Libertad en cielo despejado

Si uno tuviera que hacer caso a las mec¨¢nicas narrativas del biopic, podr¨ªa llegar a la conclusi¨®n de que una biograf¨ªa humana posee una estructura inevitable de iniciaci¨®n, ascensi¨®n y ca¨ªda con posibilidad opcional de redenci¨®n clim¨¢tica. Amelia, biopic del icono filo-feminista que encontr¨® en los cielos su territorio de libertad y autoafirmaci¨®n, le lleva la contraria a la regla y dibuja una biograf¨ªa en forma de veloz trayectoria en l¨ªnea recta, rematada en ese tipo de puntos suspensivos que alientan la construcci¨®n de una leyenda. La pel¨ªcula de Mira Nair se desmarca de las servidumbres del g¨¦nero en muchos otros sentidos: no inflama el contenido dram¨¢tico de una existencia que, al parecer, fue esencialmente feliz y triunfal y, en una opci¨®n que no deja de atentar contra la intensidad emocional del conjunto, tambi¨¦n se resiste a la tentaci¨®n de formular la vida de Amelia Earhart en clave ¨¦pica.

Resulta tan dif¨ªcil irritarse con esta pel¨ªcula como simpatizar con ella: Hilary Swank, quiz¨¢s la m¨¢s directa heredera que pueda tener Katharine Hepburn en el moderno star system, vuelve a cuidar no tanto su ejercicio de interpretaci¨®n como la canalizaci¨®n de una identidad. A su lado, tanto Richard Gere como Ewan McGregor se revelan piezas tan funcionales como sus respectivos modelos debieron de ser en el singular proyecto de vida de esta aviadora que no quiso limitarse a encarnar un s¨ªmbolo, sino a llevar lo que dicho s¨ªmbolo implicaba hasta las ¨²ltimas consecuencias. Hasta la difuminaci¨®n final.

Por los aires con Amelia