Machaca a esa gamba
Cuando dise?¨¦ los extraterrestres, lo que me llevaba por el camino de la amargura eran los clich¨¦s. No quer¨ªa marcianitos de Hollywood. Mi dise?o favorito es el de Alien: temible, sin ojos. Lograr algo as¨ª me tra¨ªa loco. Al final reconoc¨ª que no era posible. Resulta que las personas no sienten empat¨ªa por aquello que no tiene mirada. Puedes dotar de emociones a un perro porque tiene ojos. Pero no a una ara?a representada de forma realista. El p¨²blico no debe entender a Alien, s¨®lo temerle?. Cuando Neill Blomkamp, 29 a?os y director de District 9, habla le brillan los ojos. Es dif¨ªcil no sentir simpat¨ªa por este chavalote que, en vez de parecer el director del taquillazo m¨¢s peculiar del verano ?una pel¨ªcula que en s¨®lo el primer fin de semana recaud¨® en Estados Unidos m¨¢s de lo que hab¨ªa costado?, aparenta exactamente lo que dice ser: un friki de la ciencia ficci¨®n. El inventor de unos temibles alien¨ªgenas de dos metros, mitad humanoides, mitad insectos, de conducta animal y fuerza sobrehumana, por los que, sin embargo, se termina sintiendo una extra?a piedad. Son v¨ªctimas de una cadena de desafortunados acontecimientos y, sobre todo, de un obvio desprecio por parte de los humanos, que no sienten el menor prejuicio en tratarlos como seres inferiores.
"No volver¨¦ a vivir en Sur¨¢frica. Es demasiado peligroso" (Neill Blomkamp, director)
Peter Jackson me dijo: "?sta es tu pel¨ªcula; ve, hazla y yo ser¨¦ tu escudo protector" (N. B.)
Blomkamp es un debutante, un desconocido. Pero cuando se celebra esta entrevista en Canc¨²n, a primeros de agosto, dentro del grandioso circo promocional que Sony ha montado para presentar sus novedades (Zombieland, con Woody Harrelson, o 2012, el tercer fin del mundo rodado por Emmerich), Blomkamp ya tiene el tic de recitar de carrerilla la respuesta a la pregunta que m¨¢s veces le han hecho: pero t¨² ?qui¨¦n diablos eres? Ah¨ª va: ?Nac¨ª y viv¨ª hasta los 18 a?os en Johannesburgo. En 1987, mi familia emigr¨® a Vancouver, Canad¨¢. Yo estaba terminando el instituto. Era muy dif¨ªcil vivir en Sur¨¢frica, mis hermanos peque?os estaban sufriendo mucho. Pronto supe que me quer¨ªa dedicar al cine. Empec¨¦ como t¨¦cnico de efectos visuales. Despu¨¦s pas¨¦ a la direcci¨®n de anuncios para la televisi¨®n y v¨ªdeos musicales. En un mometo dado recib¨ª encargos para spots de gran presupuesto, grandes campa?as. En 2006 estaba preparado para entrar en el cine, y mi trabajo lleg¨® a Peter Jackson, que era el productor de Halo. Cuando vio mi material dijo que quer¨ªa conocerme. Viaj¨¦ a Nueva Zelanda y nos ca¨ªmos bien, as¨ª que al final se lo ped¨ª: ?D¨¦jame hacer Halo?. Acept¨® y a los cinco meses todo se jodi¨®?.
Halo es uno de los videojuegos m¨¢s famosos que existen. Una violenta fantas¨ªa de ciencia ficci¨®n y un caramelo para los estudios. Tanto que hab¨ªa dos implicados: Universal y Fox. El presupuesto era el de una superproducci¨®n, 150 millones de d¨®lares, y cuando Jackson, el rey del cine de fantas¨ªa desde el exitazo de El se?or de los anillos, eligi¨® a un debutante para la direcci¨®n, los productores no se echaron a llorar de alegr¨ªa. Su m¨¢ximo activo era haber realizado un corto en imagen real que se incluy¨® en el videojuego. A¨²n se puede ver en YouTube (teclea ?Blomkamp? y ?Halo?) y es espectacular. Pero pronto empez¨® una lucha de poder entre las productoras. A los cinco meses, el proyecto se cancel¨®. Extraoficialmente, por culpa de la inexperiencia de Blomkamp.
No es dif¨ªcil imaginar el estado de ¨¢nimo del director. Su primer encargo y se suspende. ?Yo estaba jodido. Completamente infeliz viendo c¨®mo todo esto pasaba a mi alrededor?, recuerda.
Peter Jackson tambi¨¦n se enfad¨® y opt¨® por tirar hacia delante. Le dijo a Blomkamp que pod¨ªa disponer de 30 millones de d¨®lares para hacer la pel¨ªcula que quisiera. ?Yo le hab¨ªa comentado a Peter que, desde peque?o, quer¨ªa hacer una peli de ciencia ficci¨®n ambientada en Sur¨¢frica y ¨¦l hab¨ªa visto uno de mis cortos, Alive in Joburg, que era precisamente eso, y le hab¨ªa gustado. Me dijo: ??sta es tu pel¨ªcula. Ve, hazla y yo ser¨¦ tu escudo protector?. Y eso fue exactamente lo que hizo. Los personajes tienen acentos peculiares que un estudio hubiera intentado cambiar. Sucede en Johannesburgo. El protagonista carece de experiencia previa como actor? Hubiera sido imposible sin Peter?.
District 9 es ciertamente una pel¨ªcula peculiar desde el planteamiento. Hace 20 a?os, una gigantesca nave aparece sobre los cielos de Johannesburgo y se queda all¨ª, quieta. Tres meses despu¨¦s, el Gobierno surafricano manda al ej¨¦rcito a su interior. Lo que encuentran es un mill¨®n de hambrientos y enfermos extraterrestres (coloquialmente, ?gambas?, por su aspecto) a los que recluyen en un gueto llamado Distrito 9.
El filme comienza en 2010, cuando una multinacional es encargada de trasladarlos de ese lugar a un campo de concentraci¨®n a¨²n peor. Al frente de la operaci¨®n se coloca a un gris funcionario afrik¨¢ner que sufre un extra?o accidente que cambiar¨¢ su vida.
La primera parte de la pel¨ªcula, la que es realmente atractiva (despu¨¦s se vuelve otro de esos filmes en los que todo el mundo corre en todas direcciones disparando contra todo lo que se mueve), est¨¢ rodada como un falso documental. Se usan entrevistas, c¨¢maras de seguridad y, lo que es m¨¢s aterrador, im¨¢genes de archivo extra¨ªdas de noticiarios surafricanos. Sur¨¢frica es uno de los pa¨ªses m¨¢s contradictorios del mundo. Es la gran potencia del continente. Ninguno de sus vecinos se atreve a mover un dedo sin contar con su aprobaci¨®n y vive una te¨®rica edad de unidad entre blancos y negros. Pero al mismo tiempo tiene uno de los ¨ªndices de delincuencia m¨¢s altos del mundo y la corrupci¨®n es terrible. Un dato muy revelador: seg¨²n el Ministerio del Interior de ese pa¨ªs, en 2007 murieron 300 polic¨ªas de servicio por arma de fuego. En la mitad de los casos, otros agentes son sospechosos del asesinato. ?Me siento una mezcla del africano y canadiense. Pero no quiero volver a vivir en Sur¨¢frica nunca m¨¢s. Es muy violento y peligroso. Yo ten¨ªa 14 cuando el apartheid desapareci¨®. Y el crimen empez¨® a estar fuera de control al final de los a?os noventa. En 1999 lleg¨® a un punto realmente insostenible. Y sigue siendo muy alto. El problema de Johannesburgo es que el crimen est¨¢ en todas partes. Da igual donde vivas, puedes ser secuestrado en tu coche?, explica el director
Sharlto Copley, el protagonista de District 9 (35 a?os, surafricano), lo confirma. ?He vivido secuestros en mi barrio, tiroteos en mi bloque de apartamentos. Hay que tener ojos en la espalda?. ?l no se ha movido de Johannesburgo. Ha sido de todo en el mundo de la imagen en su pa¨ªs: productor de televisi¨®n, ha dirigido cortos y publicidad, producido, incluso lleg¨® a tener una agencia de actores. Cuando ten¨ªa 20 a?os le dio trabajo como t¨¦cnico a un adolescente de 14 llamado Neill Blomkamp, que, con el tiempo, se convirti¨® en uno de sus amigos m¨¢s cercanos. Lo ¨²nico que nunca jam¨¢s hab¨ªa hecho era actuar en serio. ?No me asust¨® mucho. En mi pa¨ªs estamos acostumbrados a probar cosas. Mi personaje est¨¢ basado en gente que ambos conoc¨ªamos muy bien?. Su personaje es un funcionario afrik¨¢ner, racista y bur¨®crata. ?Cu¨¢ndo el apartheid, los afrik¨¢ner se ve¨ªan a s¨ª mismos como descendientes de una gloriosa raza de guerreros. Boers [granjeros], tipos duros. Pero no era as¨ª, la mayor¨ªa eran chupatintas protegidos por el aparato del Estado?.
Es ese periodo, el apartheid ?la segregaci¨®n de la poblaci¨®n en blancos, los amos, y negros, una mayor¨ªa sin ning¨²n derecho civil (ni siquiera se les consideraba surafricanos)?, el que est¨¢ en el trasfondo de District 9. Eso, combinado con algo m¨¢s reciente: los linchamientos de 2007 de inmigrantes de Malaui y Zimbabue acusados por los surafricanos de todos los males que les ocurr¨ªan. De la pandemia de sida a la pobreza secular. Las antiguas v¨ªctimas se hab¨ªan transformado en verdugos. ?Es verdad, los alien¨ªgenas son los zimbabuenses que est¨¢n siendo linchados y asesinados. Las v¨ªctimas son personas de Malaui, Zimbabue. Aquello me impresion¨®. ?C¨®mo era posible? ?Todo lo que hab¨ªa pasado no sirvi¨® para nada? Entonces se me ocurri¨® el personaje de Sharlto: un verdugo que se transforma en v¨ªctima. En cuanto lo tuve, supe que ten¨ªa una buena pel¨ªcula?.
District 9 se estrena hoy en toda Espa?a.
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