Infinito Jack London
Hay escritores que se leen en la infancia y en la juventud a los que no resulta nada recomendable volver, es mucho mejor que queden confinados en el recuerdo porque, a diferencia de los buenos vinos, no llevan nada bien el paso del tiempo. Sin embargo, hay algunos autores a los que hay que regresar de forma constante, porque sus textos ofrecen siempre nuevas lecturas, son narradores infinitos. Y Jack London, como R. L. Stevenson, es uno de esos escritores que no se acaba nunca.
Alianza Editorial ha rescatado las antiguas (y estupendas) traducciones de su colecci¨®n de bolsillo con nuevas cubiertas: desde los grandes cl¨¢sicos como Colmillo Blanco, La llamada de la naturaleza o El vagabundo de las estrellas hasta libros menos conocidos, como Asesinatos S.L., adem¨¢s de sus geniales cuentos (traducidos y seleccionados por Carmen Criado): Relatos de los Mares del Sur, El silencio blanco y otros cuentos y Siete cuentos de la patrulla pesquera y otros relatos. La editorial Navona ha rescatado adem¨¢s un extra?o texto, Antes de Ad¨¢n, la peste escarlata, una historia de anticipaci¨®n escrita al final de su vida, que transcurre entre el pleistoceno y el a?o 2072.
Basta con leer el principio de Colmillo Blanco ("eran las Tierras V¨ªrgenes, la soledad salvaje, el helado coraz¨®n de los desolados yermos del norte") para sentir toda la emoci¨®n de la infancia. Pero al adentrarse de nuevo en aquellos espacios del dolor blanco, del fr¨ªo y de la nieve, de la lucha contra una naturaleza invencible, el lector adulto descubre que estas p¨¢ginas esconden mucho m¨¢s que la infinita aventura que descubri¨® en su infancia, que la historia de ese perro guarda una potente met¨¢fora sobre la humanidad, sobre la destrucci¨®n del hombre por el hombre.
Jack London (1876-1916) creci¨® en las calles m¨¢s duras de San Francisco y ejerci¨® todo tipo de oficios, algunos tan poco recomendables como ladr¨®n de ostras (una forma de ganar mucho dinero) y otros directamente aventureros, como buscador de oro en el Gran Norte. Alcanz¨® el ¨¦xito literario bastante pronto (en realidad, London hizo todo pronto porque muri¨® a los 40 a?os). Fue un escritor prol¨ªfico, un gran navegante desde los 17 a?os, trabaj¨® como corresponsal de guerra y cambi¨® los sue?os de decenas de ni?os y adolescentes. Sin embargo, el mundo de London es mucho m¨¢s profundo e inquietante que los deseos de aventuras, porque al final sus historias siempre dejan el regusto amargo de un mundo hostil en el que hay que luchar por la vida, un mundo que no ha cambiado tanto.
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