La discriminaci¨®n es positiva si est¨¢ bien motivada
Primar las subvenciones a cineastas mujeres puede amenazar el principio de igualdad - Todas las pol¨ªticas para ayudar a minor¨ªas o colectivos desfavorecidos deben estar justificadas - En EE UU siempre se acompa?an de estudios
El anuncio de que la orden ministerial que desarrolla la Ley del Cine primar¨¢ a la hora de otorgar subvenciones a las pel¨ªculas dirigidas por mujeres ha reabierto el debate sobra la discriminaci¨®n positiva y sus l¨ªmites. Es una medida m¨¢s de las que se aplican en Espa?a al socaire de la Ley de Igualdad de 2007, pero que provoca el rechazo de algunos sectores sociales por considerar que no est¨¢n justificadas en Espa?a en pleno siglo XXI, porque pueden favorecer a colectivos que no lo necesitan o bien porque la iniciativa acaba siendo una simple soflama propagand¨ªstica de cara a la galer¨ªa y con intenciones electorales.
"Estamos acostumbrados a que la igualdad est¨¦ en los titulares de los peri¨®dicos y en los principios pol¨ªticos, pero no se concreta nunca. Por supuesto que apoyamos las ayudas al cine hecho por mujeres, pero queremos que sea un procedimiento claro y objetivo, que no dependa de la voluntad de ning¨²n tribunal, y eso es lo que todav¨ªa no se ha concretado", explica In¨¦s Par¨ªs, presidenta de la asociaci¨®n de mujeres Cineastas y de los Medios Audiovisuales (CIMA).
Vict¨°ria Camps afirma que deben primar los m¨¦ritos sobre el sexo
A¨ªdo compar¨® la discriminaci¨®n de personas con la de las lenguas
De todas las pel¨ªculas espa?olas, s¨®lo un 7% tuvo una directora
Albert¨ª, catedr¨¢tico de Derecho, cree que el debate sobre igualdad llega tarde
La igualdad queda reducida a veces a soflamas propagand¨ªsticas
La tutela del Estado choca con la idea de una generaci¨®n que ya es adulta
El cuidado de los hijos puede repartirse en vez de pedir permisos
Prostitutas y trabajadoras dom¨¦sticas siempre quedan excluidas
A falta de concreci¨®n, el anuncio realizado por el ministerio de Cultura es que, en igualdad de condiciones -se supone que de calidad art¨ªstica- el proyecto cinematogr¨¢fico dirigido o realizado por una mujer o cuyo gui¨®n haya sido escrito por una mujer pasar¨¢ por delante del que presente un hombre.
Igualdad y discriminaci¨®n positiva. Dos conceptos que en ocasiones se presentan antag¨®nicos, explica Enoch Albert¨ª, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Univerdad de Barcelona. "La igualdad pura y dura es tratar diferente a los que no son iguales. La discriminaci¨®n positiva es que, en igualdad de condiciones, se favorece a un colectivo determinado porque se considera que est¨¢ en desventaja respecto a la media de la ciudadan¨ªa", dice Albert¨ª. Parece lo mismo, pero no lo es, porque la discriminaci¨®n positiva puede acabar vulnerando el principio de igualdad ante la ley que consagra la Constituci¨®n, explica el jurista. Y ¨¦sa ha sido, por ejemplo, una de las cr¨ªticas que han realizado algunos directores de cine a las ayudas anunciadas para sus colegas femeninas.
Albert¨ª insiste en que antes de aplicar una medida de discriminaci¨®n positiva se deber¨ªa explicar claramente cu¨¢l es la situaci¨®n de desigualdad que la justifica y aclarar que esas ayudas tienen una duraci¨®n temporal y se aplicar¨¢n hasta que se corrija la desventaja en la que se encuentra el colectivo afectado.
Es lo que sucede, por ejemplo, en Estados Unidos, cuna de la discriminaci¨®n positiva desde la Ley de Derechos Civiles de la d¨¦cada de 1960. Cualquier medida en este sentido que se aplica en aquel pa¨ªs va acompa?ada de estudios y cifras que la justifican, del n¨²mero de personas a las que afecta, y de su duraci¨®n en el tiempo. Y, pese a ello, esas pol¨ªticas han sido siempre cuestionadas y actualmente est¨¢n perdiendo mucha fuerza, pues la igualdad social es cada d¨ªa m¨¢s evidente.
"En Espa?a nos hemos apuntado muy tarde a esas pol¨ªticas de igualdad y sin que se haya producido un debate pol¨ªtico en profundidad. Se ha hecho una Ley de Igualdad y a partir de ah¨ª se est¨¢n aplicando diversas medidas", explica Albert¨ª.
S¨®lo el PP vot¨® en contra aquella ley y la recurri¨® ante el Tribunal Constitucional porque establec¨ªa la paridad de las listas electorales, pero una sentencia zanj¨® el debate y aval¨® la obligatoriedad de que hasta un 60% de los candidatos sean de un mismo sexo y, consecuentemente, que un m¨ªnimo del 40% sean del otro.
En el caso de las anunciadas ayudas al cine hecho por mujeres, In¨¦s Par¨ªs considera que est¨¢n m¨¢s que justificadas "para corregir las desigualdades que crea el mercado" y porque es un mundo que presenta ¨ªndices muy elevados de desigualdad entre sexos. "Ocurre lo mismo en la miner¨ªa o en el Ej¨¦rcito y nadie se queja igual", precisa. Para avalar sus palabras recuerda que s¨®lo el 7% de las m¨¢s de 1.000 pel¨ªculas que se han hecho en Espa?a en la ¨²ltima d¨¦cada fueron dirigidas por mujeres. Las guionistas de estas cintas fueron el 15% y s¨®lo una de cada cinco las produjeron mujeres. Empar Pineda, hist¨®rica activista feminista y portavoz del colectivo Las Otras Voces Feministas, coincide con Par¨ªs en que esas ayudas est¨¢n justificadas porque "hay profesiones o ¨¢mbitos, como el cine, en el que la presencia de mujeres ha aumentado, pero sigue siendo minoritaria".
En la pol¨¦mica ha terciado hasta la ministra de Igualdad, Bibiana A¨ªdo, quien ha recordado que se incentivar¨¢n los proyectos cinematogr¨¢ficos dirigidos o realizados por mujeres igual que ahora sucede con las pel¨ªculas realizadas en catal¨¢n o por un director canario. Horas despu¨¦s de esas declaraciones, el Ministerio de Igualdad emiti¨® una nota precisando que A¨ªdo "s¨®lo pretend¨ªa llamar la atenci¨®n por el hecho de que la pol¨¦mica se genere s¨®lo cuando las acciones positivas son dirigidas a mujeres" y que era "totalmente partidaria de fomentar el cine en catal¨¢n".
Lo que olvid¨® puntualizar es que en Espa?a se priman las pel¨ªculas en cualquier lengua minoritaria, sea catal¨¢n, gallego o vasco, precisamente porque son minoritarias, y que en el caso de Canarias las ayudas se justifican por su lejan¨ªa geogr¨¢fica respecto a la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, que coloca a los directores de all¨ª en desventaja. Ni en uno ni en otro caso el anuncio de las ayudas levantaron la misma pol¨¦mica.
"Una cosa es discriminar personas y otra cosa es discriminar lenguas. Las razones no son las mismas y por eso no se pueden comparar ambas situaciones. De ah¨ª que las palabras de la ministra me parezcan desafortunadas", opina Vict¨°ria Camps, catedr¨¢tica de ?tica de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y que durante su trayectoria profesional ha destacado por la defensa del papel de la mujer en la vida pol¨ªtica y denunciando su exclusi¨®n social y laboral. Camps defiende sin ambages la discriminaci¨®n positiva. "Es necesaria porque todav¨ªa hay pocas mujeres en los lugares donde se deber¨ªa visualizar la igualdad de sexos". Con todo, precisa que "debemos ir hacia un modelo en que se consideren los m¨¦ritos de la persona, no el sexo". Por eso le parecer¨ªa m¨¢s apropiado hablar de que se primar¨¢n los proyectos cinematogr¨¢ficos de mujeres "en igualdad de m¨¦ritos" a los de los hombres en vez de "en igualdad de condiciones", aunque m¨¢s all¨¢ de la definici¨®n coincide en que se trata de conceptos de dif¨ªcil concreci¨®n. "El tema es que a los hombres casi siempre se les supone o se les atribuye el m¨¦rito profesional por su condici¨®n de hombres y las mujeres lo tienen que demostrar", a?ade Camps.
Justo S¨¢enz es presidente de la Confederaci¨®n Estatal de Madres y Padres Separados, lleva m¨¢s de 30 a?os colaborando con organizaciones pol¨ªticas y movimientos sociales a favor de la igualdad y desde 2003 concentra su actividad como profesor de primaria en programas de ese tipo en el Pa¨ªs Vasco. Admite que es innegable que la mayor¨ªa de las pel¨ªculas que se hacen en Espa?a las dirigen los hombres, pero cree que deber¨ªa explicarse "cu¨¢ntas mujeres han querido hacer pel¨ªculas y no han podido y por qu¨¦". "?Quiere decir eso que est¨¢n menos capacitadas o tienen menos experiencia?", se pregunta "Claro que no. Por eso hay que analizar si existe esa situaci¨®n de discriminaci¨®n y cu¨¢l es su origen, porque a lo mejor lo que hace falta no es dar dinero sino aplicar otras pol¨ªticas de formaci¨®n".
Pineda tambi¨¦n considera que los incentivos econ¨®micos han de ser siempre un traje a medida en cada caso. "Una misma norma no puede servir para todo y que la discriminaci¨®n no tenga l¨ªmites". El tema de fondo, dice Pineda, es qu¨¦ entendemos por discriminaci¨®n positiva, c¨®mo y a qu¨¦ grupos se aplica. "En muchas ocasiones son s¨®lo soflamas igualitarias, pura propaganda que no va a ning¨²n sitio y que acaba perjudicando a las propias mujeres, pues una parte de la sociedad no las entiende". Eso ocurre, seg¨²n Pineda, con algunos aspectos de la Ley de Igualdad de 2007 que, entre otras modificaciones, introdujo las cuotas femeninas en las listas electorales. Otras pretensiones del debate de entonces, como la de reservar puestos para mujeres en los consejos de administraci¨®n de las empresas, quedaron aplazadas.
Justo S¨¢enz considera que a principios de la Transici¨®n ten¨ªan sentido las pol¨ªticas de discriminaci¨®n positiva, porque las secuelas que hab¨ªa dejado el franquismo en las mujeres las situaban en una situaci¨®n de evidente desigualdad. "Ahora habr¨ªa que ser m¨¢s cauteloso con esas medidas. Las mujeres ya superan a los hombres en muchos ¨¢mbitos profesionales y no necesitan que el Estado les haga de tutor como si fueran menores de edad. No estamos hablando de la Espa?a rural", dice S¨¢enz.
Paloma Ur¨ªa, profesora de Lengua y Literatura ya jubilada, fue una de esas mujeres que lideraron el movimiento feminista tras la muerte de Franco. Ahora acaba de escribir un libro con lo que fueron aquellos a?os, "porque es bueno que se sepa de d¨®nde venimos". Se declara partidaria de las medidas de discriminaci¨®n positiva, pero admite que "es un tema bastante resbaladizo" y que "esas medidas han de ser muy consensuadas porque si no pueden generar el efecto contrario del que se pretende conseguir".
Ur¨ªa recuerda que millones de mujeres quedan siempre al margen de esas pol¨ªticas de discriminaci¨®n positiva y que es a ellas a las que habr¨ªa que ayudar. Por ejemplo, a las que tienen hijos y que piden una excedencia para cuidar de ellos o se recluyen en casa mientras su pareja se sigue promocionando profesionalmente. "Cuando ella vuelve al mercado laboral lo hace en situaci¨®n de desventaja. Ahora parece que lo m¨¢s feminista es pedir que aumenten los permisos de maternidad, cuando lo que hay que hacer es socializar el cuidado de los hijos y obligar a los hombres a que se impliquen en su crianza", afirma Ur¨ªa. "Las feministas de entonces no ped¨ªamos m¨¢s permisos a cuenta del Estado, sino mejores servicios en todos los ¨¢mbitos, empezando por las guarder¨ªas".
?Por qu¨¦ en las ayudas al cine no se priman tambi¨¦n los diversos oficios desempe?ados por mujeres que intervienen en el rodaje de una pel¨ªcula? Es una pregunta sin respuesta. "Se lanzan estereotipos para justificar la discriminaci¨®n positiva y lo que se transmite en muchas ocasiones es una igualdad de sal¨®n que s¨®lo beneficia a las clases medias. Las mujeres que se beneficien de las ayudas del cine ya tienen formaci¨®n y no pasan penurias. Con todos los respetos, creo que no lo necesitan", explica S¨¢ez. "?Qu¨¦ igualdad es ¨¦sa? ?Por qu¨¦ no se preocupa nadie de las mujeres que realizan trabajos dom¨¦sticos ni se aborda en serio el tema de la prostituci¨®n, dos empleos de muy baja cualificaci¨®n que s¨ª necesitan de la discriminaci¨®n positiva?", se pregunta.
Marian Caro, otra feminista con muchos a?os de militancia a la espalda y que colabora con la ONG Acci¨®n en Red precisa que "con el dinero p¨²blico hay que ser muy escrupuloso. Igual que no se pueden aplicar pol¨ªticas de discriminaci¨®n positiva con inmigrantes s¨®lo por el hecho de serlo, sino que se requiere que est¨¦n en riesgo de exclusi¨®n social u otras razones, no se pueden otorgar ayudas a mujeres s¨®lo por su condici¨®n femenina". Caro coincide en que esas medidas s¨®lo est¨¢n justificadas cuando existe un problema evidente que debe abordarse.
Desigualdad legal entre sexos
La Constituci¨®n proclama en el art¨ªculo 14 la igualdad de los espa?oles ante la ley, "sin que pueda prevalecer discriminaci¨®n alguna por raz¨®n de nacimiento, raza, sexo, religi¨®n, opini¨®n o cualquier otra condici¨®n o circunstancia personal y social". La pr¨¢ctica cotidiana es muy distinta al amparo de la ley y de la aplicaci¨®n que hacen muchos jueces.
- M¨¢s c¨¢rcel si pega un hombre. El art¨ªculo 153.1 del C¨®digo Penal castiga entre seis meses y un a?o al hombre que golpee o maltrate a una mujer si es o ha sido su esposa. Si ese mismo delito lo protagoniza una mujer, las penas de c¨¢rcel previstas van de tres meses a un a?o. Hace unos d¨ªas fueron juzgados en Barcelona el ex decano de los jueces Jos¨¦ Manuel Regadera y su ex esposa por una ri?a conyugal que lleg¨® a las manos. El fiscal pidi¨® para ¨¦l nueve meses y un d¨ªa de c¨¢rcel y para ella siete meses.
- M¨¢s permiso de maternidad. Una mujer que acaba de dar a luz en Espa?a tiene derecho a 16 semanas de baja remuneradas al 100% si ha cotizado un tiempo a la Seguridad Social. El "otro progenitor", que es como lo define la ley, tiene derecho a un permiso de paternidad intransferible de 13 d¨ªas retribuidos. Estamos muy lejos del resto de Europa, donde las diferencias entre sexos en esos permisos son mucho m¨¢s reducidas. Y nada que ver con Suecia, el paradigma del Estado del bienestar, donde la pareja tiene derecho a 480 d¨ªas de permiso, a disfrutar c¨®mo y cu¨¢ndo les vaya bien a ambos en los ocho primeros a?os de vida del ni?o.
- Custodia, pensi¨®n y casa. Las separaciones y divorcios que no son de mutuo acuerdo finalizan en el 95% de los casos con la atribuci¨®n de la custodia de los hijos a las mujeres. Y ello va aparejado siempre de una pensi¨®n de alimentos en funci¨®n de los ingresos del padre y de una pensi¨®n compensatoria para la madre si dej¨® de trabajar para cuidar de los ni?os. Adem¨¢s de la atribuci¨®n de la vivienda familiar, aunque la estuvieran pagando entre los dos o la comprara ¨¦l.
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