J¨®venes
No me parece mal que la tele haga trampas. Forma parte del juego.
Tomemos, por ejemplo, Curso del 63, un programa de pr¨®ximo estreno en Antena 3. Consiste en meter a 20 j¨®venes de hoy en un supuesto internado de 1963, el San Severo, y ver qu¨¦ tal se manejan con disciplina y sin m¨®viles. Evidentemente, el San Severo es del todo ficticio. De lo contrario, adem¨¢s de respeto por la autoridad, uniformes y silencio en clase, habr¨ªa retratos de Franco, bofetadas, capones y tormentos varios, un poco de pedofilia, escasa higiene, alg¨²n Cara al sol y, tal vez, un bedel con pistola: en mi cole hab¨ªa uno. Otra cosa: si no fuera del todo ficticio, no ser¨ªa mixto ni de co?a.
Ning¨²n problema. Es s¨®lo televisi¨®n, aunque se disfrace de docureality. Puro entretenimiento. Me parece mucho m¨¢s bobo que nos hagamos trampas a nosotros mismos. Y que encima piquemos. Tomemos, por ejemplo, eso que llamamos "la juventud". Ah, qu¨¦ gran problema. Los j¨®venes de hoy son ignorantes, salvajes, borrachuzos, vand¨¢licos. ?Qu¨¦ se puede hacer con ellos? De momento, rebajar la edad penal a los 12 a?os, para que vayan enter¨¢ndose. ?Y luego? No s¨¦, hay muchas posibilidades. Ya se nos ocurrir¨¢n cosas sobre la marcha.
El caso es que nos lo creemos. Los medios ayudan lo suyo: un botell¨®n que acaba en batalla campal y en agresiones a la polic¨ªa, un menor que asesina o una agresi¨®n en clase se presentan como algo ins¨®lito, algo que nunca hab¨ªa sucedido antes. No estoy hablando del problema concreto en ciertos centros de ense?anza p¨²blica, atribuible a diversas causas (el shock de la oleada inmigratoria, el desplazamiento hacia el profesor de responsabilidades formativas antes asumidas por los padres, etc¨¦tera), sino a esa generalizaci¨®n que ocurre casi cada vez que un adulto pronuncia la palabra "juventud". La edad comporta descubrimientos, a veces desagradables, en general desalentadores. Uno de ellos es la man¨ªa con los j¨®venes. Puede que sea verdad, puede que la juventud de hoy sea tan malcriada, inculta y violenta como nos la pintan: si no fuera as¨ª, no llevar¨ªamos veintitantos siglos diciendo que la juventud de hoy no vale nada.
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