A vuelta con las descargas
El asunto de las descargas ilegales de Internet parece un culebr¨®n pol¨ªtico de los que cada cierto tiempo tanto ¨¦xito cosechan en nuestro pa¨ªs. Apenas hab¨ªa ocupado su silla de ministra de Cultura cuando la cineasta ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde fue puesta en la picota por manifestarse a favor de introducir barreras a las descargas de archivos (canciones, pel¨ªculas, videojuegos) protegidos por los derechos de autor.
Las aguas volvieron a su cauce cuando los pol¨ªticos prefirieron ocuparse de otros asuntos menos envenenados. Hasta que lleg¨® diciembre y el Gobierno, presionado por una industria cultural que se desangra a la velocidad creciente de la banda ancha, volvi¨® a la carga contra las descargas introduciendo en la Ley de Econom¨ªa Sostenible la creaci¨®n de una Comisi¨®n de Propiedad Intelectual con, aparentemente, competencias para cerrar p¨¢ginas dedicadas a facilitar descargas, un negocio que debe ser lucrativo, dado que han proliferado por todo el mundo.
La comunidad internauta, un colectivo de dif¨ªcil identificaci¨®n pero capaz de montar campa?as ruidosas en la Red, fue la que clam¨® contra Gonz¨¢lez-Sinde y la que puso el grito en el cielo contra el proyecto. Cerrar p¨¢ginas web sin autorizaci¨®n judicial, clamaron con raz¨®n, es una intolerable intromisi¨®n en la vida privada y las comunicaciones. As¨ª que el presidente del Gobierno sali¨® a calmar los ¨¢nimos: "No se va a cerrar ninguna p¨¢gina web ni ning¨²n blog", anunci¨® ante la perplejidad de muchos, dado que es una pr¨¢ctica habitual contra p¨¢ginas de pornograf¨ªa infantil, por ejemplo.
Ahora, el Gobierno rectifica. Se cerrar¨¢n p¨¢ginas. Lo har¨¢n los jueces como medida cautelar. No era tan dif¨ªcil dar con la f¨®rmula desde el principio. ?Pero termina aqu¨ª el culebr¨®n? La potente industria cultural de EE UU se mantiene a la expectativa. Espa?a no tiene, como Suecia, un Partido Pirata con ¨¦xito, pero es la campeona de la pirater¨ªa. A lo mejor dejar¨ªa de serlo si hubiera menos contradicciones, normas claras, m¨¢s p¨¢ginas de descargas legales y un mercado m¨¢s flexible que permita comprar en la Red las obras m¨¢s recientes y exitosas.
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