La fiscal¨ªa de EE UU investigar¨¢ a la CIA
Un fiscal especial analizar¨¢ al menos una docena de casos de malos tratos a prisioneros - La justicia ordena desclasificar un informe de 2004 que relata nuevos m¨¦todos de tortura
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, decidi¨® ayer nombrar a un fiscal especial que investigar¨¢ una docena de casos en los que agentes de la CIA o personal contratado por la agencia pudieron haber torturado a presos en la llamada guerra contra el terrorismo, bajo el mandato del anterior presidente, George Bush. La decisi¨®n lleg¨® horas despu¨¦s de que la oficina de control ¨¦tico del Departamento de Justicia, dirigido por Holder, recomendara al Gobierno reabrir esos casos, todos ellos ya investigados y cerrados por una serie de abogados del Estado nombrados por la Administraci¨®n Bush.
A esta investigaci¨®n, confirmada ayer por la Casa Blanca, se suma la desclasificaci¨®n, a petici¨®n de un juzgado federal, de un informe interno de la CIA, elaborado por su inspector general en 2004, en el que se detallan nuevas pr¨¢cticas de malos tratos que se sumar¨¢n a las ya reveladas en el pasado, como el ahogamiento fingido. Entre ellas se revelaron ayer amenazas de todo calado. Seg¨²n ese informe, un agente de la CIA le dijo a Khaled Sheik Mohammed, retenido en Guant¨¢namo y acusado de planear los atentados contra Washington y Nueva York de 2001, que si EE UU sufr¨ªa otro ataque, matar¨ªan a sus hijos. A otro supuesto terrorista se le amenaz¨® dici¨¦ndole que, si no revelaba informaci¨®n, violar¨ªan a su madre delante de ¨¦l, aunque el agente acusado de tales amenazas las tach¨® de falsas. El informe califica estas t¨¦cnicas de "desautorizadas, improvisadas e inhumanas".
"Hay que mirar al futuro, no hacia atr¨¢s", afirma un portavoz de Obama
El director de la CIA, elegido por el presidente, critica la investigaci¨®n
Holder dijo que sabe que su decisi¨®n ser¨¢ "pol¨¦mica", pero la defini¨® como la ¨²nica opci¨®n "responsable" a su alcance. El fiscal general dio garant¨ªas a los agentes de la CIA de que "no se encausar¨¢ a nadie que actuara de buena fe y de acuerdo con las directrices legales de la Oficina de Asesoramiento Legal [del Departamento de Justicia] respecto a los interrogatorios de sospechosos".
El encargado de investigar los malos tratos de la CIA ser¨¢ John Durham, un abogado del Estado con amplia experiencia que ha recibido una orden muy concreta del Departamento de Justicia: decidir si hay pruebas suficientes que permitan lanzar una persecuci¨®n criminal en toda regla contra aquellos agentes y contratistas que quebrantaron la ley.
Barack Obama, anunci¨® ayer que no interferir¨¢ en las decisiones del fiscal general, aunque personalmente crea que "hay que mirar al futuro, no hacia atr¨¢s", seg¨²n dijo su portavoz, Bill Burton, desde la isla de Martha's Vineyard, donde el presidente est¨¢ de vacaciones. Aunque Obama, en la campa?a electoral del a?o pasado, critic¨® los malos tratos a prisioneros de la CIA, cuando lleg¨® a la presidencia se mostr¨® partidario de no indagar sobre pr¨¢cticas err¨®neas ya enmendadas.
"Aquellos que cumplieron con sus obligaciones fi¨¢ndose de buena fe del asesoramiento legal del Departamento de Justicia no ser¨¢n enjuiciados", lleg¨® a decir el presidente en abril. Durante el mandato de Bush, el Departamento de Justicia aprob¨® y justific¨® el uso de pr¨¢cticas consideradas como tortura entre 2002 y 2005.
El director de la CIA nombrado por el propio Obama, Leon Panetta, critic¨® ayer duramente la reapertura de esas investigaciones. En un correo enviado a sus subordinados, momentos antes del anuncio de Holder, dijo: "Como director en 2009, mi inter¨¦s principal, en lo que se refiere a un programa que ya no existe, es estar del lado de aquellos agentes que hicieron lo que su pa¨ªs les pidi¨® y siguieron el asesoramiento legal que se les facilit¨®".
El informe interno de la CIA de 2004, hecho p¨²blico despu¨¦s de una petici¨®n de la Asociaci¨®n Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en ingl¨¦s) detalla pr¨¢cticas de malos tratos no reveladas hasta la fecha, aparte de las amenazas a familiares de los presos, como el uso de una pistola y de un taladro en el interrogatorio a Abd al-Rahim al-Nashiri, acusado de planificar el atentado de 2000 contra el destructor USS Cole, en el que murieron 17 marinos. En otros casos se asustaba a los presos con la amenaza de ejecutarlos de forma sumaria.
Los portavoces de la CIA argumentaron ayer que aquellos casos ya se desestimaron en su momento. "La CIA nunca apoy¨® pr¨¢cticas -y no importa si eran poco frecuentes- que fueran m¨¢s all¨¢ de las directrices oficiales. Todo eso ha sido sometido a revisi¨®n, los profesionales del Departamento de Justicia decidieron si deb¨ªa presentarse cargos y cu¨¢ndo. As¨ª se supon¨ªa que funcionaba el sistema y as¨ª es como funcion¨®", dijo ayer en un comunicado Paul Gimigliano, portavoz de la agencia.
Sin embargo, ACLU, que pidi¨® la desclasificaci¨®n del documento, solicit¨® a Justicia la reapertura de los casos. "Las filtraciones del informe del inspector general de la CIA ofrecen a¨²n m¨¢s pruebas de que funcionarios del Gobierno cometieron serios cr¨ªmenes durante los interrogatorios a prisioneros", dijo el director ejecutivo de la organizaci¨®n, Anthony Romero. "Las llamadas t¨¦cnicas perfeccionadas de interrogatorio como las ejecuciones fingidas o las amenazas a prisioneros con pistolas y taladros no s¨®lo son reprochables, son ilegales".
El informe de la oficina de control ¨¦tico del Departamento de Justicia ha tardado cinco a?os en elaborarse, y s¨®lo se ha culminado despu¨¦s de la llegada de Obama al poder. El predecesor de Holder, Michael Mukasey, se opuso a su culminaci¨®n. Hasta este a?o, Justicia no inform¨® de por qu¨¦ se cerr¨® la investigaci¨®n de aquella docena de casos, que se encarg¨® a un equipo de fiscales de Virginia.
Uno de ellos es el de Manadel al-Jamadi, cuyo cad¨¢ver supuestamente aparec¨ªa cubierto en hielo en algunas de las fotos donde soldados americanos humillaban a presos en la c¨¢rcel iraqu¨ª de Abu Ghraib. De ¨¦l se sospechaba que hab¨ªa cometido un atentado contra unas instalaciones de la Cruz Roja en Bagdad, en el que murieron 12 personas. Falleci¨® bajo custodia de la CIA, despu¨¦s de ser capturado por el comando de operaciones especiales de la Marina.
La investigaci¨®n tambi¨¦n se centr¨® en el llamado manual de tortura de la CIA, un compendio de cuatro documentos redactados por los abogados del Departamento de Justicia, en los que se justificaban diversas t¨¦cnicas de interrogatorio que bordean el trato cruel o inhumano, prohibido por la octava enmienda de la Constituci¨®n de EE UU.
Las detenciones e interrogatorios en terceros pa¨ªses y sin control judicial de sospechosos de terrorismo continuar¨¢n con Obama. La diferencia con la era Bush es que el Departamento de Estado ser¨¢ responsable de que no se torture a los prisioneros.
Un gran conocedor de la agencia
- John Durham, el fiscal que investigar¨¢ los abusos de la CIA, tiene sobrada experiencia en asuntos de la agencia de espionaje. El ¨²ltimo fiscal general de George Bush, Michael Mukasey, le encomend¨® otra investigaci¨®n criminal sobre la CIA: la destrucci¨®n en 2005 de 92 cintas de v¨ªdeo donde se grabaron actos de abuso y tortura a prisioneros. Gracias a sus pesquisas, diversos agentes de la agencia ya han comparecido ante un jurado de Virginia.
- Los medios norteamericanos consideran a Durham, un fiscal de Connecticut de 58 a?os, un profesional "respetado", "trabajador" y "duro".
- Su ascenso en el Departamento de Justicia comenz¨® cuando otra fiscal general, Janet Reno, designada por el ex presidente Bill Clinton, le encarg¨® la investigaci¨®n de conductas criminales en el FBI en Boston, donde diversos agentes ten¨ªan acuerdos con la mafia. En aquella investigaci¨®n no dud¨® a la hora de sentar en el banquillo a diversos miembros del FBI.
- Durham tambi¨¦n dirigi¨® una serie de investigaciones contra la mafia y pol¨ªticos corruptos en Connecticut.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.