Par¨ªs toma un (raro) rumbo silvestre
Chanel e YSL ponen hedonismo naturalista a la semana de la moda
En una semana de la moda lastrada por la mediocridad, el revolc¨®n en el heno que Karl Lagerfeld le peg¨® ayer a Chanel supo a gloria. Inspirado por las juergas que Mar¨ªa Antonieta se pegaba en su pabell¨®n rural de Versalles, construy¨® un decorado campestre, con guirnaldas de flores y farolillos. De una gigantesca monta?a de heno emerg¨ªan las modelos para pasear sus zuecos por una plataforma cubierta de hierba y tierra. No contento con semejante derroche de medios, a medio desfile el suelo se abri¨® y Lily Allen emergi¨® cantando.
Tanto aparataje podr¨ªa haber eclipsado a la ropa, pero el astuto Lagerfeld supo lidiar con el t¨®pico del sexo campestre con agilidad. As¨ª consigui¨® que su en¨¦sima operaci¨®n de reciclaje del traje de tweed volviera a parecer fresca. Las modelos llevaban los muslos tatuados con picard¨ªa y la versi¨®n en minifalda de las crinolinas de la corte de Luis XVI esquivaba los peligros del pastiche. Us¨® la f¨®rmula que domina la temporada -colores tostados, transparencias y encajes-, pero acert¨® a hacer algo pertinente con ella. Si vamos a jugar al coqueteo y a la referencia procaz, por lo menos pasemos un buen rato. ?se parec¨ªa ser el mensaje de los p¨ªcaros conjuntos en tr¨¦mulas variaciones de tonos carne. Por si quedaban dudas de las intenciones er¨®tico-festivas, el dise?ador cerr¨® el desfile con un tr¨ªo. Su nuevo modelo favorito, Baptiste Giacobini, apareci¨® ataviado de pr¨ªncipe del merengue y flanqueado por dos chicas: la exuberante Lara Stone, con un cremoso vestido blanco, y la andr¨®gina Freja Beha, con chaqueta y pantalones arremangados.
Par¨ªs ha tomado un rumbo extra?amente silvestre. Tambi¨¦n Hannah MacGibbon viaj¨® al campo con su tercera colecci¨®n para Chlo¨¦. Fue un ejercicio mucho m¨¢s contenido y rom¨¢ntico que el de Lagerfeld y se tradujo en ondeantes faldas largas con sandalias planas, capas-manta y tejidos de aspecto artesanal en tonos minerales, caqui y variaciones de blanco. El programa apelaba a "una sensibilidad org¨¢nica" que result¨® tan intrascendente e inocua como un vaso de agua.
Compart¨ªa ambici¨®n naturalista con Stefano Pilati en Yves Saint Laurent. El lunes por la noche, sus notas mencionaban "un chic natural y honesto, un paradigma del nuevo minimalismo". Pilati, que hace seis meses impact¨® con una colecci¨®n modesta y racional, parti¨® del algod¨®n blanco en su acepci¨®n m¨¢s pura y poco refinada (sin rematar y con bordes deshilachados) y deriv¨® en una oda a lo org¨¢nico a la que le costaba encontrar el tono. Los vestidos abullonados resultaban toscos y la revisi¨®n de las blusas de campesina que Saint Laurent creara en los setenta, pueriles. Aunque para ingenuidad la de las fresas estampadas y bordadas. En alg¨²n momento hay que poner vallas a este paseo por el campo.
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