Esta reforma no gusta

"Nos han llevado a la ruina". Era una de las frases m¨¢s repetidas ayer por los comerciantes de la calle de General Ricardos (Carabanchel), que ayer se abri¨® al tr¨¢fico despu¨¦s de casi dos a?os de obras y 12 millones de euros gastados. Algunos establecimientos han llegado a perder hasta el 80% de sus clientes y no creen que la reforma les vaya a atraer m¨¢s clientela.

Los comerciantes ven muchos problemas y pocas mejoras en la reforma. La primera es que la ampliaci¨®n de la calle y la creaci¨®n de un carril bus ha eliminado los posibles aparcamientos en la calle y la zona de carga y descarga. "Muchos repartidores ya no quieren venir porque saben que se enfrentan a multas de hasta 200 euros por estacionar en el carril-bus", relata Noelia, que est¨¢ al frente de un estanco desde hace unos 17 a?os. "Ha habido muchos locales que no han soportado las obras y han tenido que cerrar", a?ade. Y efectivamente se ven algunos comercios con los luminosos puestos pero cerrados desde hace tiempo. Y los hay de todos los sectores: desde ferreter¨ªas a textiles.

Otro problema que ven los comerciantes es que no han dejado aparcamientos en la calle, lo que hace que la clientela se marche a otros sitios, como las grandes superficies, para poder hacer las compras. "La gente es mayor y los potenciales clientes se han marchado. Si encima no les damos facilidades, se ir¨¢n fuera. Nadie ha contado con nosotros para esta reforma y ni nos han informado", se quejaba Luis Nanclares, due?o de una tienda de vaqueros. "He perdido un 40% de los clientes. Primero, por las obras de la M-30 y luego por las de reforma. Quiz¨¢ cierre, porque hasta mi mujer se ha tenido que poner a trabajar", reconoce este empresario.

Algo similar le ha pasado a Pablo, un joyero que ha perdido el 80% de la clientela: "No he cerrado porque mis hijos y sus familias dependen de este negocio. Seg¨²n est¨¢ la crisis, no creo que remontemos ya". Su negocio tiene 65 a?os de antig¨¹edad.

Algunos comerciantes tambi¨¦n creen que la zona es peligrosa para transitar. Como no hay plantas de separaci¨®n como suced¨ªa antes, la gente cruza por donde quiere, con el consiguiente riesgo de atropello. A ello se suma que la calle es muy ancha y que los veh¨ªculos alcanzan grandes velocidades. "Esto parece una autopista", dice un comerciante.

Ayer supuestamente se abr¨ªa al tr¨¢fico. Sin embargo, hab¨ªa sem¨¢foros sin terminar de estar montados y operarios trabajando a toda velocidad para dar el visto bueno a las obras. Como cortaban el carril-bus, generaban problemas de circulaci¨®n, sobre todo de bajada a la plaza de Marqu¨¦s de Vadillo.