Una salida honorable

El ratito se le alarga y el deterioro es cada vez m¨¢s brutal. Es un estropicio pol¨ªtico y, por contaminaci¨®n, una chapuza judicial. Despu¨¦s de conocerse el contenido del informe de la polic¨ªa sobre la financiaci¨®n irregular del PP valenciano, Mariano Rajoy, Francisco Camps, y Juan Luis de la R¨²a no tienen muchas salidas.

A la hora que escribo estas l¨ªneas a¨²n no se ha reunido la ejecutiva del PP valenciano de la que, seg¨²n Mar¨ªa Dolores de Cospedal, la direcci¨®n nacional espera "una actuaci¨®n contundente" por parte de Camps. A falta de que se concrete, es evidente que, con lo publicado a estas alturas, ya no basta con la dimisi¨®n de Ricardo Costa, quien desde hace meses es un zombi pol¨ªtico, un cad¨¢ver de permiso. Porque, a medida que pasan los d¨ªas, da la impresi¨®n de que la ¨²nica soluci¨®n digna que le queda a Francisco Camps es presentar su dimisi¨®n como presidente de la Generalitat valenciana y a Juan Luis de la R¨²a, retirarse y dejar la presidencia del TSJ de la que, por mandato legal, debi¨® haber cesado a principios de julio. Un mes antes de firmar el auto por el que le daba carpetazo al procedimiento abierto contra Camps y tambi¨¦n un mes antes de acordar la pol¨¦mica resoluci¨®n judicial por la que se negaba a tomar en consideraci¨®n el informe policial sobre la financiaci¨®n ilegal del PP valenciano. Ayer se supo que el PSOE ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo, contra el archivo del caso, lo que permite augurar que el culebr¨®n judicial se prologar¨¢ bastantes meses. ?Se lo pueden permitir las instituciones y los ciudadanos?

A medida que se han ido conociendo m¨¢s detalles de la trama valenciana del caso G¨¹rtel, el asunto toma cada vez m¨¢s aires de vodevil grotesco, de bufonada cutre: los propios trajes con o sin trabilla; el amiguito del alma te quiero un huevo; los bolsos de Vuitton; los regalos para la ni?a y la se?ora; la pastuqui de la que hablaba Correa; el hipot¨¦tico pago de los trajes con dinero de la caja de la farmacia; la misma boticaria convertida en transmisora de mensajes para el marido; y la frase de "ese lo sabe todo" con la que un dirigente del PP se refiere a Camps en una conversaci¨®n con El Bigotes.

Resulta adem¨¢s que todo esto sucede en una comunidad cuyo estatuto de autonom¨ªa otorga al presidente el pleon¨¢stico tratamiento de Muy Honorable. No s¨®lo es evidente que se trata de una redundancia absoluta, o se es honorable, o no se es. Es que, con la que est¨¢ cayendo, lo de Molt Honorable, en boca de sus adversarios pol¨ªticos, lleva camino de convertirse en un remoquete ir¨®nico. Zaplana, que era m¨¢s espabilado, se hac¨ªa llamar Molt-ho y aqu¨ª paz y all¨¢ gloria. O tempora, o mores!

Con lo honorable que es una dimisi¨®n a tiempo.