Un pueblo bajo los focos
Consulta sin incidentes pese a la manifestaci¨®n de Falange
Una veintena de j¨®venes corren cuesta arriba. "Ah¨ª est¨¢n", gritan. Aguardan en una esquina, armados con lo que encuentran en el suelo. Los dos autobuses con los manifestantes de Falange Espa?ola toman la curva, pasan por delante de ellos y empieza la lluvia de piedras. Resultado: dos lunas rotas. Es todo lo que pas¨® ayer en Arenys de Munt. La consulta independentista que tanta expectativa y miedo hab¨ªa despertado se celebr¨® sin incidentes. Lo peor, la lluvia, que a las cuatro de la tarde oblig¨® a desalojar la riera, y que el pan se acab¨® en algunos bares.
A las once de la ma?ana hab¨ªa caravana para entrar en Arenys. "?Hay mucha gente!", se o¨ªa desde varios puntos de la rambla de la poblaci¨®n, llena hasta los topes. Delante del Centro Moral, dependiente de la parroquia y lugar donde se instal¨® el colegio electoral, Joan Bellana, abogado de 32 a?os, tomaba una fotograf¨ªa a Pau Comes, qu¨ªmico de 45 a?os. Les hubiera gustado hacer la media hora de cola para votar, pero eran de Vic. Se conformaron con caminar entre los puestos de camisetas y de espardenyes y los supermanes con capas de cuatro barras.
Los Mossos, tras una peque?a carga, saldaron su jornada sin detenciones
Los votantes entraban y sal¨ªan del centro. El alcalde, Carles M¨®ra, charlaba con todos. Vot¨® a las doce, rodeado de c¨¢maras y periodistas (m¨¢s de 160, de Espa?a, Estados Unidos, Francia y Quebec).Carles M¨®ra estaba exultante: la consulta se hab¨ªa celebrado y Arenys, por un d¨ªa, fue la capital de la Catalu?a soberana. Pero su protagonismo se vio eclipsado. Unos metros m¨¢s abajo, en los alrededores de la plaza de Catalunya, estaba el verdadero punto caliente. Cuanto m¨¢s cerca de la zona, m¨¢s dif¨ªcil era moverse. A las doce no cab¨ªa un alfiler. 'S¨®lo puede pasar prensa', explicaba un hombre vestido de naranja, cogido a otras dos personas. Formaban una cadena humana de voluntarios que conten¨ªa a cientos de personas. Detr¨¢s de ellos, otra cadena de mossos, y detr¨¢s de los agentes, una zona vac¨ªa. Y m¨¢s atr¨¢s a¨²n, la plaza de Catalunya, donde estaba previsto la concentraci¨®n de Falange. A las 12.30 horas, entr¨® el primer falangista. Avanz¨® decidido hasta el centro enarbolando una bandera anticonstitucional, pero los Mossos d'Esquadra le cerraron el paso y le convencieron de que la guardase. Le siguieron unas 60 personas. '?No saldr¨¦is de aqu¨ª!', gritaban centenares de independentistas, apostados en balcones, monta?as y calles de los alrededores. Mientras, al otro lado, en la riera, los congregados cantaban Els Segadors a voz en grito. Pero sus voces se perd¨ªan entre los clamores de vivas a Espa?a de los concentrados y el sonido del helic¨®ptero que sobrevol¨® Arenys durante la manifestaci¨®n. Hasta en dos ocasiones onde¨® una bandera espa?ola con el ¨¢guila franquista. Durante una hora los concentrados tuvieron tiempo de leer un comunicado, poner el himno de Espa?a y cantar el Cara al Sol. A las 13.30, estaban de vuelta a los autocares. En el repliegue, fue cuando varios j¨®venes, armados con piedras, rompieron dos lunas de los autobuses que devolv¨ªan a los falangistas a sus casas -al menos seis eran de Madrid-. Los Mossos, tras una peque?a carga para disolver a los independentistas, saldaron su jornada sin detenciones. 'De haber dejado pasar a los que estaban en la riera [contenidos por el grupo de voluntarios] habr¨ªa sido una guerra', aseguraba luego Rosa. La mujer pas¨® una semana 'con el miedo en el cuerpo' y al final tuvo que cerrar su bar La Pla?a: 'Me amenazaron con quemarme con la estelada dentro'. Y mientras unos y otros med¨ªan las fuerzas, una voluntaria restregaba tomates en el pan sin descanso. Cada vez que levantaba la vista y ve¨ªa la larga cola se le escapaba un suspiro. El men¨² del d¨ªa consisti¨® en butifarra, jud¨ªas blancas y pan con tomate por 13 euros. A la mujer a¨²n le esperan siete cajas repletas de tomates, pero por desgracia (o por suerte) el pan se acab¨®. Y lleg¨® la lluvia. A las cuatro de la tarde hubo que desalojar por riesgo de tormenta. Aun as¨ª, se tiraron fuegos artificiales y desfilaron los geganters y los bastoners.
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