Obama toma las riendas de la crisis yemen¨ª
Washington coordina con el Gobierno de San¨¢ una ofensiva militar contra Al Qaeda - El presidente es partidario de que EE UU s¨®lo participe en operaciones especiales
Estados Unidos ha comenzado a coordinar con las autoridades de Yemen una escalada de acciones militares para frenar el desarrollo de Al Qaeda en ese pa¨ªs y, si es posible, descabezar la organizaci¨®n. El primer golpe de esta nueva campa?a fue asestado ayer por las fuerzas yemen¨ªes contra varios dirigentes del grupo terrorista, dos de los cuales resultaron muertos. Otras opciones y prioridades de la guerra contra el terrorismo ser¨¢n discutidas hoy en Washington por el presidente Barack Obama con los responsables de las principales agencias de seguridad e inteligencia.
"Vemos repercusiones mundiales en la guerra de Yemen y en los planes de Al Qaeda de usar Yemen como base para ataques terroristas lejos de esa regi¨®n", declar¨® ayer la secretaria de Estado, Hillary Clinton. "Al Qaeda en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga representa una seria amenaza y vamos a tomar medidas contundentes contra ella. Ya han atacado a nuestra embajada y ahora est¨¢ claro que quieren trasladar esos ataques a nuestro propio pa¨ªs", ha advertido el principal asesor de asuntos terroristas de la Casa Blanca, John Brennan.
EE UU quiere elevar la colaboraci¨®n en espionaje y la ayuda militar
El prop¨®sito de la Administraci¨®n norteamericana, seg¨²n han explicado diversas fuentes oficiales, es el de agudizar la presi¨®n sobre la rama de Al Qaeda en Yemen sin dar excusas al radicalismo isl¨¢mico para incrementar su campa?a de propaganda contra Occidente. Es decir, Estados Unidos pretende aumentar su colaboraci¨®n con el Gobierno yemen¨ª y su contribuci¨®n a la campa?a militar, tanto en t¨¦rminos de informaci¨®n como de recursos b¨¦licos, sin aparecer directamente involucrada en los combates.
Esa estrategia fue debatida el s¨¢bado pasado en San¨¢, la capital yemen¨ª, por el jefe militar norteamericano en Oriente Pr¨®ximo, general David Petraeus, con el presidente de ese pa¨ªs, Al¨ª Abdullah Saleh. ?sta era la tercera vez desde que ocupa su cargo, hace 14 meses, que Petraeus visitaba ese pa¨ªs. A diferencia de las anteriores, Yemen est¨¢ ahora en el foco de la atenci¨®n p¨²blica y existe una mayor urgencia por conseguir resultados inmediatos. Ayer se apreci¨® un considerable refuerzo de la vigilancia en San¨¢, donde Francia y otros pa¨ªses se sumaron a la decisi¨®n norteamericana y brit¨¢nica de cerrar sus embajadas, mientras que otras redujeron su actividad por miedo a un atentado terrorista.
Tratando de tomar la iniciativa, el Ej¨¦rcito yemen¨ª atac¨® ayer a l¨ªderes terroristas en la ciudad de Arhab, la misma en la que el 17 de diciembre bombarde¨®, con apoyo norteamericano, una reuni¨®n en la que participaban los supuestos m¨¢ximos dirigentes de Al Qaeda en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga. El blanco del ataque en esta ocasi¨®n fue Nazih al Hanq, uno de los cerebros del grupo, quien al parecer consigui¨® escapar, aunque dos de sus colaboradores murieron.
Es muy posible que este tipo de acciones se multipliquen y se hagan m¨¢s visibles y eficaces en las pr¨®ximas semanas, pero para ello es necesario una mayor implicaci¨®n de Estados Unidos, que encuentra en Yemen una buena oportunidad de hacer da?o a Al Qaeda, pero tambi¨¦n se enfrenta al riesgo de un nuevo frente de guerra con inciertas perspectivas.
Por un lado, Yemen es un pa¨ªs con un Gobierno razonablemente estable que controla un territorio con fronteras relativamente impermeables. A diferencia de Afganist¨¢n, este pa¨ªs del sur de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga parece el lugar ideal para ensayar la estrategia de atacar a Al Qaeda sin necesidad de comprometerse en un largo y costoso despliegue de tropas.
Al mismo tiempo, Yemen hace frente a m¨²ltiples problemas pol¨ªticos -una rebeli¨®n en el norte, un movimiento separatista en el sur, la mayor tasa de pobreza del mundo ¨¢rabe- que hasta ahora han distra¨ªdo la atenci¨®n de las autoridades locales y que lo hace potencialmente explosivo ante cualquier eventualidad.
Uno de los riesgos es, precisamente, que la actuaci¨®n de Estados Unidos debilite al Gobierno yemen¨ª. La proliferaci¨®n de los ataques a Al Qaeda probablemente significar¨¢ el aumento tambi¨¦n de esas fotograf¨ªas con ni?os y mujeres muertos que tan ¨²tiles resultan para la expansi¨®n de la causa yihadista en Internet.
Obama tiene que calibrar una respuesta considerando esos riesgos y atendiendo tambi¨¦n a la presi¨®n interna para actuar de forma convincente ante las nuevas amenazas. Obama ya mencion¨® el mes pasado en su discurso en West Point a Yemen y Somalia como dos de los pa¨ªses en los que Al Qaeda ser¨ªa perseguida por el Ej¨¦rcito norteamericano. Una guerra del modelo de la que se contempla en Yemen, limitada, en la sombra y sin despliegue masivo de fuerzas de combate, se ajusta mucho m¨¢s que Afganist¨¢n al estilo que Obama quiere imponer en la lucha contra el terrorismo.
La Administraci¨®n va a solicitar este a?o al Congreso 170 millones de d¨®lares de ayuda militar para Yemen, un aumento considerable sobre los 67 millones de 2009, y va a redoblar la actividad de las fuerzas especiales y servicios de inteligencia que actualmente operan all¨ª. "El Gobierno va a hacer todo lo que est¨¦ a su alcance para que estos individuos (los responsables del atentado frustrado del d¨ªa de Navidad) paguen por lo que han hecho, ya sea en Yemen o en cualquier otro lugar", asegur¨® Brennan en declaraciones a la prensa este fin de semana.
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