"La Universidad debe tanto dinero que no se sabe de qui¨¦n es"
La sede central del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) en Valencia tiene algo de clandestino. Ocupa la segunda planta de un edificio tan alto como oculto entre la Glorieta y el puente de Calatrava. El despacho de su delegado, Jos¨¦ P¨ªo Beltr¨¢n, investigador de alto nivel y gestor cient¨ªfico curtido en muchas batallas, es m¨¢s bien sobrio, aunque siempre puede consolarse con las vistas. El CSIC tiene una decena de centros en territorio valenciano, la mayor¨ªa de ellos compartidos con las universidades.
P. ?Cu¨¢nto cae el presupuesto de los centros valencianos del CSIC? El Gobierno ha reducido su presupuesto global en torno al 14%.
R. S¨ª. Aqu¨ª es lo mismo. Lo que sucede es que cuando eso lo llevas a la parte del presupuesto del gasto corriente (descontando las n¨®minas y otros gastos inflexibles) se te planta en el 30%. Me parece muy grave. Sin embargo, creo que si esto nos lo hacen solamente esta vez, podremos navegar. Pero no podemos aguantar mucho m¨¢s. Hay otra perversi¨®n del sistema. Usted conoce la situaci¨®n de las universidades valencianas, que es tremenda, porque de alguna manera se les ha centrifugado la deuda de la Generalitat y yo ya me pregunto hoy d¨ªa qui¨¦n es el due?o de verdad de las universidades. Deben tanto dinero que no se sabe de qui¨¦n son.
"Nieto dec¨ªa que el 'monstruo' de la Universitat no le dejar¨ªa eclosionar"
"La ca¨ªda de los fondos del CSIC es contradictoria con el cambio de modelo"
P. ?De los bancos?
R. S¨ª, probablemente. A diferencia del sistema universitario, que depende de las autonom¨ªas, el CSIC, hasta este a?o, ha tenido prohibido endeudarse. Tenemos las cuentas absolutamente saneadas. Este a?o han combinado esta rebaja brutal en los presupuestos con la oferta de que si queremos nos permiten endeudarnos. Tenemos que intentar no hacer uso de ese instrumento, porque es el principio del fin. Una vez visto el camino que han seguido las universidades, no me gustar¨ªa para el CSIC.
P. ?A qu¨¦ afectar¨¢ el recorte?
R. Se cortar¨¢n por supuesto los gastos suntuarios, que en ciencia son pocos. Pero el impacto fuerte ser¨¢ en las inversiones, y es curioso porque son las que generan empleo. Y el efecto siempre afecta a la parte m¨¢s d¨¦bil, la gente joven. Tanto a aquella que podr¨ªa empezar gracias a una inversi¨®n nueva, como a los investigadores j¨®venes, que son el mayor activo que tenemos. Gente que estaba fuera y volvi¨® por la llamada de la primera legislatura del Gobierno socialista, donde hubo un aumento del presupuesto tremendo que record¨® al realizado en los ochenta, que fue un florecimiento. Pens¨¢bamos que est¨¢bamos en una segunda fase, debido al convencimiento expresado por [el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez] Zapatero de cambiar el modelo productivo.
P. ?No es contradictoria la rebaja con el cambio de modelo?
R. Absolutamente. La explicaci¨®n que nos da el Gobierno es que no disminuye, sino que se reduce la I grande [de Investigaci¨®n] y aumenta la i peque?a [de innovaci¨®n]. La i peque?a es dinero de mala calidad porque son cr¨¦ditos reembolsables. Y a m¨ª me sorprende de verdad que nuestra ministra, que ha tenido una formaci¨®n de cient¨ªfica b¨¢sica de excelencia, desde los primeros maestros que tuvo en Sevilla hasta su paso por el Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa, piense que ya tenemos bastante investigaci¨®n b¨¢sica. Es una cadena que no se deber¨ªa cortar. Aunque me parece muy bien fomentar la innovaci¨®n. Si hay una asignatura pendiente del sistema espa?ol de I+D+i es que lo que saben hacer muy bien los cient¨ªficos de excelencia, llegue a la sociedad. Algo falla en esa interfase. Quiero creer que la ministra piensa que est¨¢ tomando un atajo para conseguir resultados en ese camino.
P. La factura de potenciar la innovaci¨®n la paga la ciencia.
R. Eso es. Eso es lo que nunca debiera ser. Si congelaran el presupuesto para potenciar la innovaci¨®n, yo no estar¨ªa en contra. Pero hacerlo a costa de la disminuci¨®n no se entiende. La ¨²nica herramienta que le queda al Gobierno de Espa?a para hacer pol¨ªtica cient¨ªfica son los Organismos P¨²blicos de Investigaci¨®n, como el CSIC. Es una herramienta valios¨ªsima para el Gobierno central. Y para los gobiernos auton¨®micos tambi¨¦n: cada vez que el CSIC hace una operaci¨®n en la Comunidad Valenciana, trae inversiones de alta calidad, trae los cient¨ªficos, paga los sueldos... es un chollo.
P. El CSIC ir¨¢ con las dos universidades de Valencia a la convocatoria del Campus de Excelencia Internacional. ?Qu¨¦ se hizo mal la primera vez para tener que ir a la repesca?
R. No se hizo una cosa que era un mandato del ministerio [de Educaci¨®n]. No se present¨® un proyecto ¨²nico. Ahora bien, cuando uno habla con los actores, y en esto no tengo un conocimiento preciso, se encuentra con que quiz¨¢s no les dieron la informaci¨®n adecuada. Aparte de eso, hay una larga historia de competencia, en mi modesta opini¨®n, mal entendida. Y de esto s¨¦ bastante. Soy profesor en excedencia de la Universitat de Val¨¨ncia, me paga el CSIC y trabajo en la Polit¨¦cnica. En las dos universidades de Valencia ha habido una historia larga de desencuentros. Justificados en su d¨ªa por el ex rector [de la Polit¨¦cnica] Justo Nieto con el argumento de que si ¨¦l no se hubiera comportado as¨ª, el monstruo de la Universitat de Val¨¨ncia no le hubiera dejado eclosionar. El caso es que la ¨¦poca Nieto acab¨® afortunadamente en ese sentido, porque tambi¨¦n tuvo m¨¢s cosas. Y es el momento de que colaboren en lo que tienen que colaborar y compitan en lo que deban competir. Hay cancha para todo.
P. Y el CSIC va a jugar el papel de ¨¢rbitro.
R. Lo que yo he pretendido es decir: si est¨¢is re?idos y de alguna manera os cuesta trabajo decir que vais de la mano, yo os propongo ir los tres cogidos de la mano. Y tres cogidos de la mano no es lo mismo que dos cogidos de la mano. Lo que se consigue es, por primera vez en mucho tiempo, que los valencianos de Valencia, que las principales instituciones p¨²blicas de investigaci¨®n vayan juntas a algo que tiene trascendencia, m¨¢s por visibilidad que por dinero. Pero es un sello que puede ser una puerta a otro tipo de inversiones.
P. ?Son los campus de excelencia una f¨®rmula para crear un grupo de universidades de vanguardia en investigaci¨®n, mejor financiadas, y dejar a tantas universidades espa?olas como hay m¨¢s bien para la docencia?
R. Es un tema muy delicado. Todos los Gobiernos, de un color o de otro, han tendido a aumentar el n¨²mero de universidades. Eso ha tenido efectos positivos. Ha permitido acceder a muchas gentes que antes no pod¨ªan hacerlo. Pero a m¨ª el modelo no me gustaba. Creo que hubiera sido m¨¢s rentable seguir tener menos universidades y gastar el dinero en becar a los chicos y las chicas para ir a donde est¨¢n las universidades. Porque si el objetivo es que los j¨®venes no salgan de su pueblo, la hemos fastidiado. Ya tenemos el sistema, pero es indudable que habiendo 47 universidades p¨²blicas espa?olas, es imposible que sean excelentes en todo. Se est¨¢ tratando de que las universidades se diferencien unas de otras siendo excelentes en cosas concretas. El CEI no puede significar que vayamos a ser excelentes en todo. No podemos. Tenemos que decidir en qu¨¦.
Cultivos en el espacio
Al paso que van las cosas, no se puede descartar que los humanos tengan que emigrar del planeta. Y ya hay gente pensando en ello. Hace un par de a?os, Jos¨¦ P¨ªo Beltr¨¢n, adscrito al Instituto de Biolog¨ªa Molecular y Celular de Plantas (centro mixto de la Polit¨¦cnica de Valencia y el CSIC), investigaba para la Agencia Espacial Europea la mejor forma de cultivar a bordo de naves. Los experimentos se realizaron con Arabidopsis thaliana, una planta muy extendida considerada generalmente mala hierba. Buena parte de los (prometedores) resultados son extrapolables a otras especies, cuenta Beltr¨¢n.
El nuevo delegado valenciano del CSIC (organismo del que fue vicepresidente) est¨¢ ahora m¨¢s entusiasmado con las posibilidades que ofrece la naranja sanguina, una vieja conocida de las comarcas valencianas cuyo cultivo fue reduci¨¦ndose hasta la pr¨¢ctica marginalidad por un asunto est¨¦tico: su intenso color rojo. Una investigaci¨®n brit¨¢nica ha descubierto que posee importantes propiedades nutrac¨¦uticas (beneficiosas para la salud) en el terreno de las enfermedades cardiovasculares y quiz¨¢ tambi¨¦n de las tumorales, afirma. Y en Sicilia est¨¢n empezando a cultivarla.
"Si dependiera de m¨ª, extraer¨ªa esas propiedades de la sanguina y se las meter¨ªa a las naranjas que se cultivan aqu¨ª con tanto problema de rentabilidad. Es lo que se llama c¨ªtricos transg¨¦nicos; ahora tienen mala fama, pero veremos dentro de cuatro a?os". Se trata, a?ade, de una alternativa a la p¨¦rdida de grandes superficies de naranjos; "y es lo que tend¨ªan que hacer los pol¨ªticos, mirar m¨¢s all¨¢ del corto plazo".
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