La fiscal pide 2 a?os de c¨¢rcel a dos guardia civiles por torturas
Las diligencias recogen que le hicieron incluso bailar para burlarse de su origen
Carlos Palomo y Antonio Cano torturaron a un inmigrante cubano, le humillaron, le amenazaron con hacerle "mear sangre" porque supuestamente rob¨® una cartera en un centro comercial de Alboraia, seg¨²n el vigilante de seguridad del hipermercado. As¨ª lo considera la fiscal del caso, quien, en su escrito de acusaci¨®n solicita para los dos agentes del instituto armado dos a?os de c¨¢rcel y diez de inhabilitaci¨®n profesional. Para el vigilante de seguridad, al que considera c¨®mplice de los hechos, nueve meses de prisi¨®n y siete de inhabilitaci¨®n. Las torturas se conocieron por la vigilancia a la que estaba sometido Carlos Palomo, destinado en Tavernes Blanques (Valencia), por su supuesta vinculaci¨®n con una trama de narcotr¨¢fico y blanqueo de capitales, hechos por los que est¨¢ en prisi¨®n provisional en Castell¨®n. Otro guardia civil del mismo puesto declarar¨¢ como testigo, a ¨¦l le contaron lo ocurrido, aunque no hizo nada al respecto.
Los agentes le amenazaron con meterle la porra por el culo
Le pegaron y pidieron que no llorara o lo seguir¨ªan haciendo
Carlos Palomo, el cabo de la Guardia Civil de Tavernes Blanques, "abri¨® la puerta trasera donde se encontraba el detenido y comenz¨® a golpearle con la porra al tiempo que le humillaba dici¨¦ndole que era una mujer o una maricona y le amedrentaba con darle una paliza que le har¨ªa mear sangre". As¨ª relata la fiscal lo ocurrido el 26 de enero de 2008. Dice m¨¢s. Cuenta que el otro guardia "le golpeaba y le dec¨ªa que dejara de llorar o le pegar¨ªa una paliza, que si quer¨ªa otra somanta, llam¨¢ndole payaso y mentiroso de mierda e insisti¨¦ndole para que respondiera dici¨¦ndole que no mintiera o le meter¨ªan la porra por el culo y se la sacar¨ªan por la garganta". Y relata tambi¨¦n que "mientras instru¨ªan el correspondiente atestado por la falta de hurto, ya en dependencias de la Guardia Civil, los acusados Antonio Cano Godoy y Carlos Augusto Palomo continuaron golpeando y humillando al testigo [el inmigrante cubano], al que llegaron a obligar a bailar salsa, dado su origen cubano".
El juicio a¨²n no tiene fecha. La v¨ªctima acudir¨¢ como testigo protegido, as¨ª est¨¢ considerado en la causa. Y los acusados se enfrentan a penas por delito de torturas, no de lesiones, porque no se han podido acreditar a pesar de que las grabaciones recogen todos los detalles de lo ocurrido el 26 de enero de 2008, sobre las 13.30.
Cano y Palomo acudieron al centro comercial de Alboraia alertados por la llamada de un vigilante de seguridad que aseguraba tener retenido a un individuo que pod¨ªa haber intervenido en el robo al descuido de una cartera. Lo hicieron con un coche sin distintivos. Sobre ese veh¨ªculo, por orden judicial, exist¨ªa una vigilancia enmarcada en una investigaci¨®n por narcotr¨¢fico. Por eso la Guardia Civil conoci¨® los hechos y tuvo que esperar a intervenir sobre ellos a que finalizaran las pesquisas por tr¨¢fico de drogas.
Cuando llegaron al hipermercado, los agentes montaron al inmigrante cubano en la parte de atr¨¢s, junto al vigilante jurado. Iniciaron la marcha, pero no se dirigieron al puesto de Tavernes. No. Fueron a un lugar apartado, pr¨®ximo a un barranco aunque con casas a la distancia suficiente para que en un determinado momento de la agresi¨®n uno de ellos advirtiera la conveniencia de abandonar el lugar. En las grabaciones, al inmigrante cubano se le oye llorar, se escuchan sus ruegos para que paren de pegarle, son n¨ªtidos sus quejidos como aullidos al recibir los golpes. Nunca denunci¨® porque tem¨ªa por su vida.
Palomo, uno de los dos guardias civiles implicados, est¨¢ en prisi¨®n desde hace m¨¢s de un a?o por su participaci¨®n en una red de tr¨¢fico de coca¨ªna a trav¨¦s del puerto de Valencia. La organizaci¨®n podr¨ªa haber introducido m¨¢s de 600 kilos procedentes de Suram¨¦rica. Ya est¨¢ procesado y en espera de juicio. ?l, junto a otro guardia civil del mismo puesto, est¨¢n acusados de un delito contra la salud p¨²blica y de asociaci¨®n il¨ªcita, ya que concurre la agravante de notoria importancia (por la cantidad de droga), y tenencia il¨ªcita de armas.
La detenci¨®n se produjo cuando la banda se dispon¨ªa a descargar un contenedor en el puerto. Los agentes cobraban de los cabecillas, a los que facilitaban informaci¨®n y log¨ªstica para actuar con toda impunidad y burlar la vigilancia policial.
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