstrucciones en la medida que lo facilita la arqueolog¨ªa cor¨¦utica.

Pero, hasta el montaje de Comte en YouTube, no hab¨ªa ning¨²n fragmento de Nijinski, que es (o puede ser) el mayor bailar¨ªn del siglo XX. El hecho de que su carrera fuera tan corta (enloqueci¨® a los 28 a?os y muri¨® pr¨¢cticamente encerrado a los 50) propone un hueco m¨¢s dram¨¢tico.

Adem¨¢s, todos los bailarines y core¨®grafos desconfiaban del cinemat¨®grafo, como se?ala Acocella, en los albores del siglo XX, (menos Anna Pavlova, que era una enferma de la publicidad). Los cl¨¢sicos problemas de acople entre la velocidad real del baile y la que aportaban gr¨¢ficamente los rudimentarios fotogramas daban unos resultados poco convincentes. Hasta Diaghilev mand¨® a destruir las placas de una sesi¨®n de fotos en el Patio de los Leones del Alhambra de Granada por consideran que eran vulgares.

Comte ha reconocido la autor¨ªa de lo colgado en la red, y de paso, en sus declaraciones, aprovecha para hacerse publicidad acerca de un m¨¦todo de animaci¨®n que ha inventado. Como justificaci¨®n ha dicho: "Esto no difiere b¨¢sicamente de la manera en que Steven Spielberg logra que los dinosaurios corran en Parque jur¨¢sico". Asimismo, afirma que no intent¨® "pasar" los fragmentos como aut¨¦nticos, y que el equ¨ªvoco se acent¨²a al fechar al margen los estrenos de los ballets: 1910, 1911, 1912, sin datar la fecha del v¨ªdeo como tal.

Joan Acocella dice que ver el filme en Youtube fue para ella "como ver a la Atl¨¢ntida resurgir del mar". Pero la magia y la fascinaci¨®n duraron poco, sobre todo al ojo de esta especialista que conoce al dedillo las fotograf¨ªas. Para ella, lo colgado en YouTube se parec¨ªa demasiado a la est¨¦tica de esfumados postizos de Adolpd de Meyer. Este fot¨®grafo que luego se convertir¨ªa en el jefe de fotograf¨ªa de Harper?s Bazaar y su estilo marc¨® hasta al mismo Cecil Beaton. (Su archivo europeo se perdi¨® casi completamente en la II Guerra Mundial, pero esa es otra historia).

Las reacciones en YouTube se han dividido entre la admiraci¨®n y el reproche puro y duro. Entre estas dos posturas hay quienes sostienen que Comte simplemente "juega con su propia magia de pericia t¨¦cnica" o que "se trata de una forma de arte personal".

Acocella, que ha desvelado el entuerto, dice que Nijinski, para muchos, no es un bailar¨ªn, sino un icono con un historial de artista incomprendido, de genio loco y homosexual sacrificado por las circunstancias. Por eso considera que lo realizado por Comte no es un asunto banal. Va mucho m¨¢s all¨¢ de unos segundos de falsa poes¨ªa de la danza.