La imbecilidad del militante
La pasada semana escuch¨¦ en una entrevista que le hac¨ªan a Fernando Trueba hablar sobre la "imbecilidad del militante". Ya ni me acuerdo a qu¨¦ se refer¨ªa el director, pero la uni¨®n de esas dos palabras me llam¨® la atenci¨®n.
Me llev¨® a evocar la militancia pol¨ªtica que conoc¨ª durante los ¨²ltimos a?os de la dictadura de Franco, o la militancia que sigui¨® a su muerte. Esa necesidad de cambiar el mundo, de luchar contra las injusticias y contra la opresi¨®n era una lucha justa y necesaria, aunque por fortuna lo hayamos olvidado, y por desgracia nos d¨¦ verg¨¹enza recordarlo.
Y, claro, como en botica habr¨¢ de todo; habr¨¢ militantes imb¨¦ciles, pero tambi¨¦n existe la imbecilidad de la propia militancia. Y no solo en el ¨¢mbito de ka pol¨ªtica, no, tambi¨¦n la hay en la militancia religiosa, en la futbolera, en la cultural, en la del botell¨®n, en los debates contra la nueva ley del aborto, en la ley del Cine.
Todos somos militantes de algo, y en alg¨²n momento a todos nos sale la imbecilidad
Mientras constato que en Internet estas dos palabras, "imbecilidad" y "militante", no van unidas en ninguna entrada del buscador, llega a casa un sobrino que en vez de acudir a clase en el instituto ha ido al local de la cuadrilla a pasar la ma?ana. Nos cuenta, con toda la solemnidad y seriedad de sus 17 a?os, que no se han pirado, sino que han hecho huelga, e insiste en tratar de convencernos de la legalidad de la misma, sin darse cuenta de que para la gente de nuestra generaci¨®n la permisividad para con las huelgas ilegales es algo que est¨¢ inscrito en nuestro disco duro. Pero, para ¨¦l todo est¨¢ reglado: "los delegados lo comunican al jefe de estudios y la escuela lo tiene que aceptar".
?El porqu¨¦ de su lucha? Cree que es por la muerte de un estudiante franc¨¦s, o algo as¨ª. Claro, empiezas sonriendo y terminas a carcajadas. No por el difunto estudiante franc¨¦s. No. M¨¢s bien por el absurdo de la reivindicaci¨®n, cuya motivaci¨®n brilla por su ausencia. Pero ante el cachondeo de los presentes, se defiende alegando que la asamblea ha votado a favor de la huelga por "mayor¨ªa absoluta". Vamos, que la pira masiva est¨¢ totalmente justificada.
Por asociaci¨®n de ideas, me acuerdo de un par de amigos que ten¨ªan un taller y eran tan legales que el perro tambi¨¦n votaba a la hora de hacer huelga. Para muchos, ah¨ª est¨¢n las claves de la democracia: si no se "rompe" la legalidad, toda acci¨®n movida por un inter¨¦s "social" est¨¢ m¨¢s que justificada si la "mayor¨ªa" lo acepta. Aunque visto as¨ª da un poco de miedo, porque en definitiva todos somos militantes de algo y en alg¨²n momento a todos nos sale la "imbecilidad del militante".
Por eso, me entra una duda existencial tont¨ªsima, y es que no s¨¦ c¨®mo distinguir la legalidad, la solidaridad y la opini¨®n de la mayor¨ªa, del legalismo, la ignorancia, y el borreguismo. Voy a declararme en huelga por mi mayor¨ªa absoluta.
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