"Me cas¨¦ con un pene"
Pregunta. ?Usted cree que hay islas bajo el mar?
Respuesta. En el caso de mi libro, s¨ª. Los esclavos de la colonia francesa de Saint Domingue cre¨ªan que para ir al para¨ªso hab¨ªa que bajar al fondo del mar, donde estaba Guinea.
P. ?Usted tiene, como ellos,sus loas protectoras?
R. En Brasil me echaron las conchitas ¨¦sas, y dijeron que mi loa es Iemany¨¢, la diosa madre, la del agua y el mar. Dije: son tonter¨ªas. Lo volv¨ª a hacer en otra ciudad, y sali¨® lo mismo. As¨ª que empiezo ya a creer un poquito.
P. Entiendo lo de la diosa madre. Siempre dice que va de matriarca.
R. Porque incluye madre, suegra, abuela, hija. Soy como Marlon Brando en El Padrino.
P. ?Un poco Corleone?
R. S¨ª. Podr¨ªa asesinar f¨¢cilmente a quien haga da?o a alguien que yo quiera.
P. ?De qu¨¦ es esclava?
R. Ay, de los sentimientos. Del cari?o, por mis padres, por los hijos; de algunas causas: todas las que ata?en a la justicia, a la mujer. Y del chocolate negro.
P. ?A qui¨¦n le har¨ªa un buen vud¨²?
R. A Obama. Le colgar¨ªa alg¨²n fetiche, alg¨²n collar para protegerlo de tanto loco suelto que anda por ah¨ª.
P. ?Y el vud¨² de los alfileritos?
R. ?El de la magia negra? A todos los torturadores. Y despu¨¦s, posiblemente a los banqueros, que han quebrado a tanta gente y la tienen en la ruina.
P. Cuenta que, por ser muy independiente, siempre estuvo obsesionada con que nadie le pagara un restaurante. ?No tendr¨ªa que revisar su postura, tal y como est¨¢ el patio?
R. Ahora me toca a m¨ª pagarlo [r¨ªe].
P. Trabaj¨® como periodista. ?No pudo haber hecho algo de provecho?
R. Podria haber hecho empanadas. Me habr¨ªa ido mejor. Hago algunas comidas, pero el que cocina es mi marido, mi gringo.
P. ?Sigue usando a su perra como despertador?
R. S¨ª, mi Olivia, a la que echo horriblemente de menos. Mire, se la voy a mostrar [saca foto de su Olivia]. Ahora, si me pide una foto de los nietos, no la tengo.
P. Y cuando viaja, ?c¨®mo se despierta?
R. Con Willie [su marido], que ronca, y me despierta tempranito.
P. "La ficci¨®n ocurre en el vientre, y si lo proceso demasiado, se me pone duro". ?Ahora c¨®mo lo tiene?
R. Vac¨ªo, y a punto de empezar a gestar algo, porque nos vamos aproximando al 8 de enero [fecha fetiche en la que empieza a escribir].
P. Su hijo dice que hay cosas peores que tener una escritora en la familia. ?Usted lo cree?
R. S¨ª, dice que hay cosas peores. Yo podr¨ªa ser, por ejemplo, un asesino a sueldo. O asesora de Bush.
P. Ha comentado que Freud opinar¨ªa que lo suyo es envidia del pene. ?Lo echa de menos?
R. Tengo uno. Quiero decir que me cas¨¦ con uno, con un pene [r¨ªe]. No es que yo lo lleve puesto.
P. Su protagonista, Zarit¨¦, dice que ha bailado siempre. ?Usted a qu¨¦ son se mueve?
R. Al de la imaginaci¨®n. Soy m¨¢s mala para el baile... Es como mover un bus.
P. ?Huye de la realidad o tiene muchos p¨¢jaros en la cabeza?
R. P¨¢jaros. Miles de p¨¢jaros. Seg¨²n mi padrastro, soy mit¨®mana, todo lo veo torcido, o distinto, o con otro ¨¢ngulo. O lo exagero. O lo convierto en historia. Me tortura la imaginaci¨®n. Cualquier cosa la sue?o, la revivo, me obsesiona, me pena.
P. Siempre empieza los libros el 8 de enero y quema salvia. Lo hizo cuando escribi¨® El Zorro. ?Se ve m¨¢s cerca del personaje o de Antonio Banderas?
R. Ay, ojal¨¢ estuviera cerca de Antonio Banderas. A lo mejor un ratito... Est¨¢ buen¨ªsimo. Todav¨ªa est¨¢ buen¨ªsimo.
P. ?Y esa importancia que da al helado de coco?
R. Ya no es importante. Ahora lo es el chocolate. En ¨¦l hay algo oscuro. Est¨¢ lleno como de una energ¨ªa misteriosa.
P. Misteriosa, para nada: luego se ve a la altura de la cadera.
R. Despu¨¦s de los sesenta da igual, querida, porque, tengas caderas o no, ya eres invisible. Podr¨¢s andar en pelotas en la Plaza de Armas, y no te van a mirar.
P. Repite y repite que el punto G est¨¢ en el o¨ªdo. ?No tiene usted una anatom¨ªa un poco rara?
R. No, querida, el punto G est¨¢ en el o¨ªdo. Se han hecho estudios sobre por qu¨¦ los hombres ven pornograf¨ªa, y es porque su erotismo es visual. A las mujeres tienen que susurrarnos en el o¨ªdo. Eso s¨ª que nos excita. Si Antonio Banderas te susurra en el o¨ªdo, d¨¦jate de cosas [risas]. Aunque te recite la gu¨ªa de tel¨¦fonos.
P. El caso es que le susurren.
R. S¨ª. Mi marido dice que es la ¨²nica forma de que yo escuche.
P. ?Hay algo que le gustar¨ªa tener?
R. Piernas largas, veinte a?os menos y a Banderas un s¨¢bado por la noche.
P. ?Y si llega el 8 de enero y no se le ocurre nada?
R. Ya me ha pasado. La jod¨ª.
Perfil
Tiene 67 a?os, un hijo, tres nietos y una perra con la que le gusta caminar. Cuenta que, a pesar de salir a libro cada dos a?os, tiene tiempo para todo, desde tomarse un caf¨¦ a hacer el amor o ir al cine. Dice tener muchos defectos: "Intrusa, dominante, curiosa, habladora, indiscreta, impertinente... Puedo ir por orden alfab¨¦tico". Y una ¨²nica man¨ªa: pintarse los ojos. Le encanta hacer collares, y se siente protegida por fuerzas invisibles.
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