Una canci¨®n m¨¢s para el camino
EE UU celebra al inmortal letrista Johnny Mercer en su centenario
EE UU celebra el centenario de uno de sus hijos favoritos: John Herndon Mercer (1909-1976). Ha habido una avalancha de conciertos, libros, discos y un documental: Johnny Mercer: The dream's on me est¨¢ producido por Clint Eastwood, que ya dej¨® constancia de su admiraci¨®n por el letrista y empresario en Medianoche en el jard¨ªn del bien y del mal, pel¨ªcula que mostraba la peculiar fauna de Savannah, la ciudad de Georgia donde Mercer vino al mundo.
Sus cifras son asombrosas. En 66 a?os firm¨® -normalmente, s¨®lo como letrista- unas 1.500 canciones, ahora recopiladas en The complete lyrics of Johnny Mercer. M¨¢s de 100 fueron ¨¦xitos y tuvieron miles de versiones: Frank Sinatra recurri¨® constantemente a su repertorio. Puso fondo a buena parte del gran cine de Hollywood y particip¨® en centenares de pel¨ªculas. Comparti¨® cuatro oscars a la mejor canci¨®n, dos con melod¨ªas de Henry Mancini: D¨ªas de vino y rosas y la inmortal Moon river, de Desayuno con diamantes.
Esta ¨²ltima da idea de sus recursos. Part¨ªa de recuerdos n¨ªtidos -hubo un "r¨ªo de Luna" en su adolescencia- y disfrutaba jugando con las palabras: en Huckleberry friend un¨ªa una referencia al personaje de Mark Twain con una evocaci¨®n de la b¨²squeda de ar¨¢ndanos (huckleberries) por los bosques de Georgia. Ejerc¨ªa de caballero sure?o arquet¨ªpico cuando le apetec¨ªa y eso explica que encajara en las perezosas melod¨ªas de Hoagy Carmichael o en los blues de Harold Arlen.
Aunque trabaj¨® en Broadway, nunca desarroll¨® un musical redondo. Prefer¨ªa el rayo de inspiraci¨®n, que transformaba una melod¨ªa en una vivencia inolvidable. Colabor¨® con los grandes compositores de standard, pero tambi¨¦n con jazzmen (Benny Goodman, Woody Herman) o int¨¦rpretes (Fred Astaire, Bobby Darin). Puso letra a m¨²sicas como Laura, el tema de la pel¨ªcula de Otto Preminger, o Satin doll, de Duke Ellington. Mercer era un hijo de la jazz age, ese momento m¨¢gico en que los blancos se enamoraron de la cultura afroamericana. Qued¨® marcado por la prohibici¨®n del alcohol: no sab¨ªa beber y revent¨® muchas reuniones sociales. Escribi¨®, eso s¨ª, la m¨¢s melanc¨®lica de las canciones de bar: One for my baby (and one more for the road), inmortalizada porSinatra.
Conoc¨ªa el valor del dinero: se comprometi¨® -y cumpli¨®- a pagar las deudas de su padre, arruinado ignominiosamente. Ol¨ªa las oportunidades: consciente de la concentraci¨®n de talento en California, fund¨® Capitol Records en 1942, donde cab¨ªan tanto vocalistas country como artistas negros. Su sede, la famosa "tarta de bodas", es un edificio caracter¨ªstico de Los ?ngeles. En Capitol acumul¨® muchos ¨¦xitos como cantante, incluyendo cuatro n¨²meros uno. Su aportaci¨®n a la II Guerra Mundial fue The G.I. jive, que trataba la jerga militar como si fuera argot del jazz. Mientras creaba m¨²sica efervescente para aquellos tiempos crueles, viv¨ªa una atormentada relaci¨®n ad¨²ltera con Judy Garland, de la que quedan rastros en algunas canciones.
Con el tiempo, dej¨® de pretender ser un hipster y se reconoci¨® como hombre de la vieja escuela, igual que su tema I'm old fashioned. Sin embargo, un doble disco reeditado por Universal (Moon river) le presenta cantando versiones modernizadas de sus cl¨¢sicas en 1974. Poco despu¨¦s, un fan llamado Paul McCartney le ofreci¨® componer juntos, pero ya le hab¨ªan diagnosticado la enfermedad que acabar¨ªa con su vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.