Leonard Cohen lleva la reventa a Cap Roig
Unas 2.000 personas siguieron ayer la actuaci¨®n del artista canadiense
El joven llega tarde, nervioso, se acerca a la taquilla y pregunta en un espa?ol bastante aceptable: "?Hay reventa?". "Un hombre por all¨ª arriba...", le responden las j¨®venes de detr¨¢s del mostrador. A diferencia de en el resto de sus conciertos en Espa?a, ayer Leonard Cohen arras¨® en el festival de los jardines de Cap Roig, en Calella de Palafrugell. Las entradas se hab¨ªan agotado a las cuatro horas de ponerse a la venta. Y hubo reventa, seg¨²n aseguraron tanto las taquilleras como el personal de la carpa VIP, aunque una persona de la organizaci¨®n del festival lo desminti¨®.
M¨¢s de 2.000 personas vieron salir al enjuto m¨²sico canadiense -74 a?os, cumplir¨¢ 75 el 21 de septiembre, d¨ªa de su concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona- casi como un reloj. Enfundado en su traje negro, a las diez y cuatro minutos entr¨® pausadamente en el escenario, se arrodill¨® y enton¨® su Dance me to the end of love. Montserrat ten¨ªa los ojos como piruletas escuchando a su ¨ªdolo. Ella, junto a su marido Josep, hab¨ªa reservado un fin de semana en Calella para ver a Cohen. Adem¨¢s, contaba feliz, "hoy cumplo 50 a?os". "Pero no de casados, es su cumplea?os", bromeaba Josep.
Durante tres horas la garganta profunda de Cohen reson¨® en los jardines de la Costa Brava mezclada con olor a hierba. Sea por deudas, sea por una mala inversi¨®n o por una mala amiga que huy¨® con el dinero de su jubilaci¨®n, los resistentes agradecieron ayer que el artista canadiense se haya subido de nuevo a los escenarios. El respetable aplaudi¨® hasta doler. Entre ellos se contaban tambi¨¦n compa?eros de profesi¨®n como Manolo Garc¨ªa o Antonio Carmona.
Marc, de Llan?¨¤, miraba tambi¨¦n a su artista preferido. "Y tengo 32 a?os", alardeaba para romper el t¨®pico de que Cohen es para otra generaci¨®n. "Estoy feliz", dec¨ªa escueto y deseoso de dejar de hablar para seguir escuchando al m¨²sico y a sus tres coristas. Hasta un poco de brisa se levant¨® de repente. Todo parec¨ªa pensado para que la noche fuera perfecta. Montserrat no daba cr¨¦dito. Su mejor cumplea?os.
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