Hablar con Moore cuesta 2.000 euros
El documentalista presenta 'Capitalism: a love story', un alegato contra los excesos del capitalismo, mientras sus agentes piden dinero por entrevistarle
"Trat¨¦ de formalizar una entrevista con usted a trav¨¦s del distribuidor noruego de su pel¨ªcula. ?Y sabe qu¨¦ me dijo? 'Es muy caro tener a Michael Moore, me cuesta 2.000 euros". A la pregunta de un periodista freelance noruego siguieron algunas risas y el chiste del propio Moore. "Lo primero que voy a hacer es llamar a Noruega y pedirle explicaciones al distribuidor. ?C¨®mo es posible que s¨®lo le cobren 2.000 euros por una entrevista conmigo? Es gracioso que digas eso porque no es verdad: eso no existe".
Moore no preve¨ªa lo que iba a suceder a continuaci¨®n: unos veinte periodistas de todo el mundo advirtieron a grito pelado que aquello s¨ª les hab¨ªa pasado a ellos: "En Inglaterra pasa"; "Y en Brasil"; "Pasa en Cannes, y pasa en Berl¨ªn". La revuelta de los presentes se dispar¨® en segundos.
El cineasta asegur¨® desconocer los pagos: "?Ten¨¦is pruebas de ellos?"
"Una prensa independiente tiene que excluir el t¨¦rmino 'beneficio"
"Los medios escritos est¨¢n subyugados por la publicidad"
La grabaci¨®n en audio de la rueda de prensa, organizada el s¨¢bado por la revista Variety, de una hora de duraci¨®n (el mot¨ªn period¨ªstico empieza sobre el minuto 45) ha corrido como la p¨®lvora, y en la misma -a la que ha tenido acceso EL PA?S- puede o¨ªrse a Moore pasar del cinismo al asombro, atrapado en una pol¨¦mica en la que el realizador era parte involuntaria, pero parte al fin y al cabo. Porque, adem¨¢s, el cineasta presenta en Venecia Capitalism: a love story, un documental sobre las barbaridades del capitalismo. Y Moore se convert¨ªa as¨ª en un ejemplo perfecto del af¨¢n recaudatorio que ataca en su filme.
"Pero, ?ten¨¦is pruebas de esto?", inquir¨ªa el estadounidense. David Michael, un conocido periodista londinense, respond¨ªa: "Por supuesto, tengo e-mails de un distribuidor australiano detall¨¢ndome los costes de sentarme con usted en Fahrenheit 9/11, y advirti¨¦ndome que por ese motivo s¨®lo pod¨ªa asegurar que dos periodistas tendr¨ªan acceso a esas entrevistas". "Y 2.000 euros es poco dinero", grit¨® otro reportero. "Pueden llegar a pedir hasta 5.000".
Tales cantidades son solicitadas por las agencias de relaciones p¨²blicas que representan a las diferentes estrellas -actores y directores principalmente- como pago por entrevistar a sus clientes. Los pagos los asumen las distribuidoras cinematogr¨¢ficas de cada pa¨ªs que, en consecuencia, s¨®lo convocan a los medios de comunicaci¨®n m¨¢s relevantes. En el caso de Michael Moore, Inglaterra y Espa?a se han quedado fuera del circuito de entrevistas porque Capitalism: a love story no cuenta a¨²n con distribuidor en estos dos pa¨ªses. Sin embargo, esta pr¨¢ctica habitual en los festivales de cine nunca se hab¨ªa convertido en el n¨²cleo de una rueda de prensa, que para m¨¢s inri giraba en torno al capitalismo. La agitaci¨®n lleg¨® hasta tal extremo que el moderador, editor de la propia Variety, pidi¨® a los presentes sus datos: "Habr¨¢ que profundizar en esto", advirti¨®, antes de pedir a la concurrencia un poco de tranquilidad y proseguir con la conferencia.
Todo esto lleg¨® antes de que, parad¨®jicamente, Moore reflexionara -ayer domingo, en una rueda de prensa general y gratuita- sobre el papel de los medios de comunicaci¨®n en el capitalismo: "El problema con la prensa hoy en d¨ªa es que todo se reduce a los beneficios. Para solucionar el problema hay que construir un sistema de prensa independiente, fuerte y saludable, donde el t¨¦rmino beneficio sea excluido de la ecuaci¨®n. La prensa, especialmente la escrita, se ha degollado a s¨ª misma confiando en un modelo totalmente subyugado por la publicidad". Olvidada la pol¨¦mica, Moore parec¨ªa algo m¨¢s relajado y repet¨ªa como un mantra: "El capitalismo no desaparece ni se esconde, simplemente se transforma".
Parece que la pol¨ªtica amenaza con adue?arse del festival de Venecia. Con Moore y con South of the border, la ¨²ltima pel¨ªcula de Oliver Stone, en la que el realizador indaga en las razones del giro a la izquierda que ha experimentado Am¨¦rica Latina, con un omnipresente Ch¨¢vez, presidente de Venezuela, como n¨²cleo central. Precisamente, el rumor de la presencia de Ch¨¢vez hoy en el Lido de Venecia para la presentaci¨®n oficial del documental ha sonado con fuerza en la ciudad de los canales. South of the border se ha llevado una de las ovaciones m¨¢s grandes de lo que llevamos de Mostra en su pase para la cr¨ªtica.
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