Soderbergh alivia ante un cine oriental indigerible
La carrera de ese director tan extra?o llamado Steven Soderbergh est¨¢ marcada por lo imprevisible. Arranc¨® espectacularmente en el cine independiente con Sexo, mentiras y cintas de v¨ªdeo y despu¨¦s atraves¨® baches que estuvieron a punto de hacerle desaparecer. El ¨¦xito de la eficaz Erin Brockovich y de la magistral Traffic demostraron que tambi¨¦n conoc¨ªa la forma de triunfar en el cine de Hollywood sin tener que vender su alma al diablo. Desde entonces alterna la mina de oro que le supone la previsible serie de los Oceans con proyectos tan personales como anticonvencionales. Despu¨¦s de su arriesgada y meritoria biograf¨ªa del Che Guevara, Soderbergh acaba de descolgarse con The informant, una intriga con tono de s¨¢tira y regusto amargo sobre hechos y personajes reales.
'The informant' bucea en el siempre turbio mundo del gran dinero
Ocurri¨® en Estados Unidos a principio de la d¨¦cada de los noventa. El FBI recibi¨® la llamada del vicepresidente de una importante corporaci¨®n revel¨¢ndoles que estaban estafando al Estado ocultando los beneficios de sus negocios con una multinacional japonesa en para¨ªsos fiscales. Lo hac¨ªa en nombre de la honestidad y del patriotismo y se ofrec¨ªa voluntariamente como esp¨ªa a los servicios secretos, a llevar micr¨®fonos en una impresionante red de escuchas que demostrar¨ªan la culpabilidad de los poderosos ladrones. El problema es que este se?or era un mentiroso compulsivo que iba inventando historias continuamente o manipulando la realidad hasta extremos delirantes. Y lo ins¨®lito es que esta operaci¨®n dur¨® varios a?os y los agentes del Gobierno le creyeron ciegamente. Tampoco desaprovech¨® el tiempo durante la gran farsa ya que mediante numerosos chanchullos financieros se hizo a¨²n m¨¢s rico todav¨ªa.
Soderbergh describe con sarcasmo e hilaridad la relaci¨®n entre el embustero patol¨®gico y los m¨¢s sofisticados servicios de informaci¨®n a los que logra enredar en su juego, el trapicheo como regla en el siempre turbio mundo del gran dinero, la capacidad de un individuo arropado por la supuesta respetabilidad pero absolutamente delirante para enga?ar a la ley. Lo m¨¢s alarmante es saber que esto no pertenece a la ficci¨®n sino a la realidad. Matt Damon borda la personalidad de este inquietante embustero en una trama sorprendente que Soderbergh desarrolla con agradecible acidez.
Y con lo anterior se acabaron las alegr¨ªas del d¨ªa. El ya anciano Jacques Rivette, presencia fija y venerada en los festivales de cine, perpetra una renovada estupidez en la indescriptible 36 vues du Pic Saint Loup. Cuenta el encuentro de un viajero existencial con la gente de un circo que no tiene espectadores. Lo de que no vaya ni Dios a re¨ªrle las gracias a clowns intelectuales y acr¨®batas cutres es lo ¨²nico que me parece coherente en el argumento. El resto lo ocupan discusiones metaf¨ªsicas sobre los mecanismos de la risa, el ser y la nada, etc¨¦tera. Todo supone un desprop¨®sito aceptado pero seguro que esconde una met¨¢fora o una alegor¨ªa. Ese notable actor italiano llamado Sergio Castellito intenta dotar de vida a su personaje, pero sus intentos son en vano. Est¨¢ tan vac¨ªo como el resto de esta infame pel¨ªcula.
Y, c¨®mo no, la Secci¨®n Oficial de esta Mostra ha dedicado un generoso espacio a su amado cine oriental. Este a?o no han seleccionado a los directores consagrados sino a desconocidos para el p¨²blico occidental. Juro que deber¨ªa haberme ahorrado estos descubrimientos tan lamentables. A excepci¨®n de la curiosa Accidente, dirigida por el chino Soi Cheang y que se centra en un grupo de asesinos profesionales que disfrazan sus cr¨ªmenes d¨¢ndoles la apariencia de accidentes, el resto de la selecci¨®n oriental que se ha visto hasta ahora es para temblar de aburrimiento. La pel¨ªcula de Sri Lanka Ahasin wetei sigue los pasos de un urbanita amargado que decide recluirse en la vida campestre y est¨¢ haciendo cabriolas en pelotas por los bosques durante 80 minutos. La japonesa El hombre bala va de cient¨ªfico que se transforma en un hombre de hierro, abarrotado de cables, para vengar la muerte de su hijo. Como la anterior, es heavy. La taiwanesa El pr¨ªncipe de las l¨¢grimas cuenta de forma involuntariamente grotesca la represi¨®n en Taiwan contra todo lo que oliera a comunismo durante la ¨¦poca del general Chiang Kai-Shek. Y te planteas cu¨¢les son los criterios de selecci¨®n en este festival desde que lo dirige Marco M¨¹ller. La conclusi¨®n es aterradora. Sabes de su ancestral y universalista amor a las cinematograf¨ªas ex¨®ticas, pero sospechas que en esos pa¨ªses forzosamente se tienen que rodar pel¨ªculas menos incomprensibles y horrendas que las que M¨¹ller exhibe en su pat¨¦tico feudo de la Mostra.
Babelia
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