Los vecinos de Angl¨¨s tampoco quieren vivir junto a una mezquita
El Ayuntamiento lleva meses sin conceder la licencia definitiva
Un ni?o entra corriendo a la mezquita. Falta poco para la una de la tarde y es el momento de orar. Pero Angl¨¨s (Selva, 5.466 habitantes) est¨¢ casi desierto. En el centro religioso hay s¨®lo un adulto. "Yo cuido del ni?o cuando viene. El resto de gente se ha ido a Marruecos, Francia o Alemania a pasar las vacaciones", explica el hombre. Por la puerta entreabierta se alcanza a ver el suelo enmoquetado y unos zapatos en el descansillo. Al fondo, se intuye la zona de oraci¨®n.
Hace cinco a?os que la vivienda del n¨²mero 18 de la calle de Mol¨ª funciona como mezquita, seg¨²n reconoce el hombre. Al lugar acuden cada viernes musulmanes de distintos puntos de Girona para rezar. Pero hay un problema: carece de la autorizaci¨®n como centro de culto. Los vecinos llevan tres a?os peleando para que el Ayuntamiento la cierre. Aseguran que el edificio ni es legal ni cumple con las normas de seguridad. "Los viernes tengo la sensaci¨®n de estar en La Meca", lamenta Camila Pi, que vive al lado. La comunidad musulmana ha presentado ya un proyecto para regularizar la situaci¨®n y est¨¢ esperando a que el Consistorio se decida. Lo lleva postergando desde principios de a?o.
"Los viernes tengo la sensaci¨®n de estar en La Meca", lamenta una vecina
La casa de Albert Carnicer y de Camila Pi se encuentra pared con pared con la mezquita. "Cuando la compramos hace cuatro a?os no ten¨ªamos ni idea de esto", cuenta Camila. Hasta que un d¨ªa empez¨® a o¨ªr rezos. "Desde entonces no han parado. Los oigo incluso con las ventanas cerradas. A veces se me ponen los pelos de punta", asegura. Para luchar, Albert y Carmela fundaron la Asociaci¨®n de Vecinos del Barrio Viejo. La principal baza de los 30 miembros que forman la asociaci¨®n es que la mezquita funciona con una licencia comercial.
A ra¨ªz de las quejas, la comunidad musulmana present¨® un proyecto para legalizar el oratorio. Como todav¨ªa no exist¨ªa la Ley de Culto aprobada en julio por el Parlament, pidieron una licencia medioambiental para actividades recreativas, de espect¨¢culos y ocio. El t¨¦cnico municipal dio su aprobaci¨®n y remiti¨® la propuesta al Consejo Comarcal de La Selva. El organismo tambi¨¦n dio luz verde, pero dej¨® claro que la ¨²ltima palabra corresponde al Ayuntamiento. Antes de mojarse, el Consistorio pidi¨® una tercera opini¨®n: la del Departamento de Interior. Pero ¨¦ste se limit¨® a contestar que no era de su competencia.
Agotadas todas las v¨ªas, el Ayuntamiento est¨¢ obligado a decidir. "Tenemos que estudiar que el proyecto presentado por la comunidad no se contradice en ning¨²n punto con la reci¨¦n aprobada Ley de Culto Religioso", explic¨® el concejal de Urbanismo Josep Santan¨® (PSC). Pero ya ha adelantado que "se supone que no habr¨¢ ning¨²n problema" para otorgar la licencia.
La mezquita est¨¢ emplazada fuera de las murallas del pueblo. La zona es una amalgama de calles estrechas y empinadas por donde apenas cabe un coche. El suelo est¨¢ mal asfaltado y las casas parecen construidas unas encima de otras. "Si hay un fuego, ?por d¨®nde van a entrar los bomberos?", se pregunta Carmen, tambi¨¦n vecina de la calle de Mol¨ª.
Los vecinos proponen que en lugar de un centro de culto, les den permiso para un centro cultural y busquen una zona m¨¢s adecuada para la oraci¨®n. Hasta ahora han conseguido que el Ayuntamiento ceda a la comunidad isl¨¢mica el comedor de una antigua f¨¢brica textil de propiedad municipal para celebrar el Ramad¨¢n.
El caso de Angl¨¨s no es excepcional. En muchas ocasiones los consistorios se encuentran con la oposici¨®n de los vecinos cuando quieren autorizar una mezquita. El Ayuntamiento de Girona se neg¨® a abrir un centro de culto isl¨¢mico en el barrio de Taial¨¤ tras recibir 1.500 firmas en contra. En Ripoll tambi¨¦n hubo oposici¨®n vecinal a un oratorio, que finalmente el Ayuntamiento autoriz¨®. La situaci¨®n se ha repetido en Badalona y en Lleida y otras ciudades.
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