Andreu
Andreu Buenafuente fue capaz de hacer llorar a Rafael Azcona, que era tan t¨ªmido. Andreu le llev¨® a su programa, entonces en Antena 3; antes lo invit¨® a comer ("un arrocito", ¨¦l siempre dice "un arrocito"; se lo dijo a Alejandro Amen¨¢bar en la entrevista que han repetido ahora en La Sexta) en la Barceloneta; estuvieron ah¨ª con Juan Cueto, almorzando el arrocito, y luego se fueron al plat¨® el guionista y su entrevistador. Azcona hab¨ªa publicado por entonces uno de sus libros, El repelente ni?o Vicente, y Buenafuente lo quiso tener en su programa. Azcona cont¨® un mill¨®n de an¨¦cdotas de su relaci¨®n con la vida, y al final Andreu simul¨® la inauguraci¨®n de una plaza, descorri¨® una cortinilla y ah¨ª apareci¨® el r¨®tulo, en el plat¨®: "Plaza Rafael Azcona". El autor de Estrafalario no pudo contenerse y el hombre t¨ªmido de Logro?o solt¨® una l¨¢grima, pudo verse. Por ese gesto s¨®lo habr¨ªa que querer, tambi¨¦n, a Andreu. Pero por muchas de sus ocurrencias, adem¨¢s, habr¨ªa que admirarlo como hemos admirado a Rafael Azcona, a Groucho Marx, a Miguel Mihura, a Buster Keaton, a Martes y Trece o a Tip y Coll, cada uno en su sitio. Ahora han repetido en La Sexta (entre las recuperaciones navide?as) el sketch que ¨¦l y Berto Romero hicieron llamando una noche al Vaticano. ?se es un momento televisivo extraordinario, que parte de los materiales que utilizaba Gila para alcanzar cotas de un humor que a la vez que corroe la madera de la solemnidad deja inc¨®lume el respeto por, dig¨¢moslo as¨ª, el adversario, el objeto de la pulla. Los dos colegas (Berto es cada vez m¨¢s mejor c¨®mplice, un Coll de Tip, o viceversa, o un Mihura de Tono, y viceversa, o un Berlanga de Azcona) dibujaron en ese falso coloquio con un (?falso?) telefonista del Vaticano algunos de los hallazgos a los que los ha conducido una relaci¨®n cada vez m¨¢s fruct¨ªfera. Este episodio ocurri¨® despu¨¦s de la entrevista de Buenafuente a Amen¨¢bar, hecha cuando ¨¦ste estrenaba ?gora. La recuperaci¨®n permite volver sobre una de las sutiles habilidades del humorista que entrevista: el que est¨¢ delante no es un mu?eco con el que hacer gracias. De la entrevista uno sale sabiendo m¨¢s y del sketch seguro que Azcona hubiera salido llorando de risa.
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