Clac parlamentaria

Para los que ¨¦ramos j¨®venes por los a?os cincuenta, no nos es dif¨ªcil recordar lo que, por entonces, se llamaba la clac teatral, que consist¨ªa en conseguir una localidad gratis y aplaudir en una obra de teatro o, lo que era m¨¢s corriente, en un espect¨¢culo de variedades que generalmente se trataba de una "revista musical" de menor calidad y discutible buen gusto.

La clac teatral ya no existe. Ahora existe la parlamentaria, los "aplaudidores agradecidos", los que aplauden y aplauden sin ning¨²n rubor las m¨¢s esperp¨¦nticas ocurrencias y chascarrillos de, sobre todo, Zapatero y Rajoy.

Esto no pasar¨ªa de ser una situaci¨®n c¨®mica, si no fuera porque los Parlamentos est¨¢n para debatir e intentar solucionar los problemas de todos los espa?oles, y no para ganarse los calurosos aplausos de los fan¨¢ticos y agradecidos escuchadores.

El presidente valenciano, Francisco Camps, elegantemente trajeado, se defendi¨® en el Parlamento valenciano de unas cr¨ªticas del portavoz de la oposici¨®n, se?or Luna, con unas palabras excesivamente duras, trasnochadas y absolutamente fuera de toda l¨®gica: camioneta, madrugada, muerte, cuneta... Y la ovaci¨®n fue monumental. Por la tarde, Camps convoc¨® una rueda de prensa para pedir disculpas, pero... ?y los aplaudidores.