Ra¨ªces de la flamenquer¨ªa

Santiago y San Miguel o San Miguel y Santiago. Ambos son el alma de Jerez. Arrabales venidos a m¨¢s, los dos barrios son la cuna de la flamenquer¨ªa en esta ciudad gaditana que suena en todo el mundo no s¨®lo por sus caldos, sino tambi¨¦n gracias a los ecos de familias como los Morao, los Parrilla, los Pipa, los Jero, los Moneo, los M¨¦ndez, los Sordera, los Agujetas, los Zambo... Para degustar una buena raci¨®n de flamenco en estado puro, sin aderezos ajenos, no hay mejor destino que Jerez, ni mejor lugar que sus tabernas, ni mejores cicerones que sus artistas.

Barrio de Santiago. Un d¨ªa cualquiera -mi¨¦rcoles 26 de agosto- antes del almuerzo. Joaqu¨ªn Fern¨¢ndez cierra su pescader¨ªa, cruza la calle y enfila, sin dudarlo, a "donde Agust¨ªn". Acodado en la barra est¨¢ Manuel Moreno ech¨¢ndole un pulso verbal al temple de Agust¨ªn Vega. La escena no tendr¨ªa nada de particular de no ser porque el pescadero es el cantaor Joaqu¨ªn El Zambo, el ¨²nico de su dinast¨ªa que a¨²n alterna ambos oficios, y el tertuliano guas¨®n es el guitarrista Mora¨ªto Chico, eterno compa?ero del cantaor Jos¨¦ Merc¨¦ y toda una autoridad en el toque jerezano con el ascendente del legendario Javier Molina (1868-1956).

Lola Flores, en bronce y desde un pedestal, recibe en la plaza de la Cruz Vieja

J¨®venes cantaores se dan cita en San Miguel, junto a la casa de Antonio Chac¨®n

Estamos en Arco de Santiago, un peque?o bar que desde hace 24 a?os es escenario improvisado para muchos de los flamencos que han vuelto a vivir a su barrio o que lo echan de menos. La cantaora Tomasa Guerrero La Macanita, que se mud¨® frente a las bodegas Gonz¨¢lez Byass y forma parte del segundo grupo, se une a la reuni¨®n.

"A ti lo ¨²nico que te queda de gitano es la cara. No va y me dice que le mande un email. El olor del men¨²o no lo puedes enviar tu por mail", le espeta Mora¨ªto a un Agust¨ªn paciente con las ocurrencias de su amigo y cliente. Arco de Santiago, que cierra al anochecer y deleita a sus parroquianos con los guisos de Elena Reina como sus fideos con langostinos, suele ser uno de los primeros puntos de encuentro de los flamencos en este barrio con pasado de arrabal y en el que viv¨ªan los gitanos que trabajaban en el campo.

"Me gusta venir a los bares de siempre porque la m¨²sica marrullera y escandalosa me marea. Prefiero algo m¨¢s solemne", dice La Macanita, que en abril sac¨® S¨®lo por eso, un ¨¢lbum que incluye un homenaje al desaparecido Chocolate. "S¨ª, solemne como la que suena en los entierros", bromea Mora¨ªto. El guitarrista y la cantaora, que han colaborado en multitud de proyectos, han grabado este a?o Mujerez, un disco que re¨²ne a tres grandes voces jerezanas: Juana la del Pipa, Dolores Agujetas y La Macanita.

Mora¨ªto, sobrino de Manuel Morao, el patriarca de esta dinast¨ªa del toque, vive justo frente a la taberna. No tiene m¨¢s que cruzar la calle para encontrarse con su primo Joaqu¨ªn El Zambo o con otros habituales de esta barra como los cantaores Diego Carrasco, Enrique Soto Sordera o el palmero El Ch¨ªcharo. Mora¨ªto alterna sus idas y venidas de este verano con el rodaje de la segunda parte de la pel¨ªcula Flamenco, de Carlos Saura, y con un proyecto que le tiene muy ilusionado: una guitarrer¨ªa que quiere abrir en septiembre, justo para la Fiesta de la Vendimia, que arrancar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 5 con la popular y multitudinaria Fiesta de la Buler¨ªa, en la Plaza de Toros. El Lag¨¢ de T¨ªo Parrilla (Plaza del Mercado, s/n), un tablao que regenta el guitarrista Juan Parrilla; La Taberna Flamenca (Angostillo de Santiago, 3), Damajuana (Francos, 18), El Arriate (Francos, 43) o El Colmao (Arcos, 44) son otros de los lugares jerezanos claves para el flamenco en los que puede saltar la chispa en cualquier momento.

El recorrido contin¨²a por San Miguel. La mism¨ªsima Lola Flores, que naci¨® all¨ª, recibe al visitante en bronce y desde un pedestal en la Plaza de la Cruz Vieja. Al lado est¨¢ otro de los puntos neur¨¢lgicos para el flamenco, el bar Maypa (Ram¨®n de la Cala, 11), en el que se dan cita j¨®venes cantaores de estirpes como Jes¨²s M¨¦ndez, sobrino de La Paquera; Ezequiel Ben¨ªtez, hijo del guitarrista Alfredo Ben¨ªtez; Pedro Garrido El Ni?o de la Fragua, nieto del T¨ªo Juanes, o Antonio Pe?a Carpio El Tolo, mezcla de Moneo, Rubichi y Agujetas. Todos hablan con reverencia de "Don Antonio Chac¨®n" quien, junto a Manuel Torre, parece velar por que ninguno de sus sucesores se salga del redil.