PSOE / PP, el ensimismamiento
El ¨²ltimo Consejo Federal del PSOE ha constituido una espectacular demostraci¨®n de unidad, y en el pensamiento de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero esa cohesi¨®n ser¨¢ su principal legado al futuro del partido. Quienes la han atacado, fundamentalmente este diario, se han equivocado al elaborar su plan de destrucci¨®n: los socialistas no permitir¨¢n que nadie les escriba el gui¨®n. La reacci¨®n de Zapatero ha obtenido un aplauso generalizado, tanto de quienes est¨¢n obligados a ello, caso de P¨²blico, como de tenaces opositores habituales, caso de El Mundo. Curiosamente, en ninguno de estos comentarios elogiosos se introduce la cuesti¨®n al parecer irrelevante de cu¨¢l era el contenido de las cr¨ªticas vertidas por quienes ahora "bombardean La Moncloa" y si tales cr¨ªticas resultan confirmadas o desmentidas por las intervenciones del presidente.
Zapatero ha construido una trayectoria err¨¢tica a golpe de improvisaciones en pol¨ªtica econ¨®mica
Zapatero ha dicho que "gobernar incluye improvisar". ?sta era precisamente la principal censura que se dirig¨ªa contra su acci¨®n de gobierno en el ¨²ltimo medio a?o. Al borde de una crisis claramente previsible en v¨ªspera de las elecciones y en medio de la misma, obsesivamente negada por orden superior, Zapatero ha construido una trayectoria err¨¢tica a golpe de improvisaciones en su pol¨ªtica econ¨®mica. As¨ª le vimos poniendo sobre la mesa la apuesta electoralista de los 400 euros, hoy sabemos que frente a la realmente progresista de Solbes de desgravarlos a las rentas m¨¢s bajas. Votos mandan. Luego sali¨® en apoyo de los bancos y ahora -como, seg¨²n asegura, lo peor de la crisis ha pasado- la preocupaci¨®n exclusiva es la pol¨ªtica social por encima de "cualquier otra circunstancia" y la "atenci¨®n al paro". Antes, para nada socialdem¨®crata; ahora socialdem¨®crata incluso con lenguaje populista: tenemos al ¨²nico l¨ªder que en Europa "se opone a los poderosos".
Aun cuando se est¨¦ de acuerdo, como es mi caso, con las medidas protectoras, resulta discutible semejante procedimiento de enfocar ¨²nicamente el paro, olvidando deliberadamente la econom¨ªa. Est¨¢ muy bien extender al m¨¢ximo la protecci¨®n, pero en una crisis la pol¨ªtica fiscal no puede atender en exclusiva objetivos sociales, que quedar¨¢n anulados si la econom¨ªa del pa¨ªs empeora. Por eso, para que encaje el relato, Zapatero tiene que acudir a la previsi¨®n optimista: lo peor ya pas¨®, afirma. As¨ª se justifica que ponga la carreta delante de los bueyes; primero el fin social y luego c¨®mo encontrar los recursos financieros, en vez de pensar ambas cosas conjuntamente. Opci¨®n menos rentable ante la opini¨®n p¨²blica. Pronto todo ir¨¢ hacia lo mejor con el mejor de los presidentes.
Ante el Comit¨¦ Federal, Zapatero evit¨® hacer balance de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno. Como nos critican, renunciemos a pensar, es la consigna. Dos editoriales de un peri¨®dico son el problema, no la crisis. Los dirigentes del PSOE, los cuadros medios, incluso los militantes se convertir¨¢n en transmisores. Lo que debe hacer el monol¨ªtico partido ante la sociedad, en palabras de Chaves, es "esforzarse por explicar la hoja de ruta", es decir, las directrices que el presidente va a fijar para la ocasi¨®n, como la subida de impuestos, sin que siquiera informe en el Consejo Federal a esos mismos transmisores de sus l¨ªneas maestras. Vac¨ªo de an¨¢lisis, pero determinaci¨®n total, as¨ª como exigencia de seguimiento. En el PSOE impera el "flujo circular del poder" que R.V. Daniels fijara como pauta de funcionamiento del partido sovi¨¦tico: dada la integraci¨®n de los dirigentes en el aparato de Estado, los nombramientos dependen de la plena lealtad al l¨ªder, sin reserva alguna, y luego revierten en apoyo inquebrantable a sus decisiones.
No debe extra?ar que ese requerimiento de plena lealtad se extienda a los medios de comunicaci¨®n. Antecedente: la estrategia de la ara?a desarrollada por Aznar con id¨¦ntico blanco. Ciertamente este diario apoy¨® con fuerza al socialismo espa?ol desde 1977, pero siempre mantuvo un grado de pluralismo, preserv¨® la autonom¨ªa de la propia reflexi¨®n pol¨ªtica y no ha sido una correa de transmisi¨®n en los t¨¦rminos que garantizan a Zapatero sus recientes promociones de medios. La inseguridad de la pol¨ªtica presidencial no es un producto de estas p¨¢ginas. As¨ª como la gravedad del momento no amenaza al "capit¨¢n", sino a la nave.
El capit¨¢n cuenta con la complicidad involuntaria de su adversario. Zapatero no tiene ideas, sino ocurrencias -a veces de lamentable oportunismo, al plegarse ante Berlusconi-, pero es que Rajoy nada hace. Igual que Zapatero, impone una disciplina f¨¦rrea sobre el PP, sin siquiera suscitar en su direcci¨®n el coro de aprobaciones. Gris sobre gris. Como el personaje de Machado, espera que en 2012 llegar¨¢ al poder "cual torna la cig¨¹e?a al campanario". Salvo cat¨¢strofes, puede esperar.
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