Franc¨®fobos abstenerse
A cualquier persona con razonables ¨ªndices de francofobia una pel¨ªcula como El erizo, ¨®pera prima de la joven realizadora Mona Achache y adaptaci¨®n -al parecer, libre, pero meditada- del best seller La elegancia del erizo, de Muriel Barbery, le puede sentar como la acci¨®n combinada de la integral de Marcel Marceau, un empacho de baguettes, y la revisi¨®n non-stop de la aciaga Am¨¨lie, de Jean-Pierre Jeunet. Hay algo medularmente franc¨¦s en el sofisticado modelo de cursiler¨ªa y en la tupida red de mentiras que encuentran en esta pel¨ªcula su carcasa ideal para erigirse en id¨®nea arma de seducci¨®n masiva disparada a los circuitos de cine en versi¨®n original.
Quiz¨¢s no tengan que hacerle caso a este cr¨ªtico: nacida para gustar, la pel¨ªcula de Mona Achache est¨¢ meti¨¦ndose en el bolsillo a espectadores de muy diversos bagajes y paladares, pero ser¨ªa faltar a la honestidad del oficio si un servidor ocultara que, a su entender, El erizo bien podr¨ªa ser firme opositora al t¨ªtulo de pel¨ªcula m¨¢s repugnante de la temporada.
EL ERIZO
Direcci¨®n: Mona Achache.
Int¨¦rpretes: Garance Le Guillermic, Josiane Balasko, Togo Igawa, Anne Brochet, Ariane Ascaride.
G¨¦nero: drama. Francia-Italia, 2009.
Duraci¨®n: 100 minutos.
Conviene aceptar que, quiz¨¢s en otras manos, la historia de esta ni?a repelente, que disecciona la esterilidad burguesa de su entorno c¨¢mara en mano, mientras planifica su futuro suicida y lanza cortes verbales al mundo adulto en forma de l¨²cidos epigramas, podr¨ªa haber dado mayores acicates para la n¨¢usea.
La puesta en escena de la directora no suma caligraf¨ªa kitsch a lo que ya viene tocado de f¨¢brica. La portera que acoraza su alma sensible con el disuasorio avinagramiento que, al parecer, su condici¨®n social y su filiaci¨®n profesional conllevan a ojos burgueses -y que atesora en su porter¨ªa algo parecido a una sucursal de la Biblioteca Nacional de Par¨ªs- y el anciano japon¨¦s m¨¢s perfecto que uno pueda imaginar -cocina delicados manjares como nadie y su lujoso piso incluye sala de proyecci¨®n con opci¨®n a Ozu- completan el improbable elenco de este vocacional cuento urbano con remate amargo y moraleja aliviadora.
Una pel¨ªcula que, probablemente, quisiera parecerse m¨¢s a Zazie en el metro (1960) que a Am¨¨lie, pero no lo consigue.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.