La lengua in¨²til
Se equivoca usted, se?or titular del juzgado n¨²mero 6 de Alcorc¨®n, al proclamar la carencia de "utilidad p¨²blica" del idioma gallego. En una caricatura de Castelao, un campesino dice: "Deus nos libre da Xustiza!". Quiz¨¢s estaba pensando en usted, se?or juez. F¨ªjese que ¨²tiles y previsoras son las lenguas "subalternas".
F¨ªjese si son previsoras que en los cuentos gallegos de ?lvaro Cunqueiro hay personajes que como ¨²ltimo deseo piden que en el ata¨²d, adem¨¢s de la Biblia, le metan el C¨®digo Civil por si tienen que pleitear en la otra vida. A la vista de como reculan los tiempos, me adelanto a pedir para el postrer viaje un ejemplar de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, adem¨¢s de la Constituci¨®n espa?ola (subrayado el art¨ªculo 3?, apartado 2) por si el barquero Caronte se pone pesado, dispensando, y me niega la "utilidad p¨²blica del gallego" en el M¨¢s All¨¢, siguiendo la doctrina de su se?or¨ªa.
Ya que estamos con la verdad narrativa de los cuentos y las ¨²ltimas voluntades, perm¨ªtame una breve historia. Un anciano campesino manda llamar al notario para hacer el testamento definitivo. Dice: "De la tierra, dejo un tercio para Ram¨®n, un tercio para Mar¨ªa, un tercio para Concha, un tercio para Manuel, otro tercio para Andr¨¦s..." El notario le interrumpe: "Pero, ?no ser¨¢n muchos tercios?" Y el campesino responde: "?No sabe usted lo grande que es la tierra!" Pues con las lenguas ocurre algo parecido. Que hay sitio para todas. Que no pesan en la cabeza. Que no hay lengua in¨²til.
In¨²tiles, in¨²tiles no le somos, se?or juez. Hay muchas personas que nos comunicamos normalmente en gallego y no nos consideramos del todo in¨²tiles. Como ocurre incluso en la judicatura, unos somos menos ¨²tiles que otros, hacemos lo que podemos, pero respetamos. Eso si, tenemos una educaci¨®n m¨ªnima del respeto. Nuestros padres nos acunaron, nos criaron y nos contaron cuentos en gallego para espantar el miedo. Y no eran unos in¨²tiles, cr¨¦ame. Gracias a ellos, no le tengo miedo, se?or juez.
En su Tesis sobre el concepto de la Historia, dice Walter Benjamin: "No hay ning¨²n documento de la civilizaci¨®n que no sea al mismo tiempo un documento de barbarie". Yo antes no entend¨ªa muy bien esta frase, se lo juro, pero se me han aclarado de repente las ideas, como por un rayo, despu¨¦s de leer su fundamento "ling¨¹¨ªstico" para negar el traslado escolar a Vigo de unas ni?as en el auto tramitado en un caso de divorcio. En ese aspecto, el documento no resiste el principio de realidad. En Galicia, las ni?as no s¨®lo aprender¨ªan gallego, sino que podr¨ªan enriquecer su castellano con las "maravillosas curvas" que Unamuno admiraba en Valle-Incl¨¢n.
No voy a hablarle ahora de Alfonso X el Sabio, ni de Rosal¨ªa de Castro, ni del tronco com¨²n galaico-portugu¨¦s, patrimonio ling¨¹¨ªstico que nos permite comunicarnos con millones de personas en el mundo, desde Brasil al Timor Oriental. Como adem¨¢s tenemos la suerte de compartir el castellano, vea usted, se?or juez, que no vamos tan mal pertrechados, siempre, claro, que a los ni?os no les amputen la lengua "in¨²til". Creo que lo que procede en este momento es ir al argumento protoecol¨®gico enunciado por Julio Camba. Seg¨²n demostr¨® en un ir¨®nico art¨ªculo, el gallego es un idioma muy apto para hablar no s¨®lo entre las personas sino tambi¨¦n con todo tipo de animales. ?F¨ªjese usted si ser¨¢ ¨²til!
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