La privatizacion de la sanidad: ?Qui¨¦n gana y qui¨¦n pierde?
Hace 10 a?os que el PP inici¨® el proceso de privatizar el sistema sanitario en la Comunidad Valenciana; empez¨® con el hospital de Alzira y su ¨¢mbito de influencia en atenci¨®n primaria, para continuar con Torrevieja, D¨¦nia, Manises y Elche-Crevillent, en total el 20% de la poblaci¨®n de la Comunidad Valenciana. Durante los meses de mayo y junio de 2009, el PSPV-PSOE ha visitado los departamentos sanitarios, incluidos los privatizados, reuni¨¦ndose con los gerentes y juntas de personal de los hospitales obteniendo la siguiente informaci¨®n:
El hospital de D¨¦nia tiene 280 camas, dos por cada mil habitantes, muy inferior al deseable (3,5). El ¨¢rea de urgencias estaba saturada con esperas que superaban las 12 horas. La empresa adjudicataria, Ribera Salud, aduciendo que el precio de construcci¨®n hab¨ªa sido mayor del previsto, no asumi¨® el compromiso previo de reformar del hospital antiguo, debiendo hacerse cargo de ello la Consejer¨ªa de Sanidad por casi tres millones de euros. A todo esto hay que a?adir la escasez de profesionales por el traslado voluntario a otros departamentos sanitarios dadas las condiciones de trabajo que impon¨ªa la adjudicataria.
La alternativa al modelo del PP pasa por reformar el sistema y arreglar lo que ha estropeado
En el hospital de Alzira se calcula que faltan al menos 260 trabajadores para estar en ratios comparables a otros hospitales de igual dimensi¨®n; los profesionales trabajan 200 horas m¨¢s al a?o y tienen un salario 15 % menor que los de la red p¨²blica, con cuatro euros menos por hora de guardia. Durante los cuatro ¨²ltimos a?os ha habido una fuga de profesionales, 100 (40 del ¨¢rea de urgencias). El hospital est¨¢ saturado con 400 enfermos ingresados y s¨®lo dispone de 240 habitaciones individuales. El volumen de enfermos atendidos de otros departamentos oscila entre el 20% y 25 %, y para disminuir la lista de espera practican la f¨®rmula de cerrar las agendas, que significa que aunque usted llame no le atienden.
Al reci¨¦n inaugurado hospital de Manises la Consejer¨ªa de Sanidad, para hacer rentable la inversi¨®n, ha tenido que asignarle un n¨²mero mayor de poblaci¨®n con lo cual la cuenta de resultados se ampliar¨¢ en 22 millones de euros. Intercambian millones por poblaci¨®n sin tener en cuenta los intereses de ¨¦sta, en este caso Mislata. Mandan los intereses econ¨®micos de la empresa y la consejer¨ªa se pliega a ellos.
Si el objetivo de PP con la privatizaci¨®n del sistema sanitario era mejorar las prestaciones sanitarias a los ciudadanos y las condiciones de trabajo de los profesionales, es una realidad, a la vista de esos datos, que no lo est¨¢ consiguiendo, entonces cabe preguntarnos a qui¨¦n beneficia el modelo, a qui¨¦n perjudica y qu¨¦ alternativa tiene.
Los hospitales con modelo de gesti¨®n tipo Alzira se empezaron a construir bajo las propuestas neoliberales de reducir el papel del Estado como garante de la salud de todos los ciudadanos para introducir el mercado en la asistencia sanitaria, para as¨ª poder acceder al 20% del PIB que los gobiernos europeos dedican a la sanidad y educaci¨®n. Esta propuesta cont¨® con grupos de presi¨®n muy poderosos: financieros, multinacionales de la asistencia socio-sanitaria, industria farmac¨¦utica, aseguradoras sanitarias y empresas constructoras. En la Comunidad Valenciana, cada uno de los departamentos privatizados ha sido asignado a una aseguradora Alzira-Adeslas; D¨¦nia-DKV, Manises-Sanitas, Torrevieja-Asisa y Elche-Crevillent-Asisa, el grupo financiero ha sido siempre el mismo, Ribera Salud. Todos estos grupos de presi¨®n, apoyados por el Gobierno de turno, en este caso el PP, utilizan el mismo argumentario para defender la privatizaci¨®n de la sanidad: reduce los tiempos de construcci¨®n de hospitales, evita demoras en la disponibilidad de los nuevos hospitales, garantiza la entrega de la obra en el tiempo estipulado, evita desviaciones presupuestarias en la construcci¨®n y equipamiento ya que el presupuesto es cerrado, el sector privado tiene m¨¢s habilidad en la direcci¨®n de proyectos, es m¨¢s innovador y especializado.
Sin embargo, la realidad es muy otra. Sin hacer referencia a otras experiencias en el Reino Unido, en la Comunidad Valenciana, ya las tenemos. El hospital de Alzira tuvo que ser financiado por la Generalitat, a fondo perdido, por el concepto de lucro cesante con 34 millones de euros, y en el de D¨¦nia la promotora no puede hacer frente a los compromisos contra¨ªdos de reforma del antiguo hospital, es decir, una cosa es el envoltorio y otra el contenido.
Con todo esto y suponi¨¦ndole buena voluntad al Gobierno de Camps hay que hacerse tres preguntas: ?qui¨¦n gana?, ?qui¨¦n pierde?, ?hay alternativa?
Gana: a corto plazo, los gobiernos pueden construir hospitales sin que estas inversiones figuren como endeudamiento. Trasladan gasto de capital en gasto corriente, hipotecan el futuro. Construyen un hospital, o varios, en poco tiempo, obtienen rentabilidad electoral y que paguen los que vienen detr¨¢s. A largo plazo, los consorcios empresariales que ampl¨ªan su cartera y reducen los riesgos de inversi¨®n. Los propietarios de acciones de renta variable.
Pierde: el sistema sanitario p¨²blico, precios elevados (el pago a estas empresas puede suponer el 40% del presupuesto sanitario), se altera la capacidad de planificaci¨®n, los servicios de Atenci¨®n Primaria, domiciliaria y servicios socio-sanitarios, las hipotecas de estos hospitales devoran el sistema. Los usuarios y ciudadanos: reducci¨®n de camas hospitalarias, entre los cuatro hospitales privados construidos no llegan a las mil camas, reducci¨®n de plantillas, generan lista de espera porque les renta m¨¢s atender enfermos de otros departamentos, selecci¨®n de riesgos, los enfermos m¨¢s costosos de asistir (geriatr¨ªa, oncolog¨ªa, infecci¨®n VIH, trasplantes, etc.,) son derivados al sector publico.
Los profesionales tambi¨¦n pierden: reducci¨®n de plantillas, menos salario y sobre todo, selecci¨®n de personal de acuerdo con normas sin los principios de igualdad de oportunidades.
La alternativa a este modelo pasa por reformar el sistema sanitario p¨²blico, pero en primer lugar arreglar lo que el PP ha estropeado; los hospitales privados deben estar bajo el control de la Administraci¨®n P¨²blica, que es quien paga; se debe garantizar estabilidad laboral, futuro profesional, igualdad de salario con el sistema sanitario p¨²blico y el n¨²mero de profesionales debe ser comparable al resto de los hospitales p¨²blicos. A los ciudadanos de cada departamento se les debe garantizar la prioridad de asistencia y s¨®lo cuando no existan listas de espera se deben atender enfermos de otros departamentos y las condiciones de hosteler¨ªa deben ser las que figuran en el contrato y no las que les interesan a las empresas. En definitiva, una sanidad para los ciudadanos donde los profesionales sean reconocidos, respetados y actores principales de la reforma.
Jos¨¦ Mayans Ferrer es secretario de Bienestar Social y Sanidad del PSPV-PSOE.
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