El desorden urban¨ªstico multiplica el riesgo de inundaciones
Los expertos piden m¨¢s control y la revisi¨®n del plan de zonas vulnerables
El fuerte temporal de hace unas semanas dej¨® tras de s¨ª zonas urbanas empantanadas, p¨¦rdidas econ¨®micas millonarias y pol¨¦micas pol¨ªticas en las que unos y otros se echan la culpa del desaguisado. Esta vez, por fortuna, no hubo que lamentar v¨ªctimas mortales, pero cientos de personas perdieron muebles, coches y negocios. Y se preguntan por qu¨¦ no est¨¢n seguros en sus casas y calles. La Generalitat tiene leyes para impedir o supervisar la edificaci¨®n en zonas inundables; la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car (CHJ) dispone de planes contra avenidas; los meteor¨®logos avisan de las gotas fr¨ªas y las universidades no dejan de producir estudios sobre el territorio. Y a¨²n as¨ª, el agua se desborda por donde no se la espera.
"No hay m¨¢s gotas fr¨ªas, sino m¨¢s gente en sitios inundables"
"Es necesaria una evaluaci¨®n continuada del territorio"
Los expertos advierten desde hace tiempo que la intensa transformaci¨®n del territorio ha multiplicado el riesgo de inundaciones. El urbanismo salvaje de la ¨²ltima d¨¦cada ha eliminado campos y humedales que antes absorb¨ªan agua y evitaban que se precipitara hacia los r¨ªos, y ha permitido construcciones al borde de los cauces e incluso en ellos. El presidente de la CHJ, Juan Jos¨¦ Moragues, lo advirti¨® en una visita a Beniarbeig tras el primer temporal fuerte del oto?o: "Entre todos hemos hecho un territorio en el que el drenaje ha sido el gran olvidado y, por mucho que ahora ejecutemos obras de encauzamiento, cuando llueve el agua no llega a los cauces, sino que se queda estancada en las ciudades".
"Antes se filtraba agua en los campos y llegaba m¨¢s repartida y m¨¢s tarde a los r¨ªos", abunda Jos¨¦ Ram¨®n Mahiques, portavoz de la Plataforma Ciutadana Riu Girona, creada por vecinos de Beniarbeig, El Verger y Els Poblets tras el desastre de octubre de 2007, cuando el r¨ªo se desmadr¨® hasta tumbar un puente y anegar los pueblos. En aquella riada convergieron causas naturales, un r¨ªo encajonado en cascos hist¨®ricos, puentes obsoletos, el arrastre de vegetaci¨®n de ribera..., pero tambi¨¦n lo que la plataforma llama "factores agravantes de los desbordamientos". Estos se?alan al boom inmobiliario, al abandono de campos que pueden ayudar a laminar avenidas y la "importante impermeabilizaci¨®n del suelo provocada por un crecimiento urban¨ªstico acelerado". Los riesgos persisten, porque tras las obras hechas en el cauce tras la riada, se sigue construyendo pegado al r¨ªo, constata Mahiques, como si el peligro hubiera desaparecido.
Que el agua puede revolverse como una hidra de siete cabezas lo saben tambi¨¦n en Burriana, donde los vecinos navegaron literalmente por sus calles en el n¨²cleo hist¨®rico del puerto, en el que viven unas 6.000 personas. El caos generado por el ¨²ltimo temporal fue tal que los afectados han creado una plataforma y buscan explicaciones. Jorge Soriano, su presidente, tiene algunas. Se asfaltaron calles hace un a?o dejando "las trapas tapadas", un olvido que impidi¨® que el agua llegara al alcantarillado. Tampoco pudo desaguar en el mar porque "se han construido escolleras y unos muros en el paseo mar¨ªtimo que al final tuvieron que tirarse abajo". El torrente de agua tambi¨¦n vino de fuera, de los PAI a medio hacer cerca del puerto, donde "se han dejado de usar acequias y se han cegado", de modo que el agua se abalanz¨® por los caminos rurales hacia el casco urbano. Los vecinos apuntan a las administraciones como responsables y estudian acciones legales.
Jorge Olcina, catedr¨¢tico de An¨¢lisis Geogr¨¢fico Regional en la Universidad de Alicante, acaba de participar en un nuevo estudio sobre la vulnerabilidad ante las inundaciones en el litoral mediterr¨¢neo que certifica que "ha aumentado el riesgo, pero no porque haya m¨¢s gotas fr¨ªas, sino porque hay m¨¢s gente en sitios inundables". En el litoral entre Torrevieja y Pilar de la Horadada se ha construido a pie de rambla, como tambi¨¦n en torno a los r¨ªos Girona o Gorgos, por poner algunos ejemplos. Ocurre a lo largo de toda la costa valenciana, constata Paco Gonz¨¢lez, portavoz de la organizaci¨®n ecologista Gecen, que denuncia que la presi¨®n del ladrillo se ha impuesto a la protecci¨®n de zonas h¨²medas que actuaban "como lagos laminadores de fuertes lluvias" y ahora est¨¢n salpicadas de casas con s¨®tano.
Gonz¨¢lez tambi¨¦n critica por desfasado e insuficiente el Patricova, el documento con el que la Generalitat fij¨® en 2003 las zonas inundables en las que extremar precauciones y la necesidad de acometer un centenar de obras. Del Patricova est¨¢n pendientes decenas de obras y el desorden urban¨ªstico obliga a revisar el mapa de riesgos. "Se est¨¢ actualizando", afirman en la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, que no explica m¨¢s. La Generalitat afirma haber invertido 395 millones de euros en 68 infraestructuras hidr¨¢ulicas, pero no aclara desde cu¨¢ndo ni en qu¨¦ actuaciones.
La CHJ, por su parte, ha incrementado significativamente la inversi¨®n en los cauces para prevenir inundaciones, que ha pasado de cerca de un mill¨®n de euros en 2004 a los 21,4 de este a?o, aparte de otros 44 millones gastados en obras de emergencia por las riadas de 2007 y 2008. De ah¨ª que Moragues insistiera en denunciar que el Consell ignora informes negativos de inundabilidad del organismo. La consejer¨ªa lo niega, pero las actas de la CHJ de las comisiones de urbanismo reflejan esos votos desfavorables.
Llegados a este punto, con el riesgo sobre la mesa cada oto?o, ?qu¨¦ hacer? Aparte de actualizar planes y aplicar la normativa, all¨ª donde la urbanizaci¨®n ya est¨¢ hecha no queda otro "remedio" que acudir a la ingenier¨ªa, mientras que en zonas libres de edificaci¨®n debe imponerse "la ordenaci¨®n del riesgo" y, en general, la "educaci¨®n al ciudadano" sobre los peligros de las riadas, dice Olcina.
Joaqu¨ªn Farin¨®s, profesor de An¨¢lisis Geogr¨¢fico Regional de la Universitat de Val¨¨ncia, ve tambi¨¦n necesaria "una evaluaci¨®n continuada del territorio, que es un sistema cambiante". Farin¨®s propone "observatorios territoriales" que analicen la din¨¢mica de cambios y las pol¨ªticas que se aplican. En Alemania esa tarea la asume una oficina a nivel federal, Francia y Holanda tambi¨¦n cuentan con observatorios territoriales potentes. "La cuesti¨®n es pol¨ªtica", de aprovechar los instrumentos de que se dispone y el conocimiento de t¨¦cnicos y expertos para favorecer "un modelo de desarrollo alternativo". Aplicar "sentido de Estado" a la visi¨®n territorial, a?ade Farin¨®s. "Gobernanza aplicada al territorio para llegar a pactos", coincide Olcina.
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