Jos¨¦ Mar¨ªa Bravo Fern¨¢ndez, el ¨²ltimo gran 'as' de la Rep¨²blica
La intensa y apasionante vida de Jos¨¦ Mar¨ªa Bravo lleg¨® a su fin el 26 de diciembre. Atr¨¢s quedan 92 a?os llenos de p¨¢rrafos para la historia. Cuando en 1936 se desencaden¨® la Guerra Civil, su brillante preparaci¨®n cultural, vinculada a la Instituci¨®n Libre de Ense?anza que le permiti¨® cursar un a?o en Alemania, su incipiente carrera como ingeniero y su experiencia como piloto de vuelo sin motor, avocaron a Jos¨¦ Mar¨ªa a presentarse como voluntario para las futuras Fuerzas A¨¦reas de la Rep¨²blica Espa?ola.
Aceptada su solicitud, fue enviado a la Uni¨®n Sovi¨¦tica para tomar parte en el primer curso de formaci¨®n de pilotos de combate. Tras seis intensos meses de instrucci¨®n en Kirovabad, regres¨® a Espa?a como sargento piloto de caza especialista en Polikarpov I16 Mosca. Su habilidad a los mandos de este avi¨®n, su indudable carisma y dotes de mando pronto le hicieron sobresalir de entre el resto de sus compa?eros. Los r¨¢pidos ascensos a teniente (11 de marzo de 1938) y capit¨¢n (31 de mayo del mismo a?o) hablan por s¨ª solos de la capacidad de Bravo para la lucha en el aire.
Ya al frente de la 3? Escuadrilla de Moscas, particip¨® en las batallas de Levante y Ebro, jefatura que dej¨® para ocupar la subjefatura del Grupo 21 de Caza de las Fuerzas A¨¦reas de la Rep¨²blica. Contaba con tan s¨®lo 22 a?os y ya era responsable de la unidad a¨¦rea m¨¢s poderosa de la aviaci¨®n leal. La imparable ofensiva franquista en Catalu?a empuj¨® a las exhaustas tropas republicanas hasta la frontera francesa en febrero de 1939. Bravo ingres¨® as¨ª en los campos de concentraci¨®n de Arg¨¨les sur Mer y Gurs, donde pas¨® cuatro meses de penurias. La Guerra Civil hab¨ªa terminado para ¨¦l. Sus victorias a¨¦reas se elevaron hasta 23.
El destino le volvi¨® a llevar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, donde retom¨® sus estudios de ingenier¨ªa en la escuela de Kharkov, Ucrania. All¨ª le sorprendi¨®, en junio de 1941, la invasi¨®n alemana.
Piloto en tierra
Ante la imposibilidad de ingresar en la fuerza a¨¦rea, Bravo, junto a un contingente de refugiados espa?oles, ingres¨® en una unidad guerrillera, con la que luch¨® en la retaguardia alemana en operaciones de sabotaje nocturno en la regi¨®n del Mar de Azov. Jos¨¦ Mar¨ªa dec¨ªa de esta ¨¦poca: "Yo, que me hice piloto para no tener que andar, me vi teniendo que caminar noche tras noche, entre enemigos, y con nieve hasta las rodillas".
Esta situaci¨®n cambiar¨ªa cuando, a mediados de 1942 se admiti¨® en la Aviaci¨®n Sovi¨¦tica a un grupo de pilotos republicanos. Destinado a defensa antia¨¦rea, su misi¨®n consisti¨® en impedir los ataques a los campos petrol¨ªferos de la regi¨®n de Bak¨². Como dato curioso, fue el jefe de la unidad que escolt¨® a Stalin a la conferencia de Teher¨¢n.
Finalizada la II Guerra Mundial, y ya como teniente coronel, Bravo fue desmovilizado en 1948. Tras 12 a?os de contiendas, ingres¨® como profesor en el Instituto de Idiomas de Mosc¨², del que llegar¨ªa a ser decano. En 1960 regres¨® a Espa?a.
En sus ¨²ltimos a?os, el coronel Bravo (el Gobierno espa?ol le reconoci¨® dicho grado) desarroll¨® una actividad fren¨¦tica: miembro muy activo de la Asociaci¨®n de Aviadores de la Rep¨²blica (ADAR), apoy¨® y ayud¨® a la b¨²squeda de financiaci¨®n para la adquisici¨®n de un I-16 por parte de la Fundaci¨®n Infante de Orle¨¢ns, escribi¨® sus memorias en El Seis Doble y acud¨ªa a cuantas citas aeron¨¢uticas le permit¨ªa su edad. En marzo de 2005, y en compa?¨ªa del piloto Yago Alonso, volvi¨® a volar en un avi¨®n de origen ruso e incluso hizo alguna acrobacia.
Hombre sabio, a¨²n fiel a los ideales del joven as que fue, supo olvidar rencores pasados y reconocer en cualquier piloto a un amigo. Su casa y su coraz¨®n se abr¨ªan de par en par a todos aquellos, que como ¨¦l hac¨ªa, amasen la aviaci¨®n.
Con ¨¦l se va el ¨²ltimo de los grandes representantes de una ¨¦poca en la que se volaba a cabina descubierta y casco de cuero.
Javier Marquerie es periodista.
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