Sans¨®n y los muros del Estado
Aunque el vicesecretario de Comunicaci¨®n del PP salt¨® r¨¢pidamente a los micr¨®fonos para negar que la ofensiva de los populares contra el Sistema Integrado de Interceptaci¨®n Telef¨®nica (Sitel) al servicio de la autoridad judicial se proponga invalidar las actuaciones del caso G¨¹rtel, una declaraci¨®n de la consejera de Justicia de Valencia anunci¨® el pasado jueves que el presidente de la Generalitat no descarta como imputado la adopci¨®n de esa estrategia de defensa jur¨ªdica. Tan imprudentes palabras s¨®lo sorprender¨¢n a quienes crean que los ni?os vienen de Par¨ªs en el pico de las cig¨¹e?as: desde comienzos de noviembre era evidente que la campa?a sobre la supuesta inconstitucionalidad de Sitel persigue la anulaci¨®n de las actuaciones judiciales del caso G¨¹rtel, una trama pol¨ªtico-mafiosa empotrada simbi¨®ticamente en el PP.
Cuando un cargo p¨²blico miente ante un tribunal, ?no sacude tambi¨¦n el edificio del Estado?
La torpe maniobra obstruccionista dirigida a distraer la atenci¨®n p¨²blica del penoso espect¨¢culo formado por los trajes regalados a Camps, el maloliente pudridero del PP madrile?o presidido por Aguirre y las operaciones financieras del tesorero B¨¢rcenas han tenido efectos contraproducentes. Por lo pronto, el dispositivo Sitel fue contratado en 2001 por Rajoy como ministro del Interior; su importe -cercano a los 10 millones de euros- lo pag¨® en 2003 Cospedal como subsecretaria del departamento. Ya en la oposici¨®n, el Grupo Popular reclam¨® al Gobierno socialista la ampliaci¨®n del sistema de interceptaci¨®n telef¨®nica a todo el ¨¢mbito de la Polic¨ªa Judicial.
De a?adidura, el Supremo ha confirmado la constitucionalidad de Sitel. La Sala de lo Penal ha rechazado en ocho ocasiones los recursos de casaci¨®n presentados por condenados de tribunales de instancia que invocaron como motivo la aplicaci¨®n del nuevo procedimiento de captaci¨®n de sus comunicaciones por orden judicial; la sentencia de 5 de noviembre de 2009 reitera "la necesidad de articular un mecanismo moderno, automatizado, simplificador y garantista" como Sitel para la grabaci¨®n y reproducci¨®n de las conversaciones telef¨®nicas.
Inspirado tal vez por la pol¨¦mica iran¨ª sobre los fines pac¨ªficos y los prop¨®sitos destructores de la energ¨ªa at¨®mica, los portavoces populares distinguen entre el uso bueno de Sitel, que Rajoy se propon¨ªa aplicar cuando fue ministro del Interior, y un uso malo, que el Gobierno socialista ha puesto en pr¨¢ctica para sus diab¨®licos objetivos. As¨ª pues, no se trata ya de achatarrar la costosa maquinaria adquirida en su d¨ªa por el PP, sino de bendecir su funcionamiento -actualmente alegal- mediante una ley org¨¢nica ad hoc, como propuso ayer en el Congreso -sin ¨¦xito- el Grupo Parlamentario Popular.
El PP s¨®lo pretende sembrar dudas e insidias sobre Sitel a fin de proyectar retrospectivamente la sombra de la ilegalidad sobre el sumario de la trama G¨¹rtel. La sentencia dictada el 5 de febrero de 2008 por la Sala Tercera del Supremo resolvi¨® que la cautela de la ley org¨¢nica era superflua: ?para qu¨¦ a?adir entonces a la hacinada selva normativa una nueva planta? Adem¨¢s, el Gobierno socialista prepara desde hace un a?o la reforma de la vetusta Ley de Enjuiciamiento Criminal para modernizar el tratamiento judicial de las intervenciones telef¨®nicas.
La sentencia 142/2009 del Constitucional subraya que el derecho de los imputados "a no declarar contra s¨ª mismos" y "a no declararse culpables" nada tiene que ver con el inexistente derecho fundamental a mentir que algunos alegan. El auto de 1 de agosto del Tribunal Superior valenciano confirm¨® que Francisco Camps minti¨® a la polic¨ªa y al juez instructor cuando neg¨® haber recibido trajes regalados de la trama G¨¹rtel. Parece que el presidente de la Generalitat se dispone ahora a dar otro paso m¨¢s: la petici¨®n de nulidad de las actuaciones sumariales a cuenta de la pretendida inconstitucionalidad de Sitel, un dispositivo que ha permitido la condena de terroristas, narcotraficantes y mafiosos. Jueces relata c¨®mo Sans¨®n -rapado por Dalila, cautivo en Gaza, privado por Yahveh de su condici¨®n de nazir y cegado por sus carceleros- derrib¨® las columnas del templo de Dag¨®n al grito de "?Muera yo con los filisteos!". Cuando un cargo p¨²blico miente ante un tribunal y utiliza torticeramente las garant¨ªas procesales de cualquier imputado (est¨¦ acusado de cohecho o de robar gallinas), ?no sacude tambi¨¦n el edificio del Estado?
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