Villepin niega toda relaci¨®n con el compl¨® contra Sarkozy
El ex primer ministro franc¨¦s exculpa tambi¨¦n al ex presidente Chirac en el juicio por el 'caso Clearstream'
En la vieja sala del Palacio de Justicia de Par¨ªs donde en su d¨ªa se conden¨® a Mar¨ªa Antonieta, Dominique de Villepin, ex primer ministro, testific¨® ayer en otro juicio hist¨®rico que polariza la vida pol¨ªtica francesa: el caso Clearstream. Villepin, abogado de formaci¨®n, respondi¨® tranquilo a las preguntas de los jueces y los fiscales, sin perder la prestancia augusta que le acompa?¨® a lo largo de toda su carrera. Acusado de instigar a denunciar fraudulentamente en 2004 a Nicolas Sarkozy mediante la inclusi¨®n de su nombre en un listado bancario comprometedor para torpedear su ascenso pol¨ªtico, el ex primer ministro neg¨® ayer haber participado en el compl¨® e intent¨® zafarse de las principales pruebas que le acusan: las notas manuscritas guardadas en los cuadernos de bolsillo de un viejo conocido de Villepin, el general Philippe Rondot, ex responsable de los servicios secretos e involucrado en el asunto por orden, precisamente, de Villepin.
"Nunca mencion¨¦ a Sarkozy sobre este asunto", alega el acusado
El ex primer ministro tambi¨¦n exculp¨® a su mentor, al ex presidente Jacques Chirac, el hombre que le nombr¨®, por ese orden, secretario general del El¨ªseo, ministro de Asuntos Exteriores y primer ministro. Villepin asegur¨® que jam¨¢s recibi¨® instrucciones de Chirac para investigar el caso Clearstream, en contra de lo que dejan suponer algunos de los escritos de Rondot.
La cuesti¨®n crucial a la que tuvo que enfrentarse Villepin ayer fue, en resumen, una: ?Qu¨¦ pas¨® la tarde del 9 de enero de 2004 en su despacho de Asuntos Exteriores? ?Qu¨¦ se dijo? ?Qu¨¦ orden¨® ¨¦l en concreto? Aquella tarde se reunieron en el magn¨ªfico despacho del ministro, a un paso del Sena, tres personas: el industrial Jean-Louis Gergorin, ex presidente del conglomerado aeron¨¢utico EADS y hombre aterrorizado por la mafia rusa, adicto a los m¨®viles, a las blackberrys y al secretismo; el general de tres estrellas y maestro de esp¨ªas Rondot y el ministro de Asuntos Exteriores de entonces, Villepin.
Seg¨²n el general, Gergorin, acusado tambi¨¦n en el proceso, sac¨® del bolsillo interior de la chaqueta unos papeles del banco Clearstream, las famosas listas falsificadas origen de todo el caso y se los ense?¨® al pol¨ªtico. ?ste orden¨® al agente de los servicios secretos (que ya hab¨ªa investigado el asunto meses atr¨¢s) que volviera sobre el caso. Rondot, en una de las lac¨®nicas notas de sus cuadernos, apunt¨® despu¨¦s: "Apuesta pol¨ªtica: Nicolas Sarkozy". Por entonces, los dos dirigentes (Sarkozy era ministro del Interior), adem¨¢s de profesarse un odio antiguo e insalvable, compet¨ªan por convertirse en el l¨ªder natural de la derecha francesa y sucesor del presidente Chirac. La nota de Rondot, significar¨ªa, m¨¢s o menos, eso: que la reuni¨®n obedec¨ªa a una vieja rivalidad pol¨ªtica.
Villepin se esforz¨® ayer en negar este extremo. Asegur¨® que la frase de Rondot no se ajustaba a la realidad de lo vivido en su despacho, que tal vez fue escrita d¨ªas despu¨¦s, que aquella tarde nadie hizo una referencia concreta a Sarkozy, m¨¢s all¨¢ de las naturales de su cargo como ministro del Interior.
"Puede que yo mencionara a Sarkozy aquel d¨ªa, pero nunca en relaci¨®n con este episodio", explic¨® el ex ministro, que a?adi¨® que ¨¦l no sab¨ªa entonces que las listas eran fraudulentas, que consideraba el asunto un grave caso de corrupci¨®n y que, adem¨¢s, jam¨¢s las tuvo entre las manos.
Hay otro punto importante y controvertido: Gergorin asegura que entre enero y julio se reuni¨® con Villepin varias veces, siempre en secreto y siempre en el despacho de este ¨²ltimo. El ex presidente de EADS ha declarado que se franqueaban "discretamente" las barreras de seguridad del ministerio, que ¨¦l mismo concertaba las citas con la secretaria de Villepin, a la que, para el caso, le hab¨ªa regalado una de sus blackberrys a fin de que nadie interceptara las comunicaciones. Tambi¨¦n asegur¨® Gergorin, y esto es lo m¨¢s comprometedor, que Villepin, en uno de esos encuentros secretos, le orden¨® enviar las listas a un juez. Villepin neg¨® ayer todas esas citas clandestinas y, de paso, la orden de remitir al juez el listado de Clearstream.
-"?No recibi¨® a nadie secretamente en su despacho?", le pregunt¨® uno de los fiscales.
-"A nadie. Tal vez a mi fisioterapeuta", respondi¨® tranquilamente Villepin.
-"?No sab¨ªa que el se?or Gergorin daba masajes!".
La tensi¨®n subi¨® despu¨¦s, cuando tom¨® la palabra el abogado de Sarkozy. Sus preguntas y alusiones irritaron al hasta entonces calmado Villepin, que replic¨®: "Durante toda la instrucci¨®n el dedo de Sarkozy ha estado apunt¨¢ndome a m¨ª y al presidente Chirac. Varios altos funcionarios han sido amenazados. El ministerio de Justicia ha sido hostigado. No hay m¨¢s que ver la cara de Nicolas Sarkozy cuando oye 'Clearstream': su fisonom¨ªa cambia".
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