Rector
Si no fuera por todo lo que est¨¢ en juego en esta ocasi¨®n, las elecciones a rector de la Universitat de Val¨¨ncia ser¨ªan un tr¨¢mite m¨¢s, de esos que entretienen la rutina acad¨¦mica de vez en cuando. Pero ahora es distinto porque las instituciones universitarias no pueden seguir viviendo en el limbo de unas sociedades en conflicto y, m¨¢s en concreto, porque la crisis pol¨ªtica de la Comunidad Valenciana augura una lucha encarnizada por el control de la herencia en muchos de sus establecimientos p¨²blicos. Por un lado, los bandazos legislativos de la universidad espa?ola durante las ¨²ltimas d¨¦cadas no han conseguido un modelo coherente y estable, ni imitando al exterior ni con las ocurrencias internas. Por otro, los finales de la etapa Camps colocan a la Universitat como objeto de deseo de muchas fuerzas sociales. Cuando escuchamos que las elecciones son un tema estrictamente acad¨¦mico que no debe tener interferencias externas, lo inteligente es preguntarse qu¨¦ grupo de presi¨®n est¨¢ detr¨¢s de esa frase.
Por eso es m¨¢s necesario que nunca analizar a fondo el significado social, pol¨ªtico y acad¨¦mico de cada uno de los candidatos, algo a lo que no estamos acostumbrados en este pa¨ªs. Nos parece incorrecto mencionar acontecimientos vitales que configuran su trayectoria, aunque sea con el m¨¢ximo respeto hacia la persona. Parece suficiente con el programa electoral y campus al que pertenece, poco m¨¢s, lo que pretende hacer y no lo que hizo, como si el futuro no tuviese que apoyarse en un pasado. En otros lugares se parte de un esquema m¨¢s amplio, por ejemplo, nacimiento y fecha, instituciones de ense?anza media y superior, profesi¨®n de los padres, hijos, pertenencia o simpat¨ªas pol¨ªticas, religi¨®n, aficiones, opiniones conocidas y as¨ª sucesivamente. Entre nosotros, mencionar a los padres parece un insulto y la religi¨®n, ya se sabe, cat¨®lico, como si nuestra Iglesia no tuviese familias, franquicias y hasta subcontratas muy diversas, que resultan significativas a la hora de gobernar una instituci¨®n. Esa informaci¨®n es para los mentideros universitarios, pero no para las elecciones. Luego vienen las sorpresas.
En la vieja ¨¦poca, un eufemismo, se enviaba una terna a Madrid y nos devolv¨ªan al elegido. Entonces lo estudi¨¢bamos a fondo para vacunarnos ante los pr¨®ximos a?os. Como no hab¨ªa procedimiento, nos dedic¨¢bamos al contenido. Ahora que tenemos un procedimiento m¨¢s o menos democr¨¢tico, nos despistamos con el contenido. Pero la Universitat de Val¨¨ncia, con un largo e interesante pasado, est¨¢ en una edad muy delicada. Los pr¨®ximos ocho a?os de rectorado, con una revalidaci¨®n a los cuatro, ser¨¢n especialmente cr¨ªticos en muchos sentidos y no solo para la propia instituci¨®n sino para toda la sociedad valenciana. El programa del nuevo rector tiene que insinuar estos nuevos tiempos y su trayectoria personal tiene que validar la propuesta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.