Seguimos vivos
El mundo no se ha acabado. Espa?a no se ha roto. Pero llegar a septiembre de 2009 ha sido una haza?a considerable: sortear crisis, pandemias, cat¨¢strofes reales o imaginarias, populismos vivos o difuntos, zafarranchos y zapatiestas, independencias, dependencias, paro, subempleo, sobrecualificaci¨®n, agujeros negros y amarillos, virus, Rajoy y ZP incluidos, para sobrevivir. Qu¨¦ enorme epopeya. ?Qui¨¦n hubiera dicho hace un a?o que llegar¨ªamos hasta aqu¨ª? ?Se atreve alguien a negar el gran ¨¦xito que supone superar el frenes¨ª, el purgatorio, la ultracreatividad, Facebook, los pijo-independentistas y el reino del ingenio, la autocomplacencia, la anomia y el cachondeo borde en que se ha convertido la vida p¨²blica en este pa¨ªs?
Y cuando hablo de pa¨ªs me refiero a algo tan vasto y grandioso como para albergar a la vez a Andre¨ªta y a F¨¨lix Millet, a Laporta, a Garz¨®n y a Carod, a TV-3 y a Bel¨¦n Esteban, adem¨¢s de tantos invitados: desde Evo Morales a los Beatles, desde Berlusconi al se?or de los trajes de Valencia, desde Bru de Sala a Leire -Jes¨²s- Paj¨ªn y familia. ?Es que hay algo m¨¢s posmoderno en el mundo que los consumidores de este mejunje cultural? ?Acaso se ignora el m¨¦rito que es haber pasado por todo ello y seguir vivos? Es admirable la resistencia de las malas hierbas a las peores influencias y a las vidas de los santos -que dir¨ªa Eduardo Mendoza- contempor¨¢neos. Qu¨¦ fest¨ªn descubrir que sobrevivimos a tanto ajetreo de buenas intenciones y tonter¨ªas con pretensi¨®n trascendente: el mundo se acaba, pero aqu¨ª estamos todos, otra vez. Es septiembre.
Y se vuelve con ganas: dispuestos a lo que sea, en Benidorm, en Arenys de Munt, en La Moncloa o en la Cochinchina. La generaci¨®n del ji, ji, ja, ja, je, je (esa que abomina de los llamados, ?uf!, progres) se ha puesto manos a la obra y pronto no har¨¢ falta que Montilla haga discursos, sino que bastar¨¢n las caranto?as de sus imitadores, y Bel¨¦n Esteban, cual Agustina de Arag¨®n posmoderna -?arriba la Esteban!- salvar¨¢ a Espa?a. Estos son los productos para la exportaci¨®n que ofrecen al mundo los nuevos talentos del pa¨ªs. Ha costado trabajo llegar hasta aqu¨ª, pero el futuro es espl¨¦ndido.
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