El bosque sin trabas
Mayores, peque?os o discapacitados, todos caminan bien por una senda adaptada en la salmantina Sierra de Francia
Impresiona el silencio. Hay naturaleza por todos lados, un sendero que se adentra en ella y unas personas que lo recorren. S¨®lo se escuchan las pisadas sobre el pavimento terrizo o sobre el hormig¨®n impreso; si acaso, el roce de alg¨²n bast¨®n con los bordes del camino. Quien marcha por ¨¦l es un grupo de sordociegos de Valladolid, integrantes de ASOCYL (cuyo ¨¢mbito se extiende a toda Castilla y Le¨®n), que disfruta en la sierra de Francia (Salamanca), junto a sus monitores y acompa?antes, de un par¨¦ntesis al aire libre y a sus anchas, sin barreras ni trabas. Algo inusual, por desgracia. Algo que, sin demasiado esfuerzo, podr¨ªa extenderse por otros much¨ªsimos lugares.
Porque un sendero adaptado es un bien en s¨ª mismo, un espacio para el disfrute de muy diversos colectivos. D¨ªas despu¨¦s, en una segunda visita, el alboroto procede de una preadolescente enfurru?ada, que cuestiona airadamente a su madre la necesidad de ver ¨¢rboles "precisamente ahora", cuando estaba tan tranquila en el aparcamiento jugando con su maquinita. Con ellas, carritos de beb¨¦, cuyos conductores agradecen la accesibilidad, lo mismo que la pareja que pasea con su perrito, valorando los muchos bancos que jalonan la ruta.
Sin obst¨¢culos
Los adultos felices del primer d¨ªa festejan expresivamente el poder caminar sin obst¨¢culos, sentir el viento entre las hojas de los ¨¢rboles, aspirar los aromas vegetales, protegerse del sol bajo la umbr¨ªa, beber agua de una fuente, atravesar la pasarela de madera. Aunque en una reflexi¨®n posterior aportan algunas posibles mejoras: "Se?alizaci¨®n apropiada utilizando c¨®digos y lenguaje adaptados a nuestra capacidad comprensiva e interacci¨®n con los elementos naturales que est¨¢n en los m¨¢rgenes del sendero", por ejemplo.
Ello no les impide disfrutar de los 1.760 metros de la senda circular de los Casta?os Centenarios, que parte del ¨¢rea recreativa de El Casarito, en el parque natural de Las Batuecas-Sierra de Francia para, despu¨¦s de un grat¨ªsimo recorrido, regresar al mismo punto.
El sendero en medio de la naturaleza inicial se interrumpe con un corto tramo urbano por El Casarito, un peque?o n¨²cleo de casas que enseguida se deja atr¨¢s.
Cada tanto hay se?ales que confirman que se est¨¢ en la buena direcci¨®n y recuerdan los metros que faltan, as¨ª como el tiempo estimado, que es en total algo menos de una hora.
En esta m¨¢s que correcta se?alizaci¨®n s¨®lo hay un momento de duda, cuando la indicaci¨®n, situada a la izquierda y pegada a unas viviendas, marca: "Camino El Cabaco-Nava-El Casarito-Pe?a de Francia. Pe?a de Francia 5 kil¨®metros". Pues bien, a pesar de que por una vez no se especifica senda de los Casta?os Centenarios, ¨¦ste es el sentido correcto.
A partir de ese momento, el entorno vegetal se despliega en todo su esplendor y ya no nos volver¨¢ a abandonar hasta el final. A derecha e izquierda, casta?os y robles, retamas, zarzamoras, tojos, brezos y unos espectaculares conjuntos de helechos, cuyas perennes hojas verdes parecen trasladarnos a otras latitudes te¨®ricamente m¨¢s h¨²medas.
Siglos en la corteza
Rodear el per¨ªmetro del casta?o centenario de El Casarito constituye uno de los momentos m¨¢s emocionantes del camino. El panel se?ala: 8,32 metros. Y, claro, el grupo quiere comprobarlo, para lo cual apoyan los bastones en su rugoso lomo y enlazan las manos alrededor de su s¨®lido tronco. Aproximadamente 350 a?os les contemplan. Tambi¨¦n las manos, medio de comunicaci¨®n esencial, les ponen en contacto con las figuras talladas en la roca por un artista llamado Tom¨¦, cuyo perfil intentan averiguar.
Para la preadolescente enfurru?ada, el panel de las aves del bosque se convierte en un juego casi tan atractivo como el de su maquinita. Ahora se trata de saber si ese "chuc, chink-chink-chink" que escucha; ese "chic-chi-cheeee", que alterna con "ti-ti si-si"; esas repeticiones de "ti-cha, ti-cha" o de "chi-chi-p¨¢n, chi-chi-p¨¢n", como did¨¢cticamente se se?ala en el texto, corresponden al pico picapinos, al mirlo, al pinz¨®n, al herrerillo, al petirrojo o al carbonero, cuyos cantos y reclamos alegran la senda.
A estas alturas, como era previsible, ya ha olvidado el motivo de su enfado.
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Castilla y Le¨®n adaptada
La senda de los Casta?os Centenarios forma parte de una red de espacios naturales adaptados (algunos, mejorables) en la comunidad de Castilla y Le¨®n. En el c¨¢mping junto al que parte el camino hay ba?os adaptados y cafeter¨ªa con rampa; en el ¨¢rea recreativa, una mesa de pic-nic accesible en silla de ruedas y tres plazas de aparcamiento para discapacitados.
El proyecto, inscrito en el programa de la Carta Europea de Turismo Sostenible, est¨¢ financiado por la Obra Social de la Fundaci¨®n La Caixa y promovido por la Fundaci¨®n del Patrimonio Natural de Castilla y Le¨®n.
Est¨¢n tambi¨¦n adaptados la casa y el jard¨ªn del parque regional Sierra de Gredos (?vila); las casas Valle de Porma, en Puebla de Lillo, y Valdebur¨®n, en Lario, as¨ª como el jard¨ªn interpretativo de este ¨²ltimo, en el parque regional Picos de Europa (Le¨®n); las casas de Cervera y Fuentes de Nava (Palencia); la casa y el sendero de la Glorieta en el parque natural Hoces del R¨ªo Durat¨®n (Segovia); la casa de la reserva natural Riberas de Castronu?o-Vega de Duero (Valladolid) y las casas del parque natural Lago de Sanabria y Fermoselle, junto al jard¨ªn de este ¨²ltimo (Zamora).
Informaci¨®n
? Las Batuecas-Sierra de Francia. Carretera de Las Batuecas, s/n. La Alberca (Salamanca). 923 41 52 13.
? Patrimonio Natural (www.patrimonionatural.org; 902 35 00 10).
? Turismo de Castilla y Le¨®n (www.turismocastillayleon.com).
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