Los 'pimpineros' de la frontera
La autopista que corre desde la fronteriza San Antonio del T¨¢chira, en Venezuela, hasta el centro de C¨²cuta, capital del departamento colombiano del norte de Santander, huele a gasolina de 91 octanos. Cada cincuenta metros, en ambos flancos de la v¨ªa, se amontonan los bidones de combustible de contrabando tra¨ªdo desde Venezuela que los comerciantes informales ofrecen a la mitad del precio por el que se vender¨ªa en una estaci¨®n de servicio.
"?sta que tengo aqu¨ª es ecol¨®gica", explica Eduardo al tiempo que le da otra chupada a su cigarrillo y se?ala el cartel sobre los bidones que pone ecol¨®gica. Se mueve en un mercado re?ido de otros 3.500 vendedores de combustible que, como a ¨¦l, les llaman en C¨²cuta pimpineros, y por eso pone m¨¢s empe?o en promocionar su producto.
3.500 colombianos venden gasolina venezolana de contrabando
La ruptura de las relaciones bilaterales pone en peligro el negocio
El gremio ha pedido ayuda al presidente ?lvaro Uribe
Las pimpinas, adem¨¢s de ser el envase donde se almacena la mercanc¨ªa y la ra¨ªz que da nombre al oficio, es la unidad de medida que rige en el negocio. Cada recipiente se llena con 20 litros de gasolina que se vac¨ªan enteros, a un precio ¨²nico y con ayuda de un embudo y una manguera, en el tanque del conductor-comprador. Uno de estos envases, lleno hasta el tope, cuesta en Venezuela s¨®lo 1,4 euros, y hasta agosto se vend¨ªa en el lado colombiano de la frontera en 6,8 euros; la mitad de lo que costaba en una estaci¨®n de servicio que vende gasolina de la estatal colombiana Ecopetrol.
El trabajo de pimpinero es completamente legal en Colombia. El Gobierno del presidente ?lvaro Uribe incluso les alent¨®, hace algunos a?os, a agruparse en una cooperativa, que ahora se llama Cooperativa Multiactiva de Pimpineros del Norte (Coomulpinort).
Seg¨²n los c¨¢lculos de Coomulpinort, hasta agosto de este a?o cada mes ingresaban ilegalmente casi 15 millones de litros de gasolina venezolana en el norte de Santander, que les daba suficiente para vivir. El combustible es transportado en los tanques de taxis y camiones o hasta en bicicletas, tanto a trav¨¦s del puente internacional Sim¨®n Bol¨ªvar -que une Venezuela con Colombia- como a trav¨¦s de caminos verdes. El contrabando lo manejan las mismas mafias de paramilitares desmovilizados que controlan el sicariato y la extorsi¨®n en el Estado de T¨¢chira, en complicidad con algunos guardias venezolanos que "no han visto nada" si les pagan un euro por cada pimpina que dejan salir de su pa¨ªs.
El negocio, sin embargo, corre peligro desde que el Gobierno de Venezuela decidi¨® congelar sus relaciones comerciales y diplom¨¢ticas con Colombia, en agosto pasado, y aumentar los controles en sus aduanas. El flujo de gasolina ilegal ha ca¨ªdo a la mitad y s¨®lo llegan a C¨²cuta unos nueve millones de galones a trav¨¦s de los caminos verdes. Las pimpinas casi han duplicado su precio, y en d¨ªas como ¨¦stos se venden hasta en 13 euros cada una.
El gremio est¨¢ preocupado. "No se concibe que exista una cooperativa dependiendo del genio del presidente Ch¨¢vez", ha dicho Nelly Mora, presidenta de la cooperativa de pimpineros. Y para mantener a flote el oficio, ha pedido al presidente Uribe que les permita comercializar el 50% de la gasolina que env¨ªa la estatal Ecopetrol a la ciudad para romper de una vez para siempre con la venezolano-dependencia.
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