Las pasiones verdaderas de los habitantes de Brideshead
Un libro saca a la luz los esc¨¢ndalos de la familia que inspir¨® la obra de Evelyn Waugh
Una familia aristocr¨¢tica, exc¨¦ntrica, tremendamente opulenta, marcada por el esc¨¢ndalo, la tragedia y finalmente la redenci¨®n religiosa. Un v¨¢stago hedonista, melanc¨®lico y autodestructivo, el hermoso Sebastian Flyte, que introduce a su amigo -el narrador de la historia- en una Arcadia ef¨ªmera que cobra el nombre de Brideshead. El universo recreado por Evelyn Waugh (1903-1966) en Retorno a Brideshead conforma su obra m¨¢s reconocida, aunque tambi¨¦n la m¨¢s denostada por quienes echan de menos ese esp¨ªritu ir¨®nico y mordaz con el que el autor diseccion¨® la sociedad de la ¨¦poca de entreguerras a lo largo de su producci¨®n.
Porque Waugh se entrega a la nostalgia en ese libro que una magn¨ªfica serie de la televisi¨®n brit¨¢nica logr¨® convertir en un fen¨®meno popular a los tres lustros de su muerte. La nostalgia de un tiempo, pero sobre todo de la amistad y cari?o que ¨¦l mismo comparti¨® con una familia a la que veneraba, que marc¨® su biograf¨ªa y acab¨® inspirando a sus personajes de Retorno a Brideshead. Los Flyte de la ficci¨®n, tal como sostiene la escritora Paula Byrne en el reci¨¦n publicado Mad world. Evelyn Waugh and the secrets of Brideshead, son la r¨¦plica de los Lygon de Madresfield, poderoso clan de terratenientes que abri¨® las puertas de su mundo privilegiado y decadente al joven Waugh. Tambi¨¦n asisti¨® a su ocaso, propiciado por un esc¨¢ndalo que protagoniz¨® el patriarca familiar en la corte de Jorge V.
Los Flyte de la ficci¨®n son la r¨¦plica de los Lygon, famoso clan de terratenientes
En Oxford, el autor fue compa?ero de juergas del segundo hijo
Arthur Evelyn St. John Waugh conoci¨® en Oxford a Hugh Lygon, el segundo hijo del conde de Beauchamp, compa?ero de juergas et¨ªlicas y homosexuales, que eran toleradas por los responsables de la universidad como fiebre pasajera de la juventud. El Waugh que tuvo tres amantes entre sus colegas masculinos -seg¨²n sostiene el libro de Byrne- acab¨® cas¨¢ndose dos veces y se convirti¨® en padre de seis hijos, previa conversi¨®n al catolicismo. Su amigo Hugh, incapaz de asumir su homosexualidad, se entregar¨ªa a la bebida propiciando su muerte prematura unos a?os m¨¢s tarde. La fascinaci¨®n del escritor por esa personalidad tr¨¢gica qued¨® plasmada en el personaje de Sebastian, con su mata de pelo rubio y su belleza de rasgos femeninos. Ambos compartieron temporadas en el castillo de Madresfield, la morada de los Lygon y un calco del Brideshead del libro, con su lujo inimaginable y su propia estaci¨®n de tren, que enlazaba las propiedades de la familia. All¨ª conoci¨® a las hermanas de Hugh, habitantes de un mundo caprichoso y casi irreal a ojos de ese hijo de la clase media -aunque acomodada- que era Waugh. Quiz¨¢ no resulte tan obvio identificar en ellas a un compendio de la Julia de Retorno a Brideshead, la hermana de Sebastian, aunque s¨ª se sabe que inspiraron uno de los cap¨ªtulos m¨¢s deliciosos de la segunda obra de Waugh, Cuerpos viles (1930), recreaci¨®n de un episodio real: a su regreso de una fiesta nocturna, las chicas Lygon no encontraban las llaves de su mansi¨®n londinense y decidieron buscar cobijo en la casa de "unos amigos", que result¨® ser el n¨²mero 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro, por aquel entonces Stanley Baldwin.
Cuando Waugh recal¨® en Madresfield, el se?or de la mansi¨®n viv¨ªa exiliado en el extranjero, al igual que su r¨¦plica en la ficci¨®n de Brideshead. Lord Lygon, el s¨¦ptimo conde de Beauchamp, era un arist¨®crata poderoso que adoraba a sus hijos, pero con una pronunciada debilidad por los sirvientes guapos que acab¨® convirti¨¦ndose en una cat¨¢strofe para la familia. En aquel 1929 era un secreto a voces -sus propios reto?os lo sab¨ªan y advert¨ªan a los invitados apuestos que cerraran la puerta de su habitaci¨®n con llave-, pero las crecientes indiscreciones del conde condujeron a su perdici¨®n. Durante una de las veladas en su castillo, uno de los comensales escuch¨® horrorizado c¨®mo el noble le susurraba al mayordomo "Je t'adore" (Te adoro, en franc¨¦s). Su cu?ado, el todav¨ªa mas obscenamente rico duque de Westminster, hizo llegar las pruebas al rey Jorge, abocando a lord Lygon al ostracismo social. Abandon¨® el pa¨ªs con la intenci¨®n de suicidarse en el extranjero para minimizar el impacto. Sus hijos lo evitaron, rot¨¢ndose en turnos para que siempre estuviera acompa?ado. Evelyn Waugh no les dio la espalda y permaneci¨® fiel a la familia hasta su movilizaci¨®n tras el estallido de la II Guerra Mundial. Pero Madresfield ya nunca fue lo mismo, como tampoco lo es en el libro ese Brideshead nost¨¢lgico al que acaba regresando su protagonista.
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