El rastro de los moriscos
El Consell Valenci¨¤ de Cultura exige la protecci¨®n de los poblados musulmanes de La Vall d'Alcal¨¤ como reparaci¨®n a su destierro
Hay aqu¨ª un silencio de cuatro siglos, el tiempo que ha transcurrido desde que nadie vive en L'Atzuvieta, uno de los cuatro poblados moriscos que existieron en La Vall d'Alcal¨¤. Y sin embargo cada muro que ha resistido erguido los temporales, cada casa adivinada en restos de paredes, patios y dinteles, cada calle todav¨ªa trazada entre matorrales atestiguan que ¨¦ste fue el ¨²ltimo hogar de la desdichada civilizaci¨®n morisca, heredera de los antiguos musulmanes derrotados tras la conquista cristiana, y expulsada hace 400 a?os por un decreto del rey Felipe III.
En 1609, cuando ya se aproximaban los temibles tercios por los valles de La Marina acelerando con el fragor de las armas la unificaci¨®n religiosa de la monarqu¨ªa, alguien debi¨® cerrar por ¨²ltima vez la puerta de su hogar camino del destierro, alguien debi¨® ver por ¨²ltima vez sus huertos y sus recuerdos de infancia antes del exilio. Hay pues tambi¨¦n en este lugar desierto una memoria apagada por los siglos: la de la ¨²ltima mirada del otro, del musulm¨¢n, del vencido.
"Se lo debemos a la poblaci¨®n musulmana", asegura Grisol¨ªa
El Ayuntamiento dise?a un plan para preservar el poblado
Por este motivo, La Vall d'Alcal¨¤ exige la preservaci¨®n de sus poblados moriscos, no s¨®lo por su valor arqueol¨®gico, sino porque "es la mayor reparaci¨®n simb¨®lica que podemos ofrecer a ese pueblo desdichado que sufri¨® un episodio cruel y dram¨¢tico", se?al¨® ayer el presidente del Consell Valenciano de Cultura (CVC), Santiago Grisol¨ªa. Este organismo celebr¨® su pleno en La Vall d'Alcal¨¤ para apoyar la exigencia de proteger los poblados moriscos: "Se lo debemos a la poblaci¨®n musulmana, que era mayoritaria en estas tierras antes de la expulsi¨®n y que no pudo dejar este legado a sus hijos".
Grisol¨ªa pidi¨® a la directora general de Patrimonio de la Generalitat, Paz Olmos, la declaraci¨®n de los poblados como bienes de inter¨¦s cultural y advirti¨® de la urgencia de que las administraciones y las entidades privadas inviertan para investigar y difundir este patrimonio. Es una cuesti¨®n urgente: el deterioro de los antiguos n¨²cleos moriscos avanza a marchas forzadas y el alcalde, Juan Jos¨¦ Sendra, se quej¨® de que el ¨²ltimo temporal acab¨® hace unos d¨ªas con otro de los at¨¢vicos muros de L'Atzuvieta.
El Consell Valenci¨¤ de Cultura y la Mancomunidad Cultural de La Marina Alta -Macma- vinieron as¨ª a prestar apoyo a un plan de recuperaci¨®n ideado por el consistorio en cuatro fases: consolidar los muros de los poblados, proteger los restos de las casas moriscas, recuperar la agricultura morisca (heredera de una heroicidad: abancal¨® monta?as casi tan verticales como paredes) y construir un centro de interpretaci¨®n para explicar al visitante las principales caracter¨ªsticas de aquella civilizaci¨®n perdida.
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