El plan de reforma sanitaria de Obama desata la guerra
Tabacaleras y aseguradoras financian la agresiva campa?a del 'no'
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cerr¨® ayer una semana en la que tuvo que rescatar las t¨¦cnicas aprendidas en la campa?a electoral para defender su plan de reforma sanitaria. Con tres m¨ªtines en peque?as localidades, art¨ªculos de opini¨®n en la prensa nacional, una campa?a publicitaria en la que sus aliados ya han invertido 24 millones de d¨®lares (16 millones de euros) y una petici¨®n formal de ayuda a su red de 13 millones de voluntarios, Obama espera retomar la iniciativa en un debate en el que sus oponentes han recurrido a falsos argumentos, insultos y gritos en los foros p¨²blicos en los que se ha debatido esta reforma.
"Cada vez que nos disponemos a aprobar la reforma sanitaria, los grupos de presi¨®n con intereses espec¨ªficos en el statu quo usan su influencia y a sus aliados pol¨ªticos para asustar y enga?ar a la ciudadan¨ªa americana", dijo el presidente en un mitin celebrado el s¨¢bado en Colorado. "Los que se oponen a la reforma dir¨¢n cualquier cosa con tal de asustaros sobre lo mucho que costar¨¢ pasar a la acci¨®n", a?adi¨® Obama. De hecho, algunas de las organizaciones privadas que orquestan las protestas populares, como FreedomWorks, est¨¢n financiadas por grandes empresas como la aseguradora MetLife o la tabaquera Philip Morris y por influyentes familias que apoyan la causa conservadora, como la del millonario Richard Mellon Scaife, tal y como revelaba ayer el diario The Washington Post.
Las inversiones en campa?as publicitarias son millonarias. Seg¨²n la consultora privada Campaign Media Analysis Group, ambos bandos han invertido 57 millones de d¨®lares en los pasados seis meses. Los partidarios de varios proyectos de reforma del sistema han invertido 48 millones, frente a los 9 de los oponentes.
"La verdad es que -y quiero ser totalmente honesto- no hay una cura perfecta e indolora que solucione todos los problemas y le conceda a todo el mundo una cobertura sanitaria perfecta", dijo el presidente en Colorado. "Lo que no se puede hacer, o s¨ª que se puede pero no se deber¨ªa hacer, es comenzar a decir cosas como que queremos instaurar comit¨¦s de la muerte para desenchufar a las ancianas", a?adi¨®. Obama, de quien sus propios asesores han dicho que ha perdido brevemente la iniciativa en el debate, ha decidido apelar al sentido de la responsabilidad de sus oponentes.
"No hay duda de que tropez¨® un poco, pero ahora las cosas se est¨¢n estabilizando", dijo uno de sus asesores m¨¢s cercanos, David Axelrod. "Lo que es seguro es que hay una campa?a incesante en marcha. Pero a¨²n no tengo claro cu¨¢l es su impacto".
Los oponentes de la reforma sanitaria, organizados a trav¨¦s de peque?os grupos no conectados directamente con ning¨²n partido pol¨ªtico, han irrumpido en los m¨ªtines celebrados por diversos congresistas en sus propios distritos electorales para pedir ideas a los votantes sobre la reforma sanitaria. Han gritado, han insultado a los pol¨ªticos y han acusado falsamente a Obama y los dem¨®cratas de querer implantar comit¨¦s de la muerte para financiar la eutanasia o de solicitar acceso indiscriminado del Gobierno a las cuentas corrientes de la ciudadan¨ªa.
Obama intent¨® recuperar la iniciativa la semana pasada con tres actos en New Hampshire, Montana y Colorado, Estados con representantes que le pueden ser de ayuda, por ser dem¨®cratas conservadores o republicanos moderados. All¨ª, advirti¨® de que los ciudadanos est¨¢n siendo manipulados por los poderes f¨¢cticos, que ya truncaron el anterior intento de instauraci¨®n de cobertura sanitaria universal, en el primer mandato de Bill Clinton.
El presidente public¨® adem¨¢s ayer un art¨ªculo de opini¨®n en el diario The New York Times en el que detallaba las razones por las que es necesario reformar un sistema sanitario privado que, con un coste de dos billones de d¨®lares, es uno de los m¨¢s caros del mundo. "Frente a todas esas t¨¢cticas del miedo que vemos, lo que de verdad asusta -lo verdaderamente arriesgado- es la posibilidad de no hacer nada. Si mantenemos el statu quo, veremos c¨®mo cada d¨ªa 14.000 americanos pierden su seguro m¨¦dico". De momento, ya hay 50 millones de personas que no lo tienen.
"Es un ataque a la libertad individual"
Los ciudadanos descontentos con el plan de reforma sanitaria de Barack Obama han aprendido algo del propio presidente: la forma de organizarse. Utilizando las redes sociales de Internet, saben cu¨¢ndo se celebra un mitin o cu¨¢ndo hay un debate al que acudir a interrogar a representantes y senadores. Ellos mismos reconocen que, hasta ahora, el movimiento de oposici¨®n a Obama estaba pobremente organizado. Pero ahora, copiando las t¨¦cnicas de los seguidores del presidente en la pasada campa?a electoral, las cosas han cambiado.
"En 2008 nuestra organizaci¨®n era m¨¢s bien deficiente", explica Eric Odom, de 29 a?os, director del grupo American Liberty Alliance, que organiza a unas 43.000 personas a trav¨¦s de la Red. "Ahora, en menos de media hora, podemos tener a 200 personas para que participen en una conferencia telef¨®nica". Odom, peque?o empresario de Chicago, asegura que este movimiento no es s¨®lo de oposici¨®n a la reforma sanitaria. "Es una protesta justificada contra el ataque del Gobierno contra las libertades individuales y el libre mercado".
La ira que muestran los oponentes a la reforma est¨¢, seg¨²n ¨¦l, justificada. "Nos lo tomamos como algo personal, por supuesto. Lo ¨²nico que exigimos es m¨¢s informaci¨®n y que se limiten los poderes que esa ley de reforma sanitaria le concede al Gobierno". ?Y esos carteles de Obama retratado como Hitler? "Son condenables, pero no se han usado ¨²nicamente contra Obama; a Bush tambi¨¦n se le insultaba con las mismas caricaturas".
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