Represi¨®n en Cuba
El relevo de Fidel Castro por su hermano Ra¨²l despert¨® hace ya m¨¢s de tres a?os esperanzas de suavizaci¨®n de la dictadura cubana. Suscit¨® tambi¨¦n expectativas sobre un cambio en los r¨ªgidos esquemas econ¨®micos comunistas de la isla que mejorara la vida de los cubanos. La ilusi¨®n se acrecent¨® con la llegada al poder de Barack Obama, del que se esperaba un r¨¢pido deshielo en la guerra fr¨ªa de 50 a?os entre ambos pa¨ªses.
Nada se ha producido conforme al gui¨®n de los mejor intencionados. Permanece, pese a medidas alentadoras, el grueso del injusto y contraproducente embargo estadounidense; la situaci¨®n econ¨®mica se agrava en Cuba hasta extremos cr¨ªticos; y su sistema pol¨ªtico se mantiene implacable. Un informe de la organizaci¨®n no gubernamental estadounidense Human Rights Watch constata esta semana la plena vigencia del estado polic¨ªaco. El trabajo de la ONG, realizado en la clandestinidad durante el ¨²ltimo a?o, ilustra el deplorable estado de los derechos humanos en la isla, donde la dictadura emplea sistem¨¢ticamente los arrestos arbitrarios, las farsas judiciales y los malos tratos (de ¨¦stos puede hablar con propiedad la bloguera Yoani S¨¢nchez). El r¨¦gimen, que mantiene en prisi¨®n a la mayor¨ªa de los disidentes detenidos en 2003, utiliza a discreci¨®n la aborrecible figura penal de "peligrosidad", que le permite seguir encarcelando por decenas a ciudadanos por conductas "contrarias a las normas socialistas".
La Habana se muestra blindada frente a las presiones internacionales. El Gobierno espa?ol -Moratinos visit¨® la isla el mes pasado- quiere utilizar su presidencia para suavizar la intransigencia de la UE con Cuba por su atropello permanente en este terreno. A la luz del diagn¨®stico de HRW, no estar¨ªa de m¨¢s aprovechar semejante trampol¨ªn para poner justamente el acento en la imprescindible democratizaci¨®n del r¨¦gimen cubano.
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