Catalu?a mengua en la Bolsa
Agbar aprueba este martes salir del mercado y Mecalux podr¨ªa imitarla en breve - Las acciones de La Seda y Dogi siguen suspendidas por su crisis
Los accionistas de Aguas de Barcelona (Agbar) han sido convocados por la compa?¨ªa para el pr¨®ximo martes a una junta extraordinaria para aprobar la salida del grupo del parqu¨¦ burs¨¢til. La exclusi¨®n del mercado es una consecuencia del acuerdo por el que La Caixa ha comprado la aseguradora Adeslas a cambio de ceder al grupo franc¨¦s Suez un mayor control, de hasta el 85%, en Agbar.
Agbar ha sido una de las compa?¨ªas cotizadas de peso con sede en Catalu?a. Y no abundan. La mayor¨ªa han tenido y tienen detr¨¢s a La Caixa: es el caso del conglomerado Criteria, del gestor de infraestructuras Abertis, de la energ¨¦tica Gas Natural e incluso de la inmobiliaria Colonial, que de rebote, por la crisis, ha vuelto a darle a la caja capacidad de maniobra. S¨®lo el Banco Sabadell y el grupo sanitario Grifols -y si consideramos el factor sede como el ¨²nico para identificar el origen de la empresa, tambi¨¦n FCC- ponen el sello catal¨¢n en el ¨ªndice m¨¢s selectivo de la Bolsa, al margen de los pesos pesados de La Caixa, el Ibex 35, acaparado por ex monopolios privatizados anclados en Madrid. La pr¨®xima salida de Agbar se suma al confesado tanteo del grupo familiar catal¨¢n Mecalux de abandonar tambi¨¦n el mercado continuo, aunque la decisi¨®n no ha sido tomada.
La Bolsa obliga a una transparencia que choca con el perfil de la empresa local
La crisis ha frenado todas las salidas y resta liquidez a muchos valores
S¨®lo nueve empresas catalanas se han lanzado al parqu¨¦ desde 1999
Otro de los valores en Bolsa, la textil Dogi, del Maresme, mantiene la cotizaci¨®n suspendida desde hace meses, tras la presentaci¨®n del concurso de acreedores. Dogi batalla por su supervivencia como empresa. Y el grupo La Seda tampoco cotiza, mientras intenta buscar financiaci¨®n que le d¨¦ perspectivas de viabilidad. Hace cuatro a?os, la cementera catalana Uniland dej¨® de cotizar como tal tras ser adquirida por Cementos Portland.
Aunque se trate de circunstancias del todo incomparables, los movimientos accionariales, la escasa liquidez y los zarpazos de la crisis van a reducir la presencia catalana en la Bolsa, despu¨¦s de que en la antesala de la debacle, en 2006 y 2007, siete empresas parecieran querer enterrar la tradicional aversi¨®n catalana a la Bolsa. S¨®lo dos lo hab¨ªan hecho desde 1999, lo que eleva a nueve las que se han atrevido a dar el salto en le ¨²ltima d¨¦cada. Vueling, Grifols, Renta Corporaci¨®n, Almirall, Criteria, Fluidra y Fersa se lanzaron al parqu¨¦ y pusieron sede en Barcelona a un 32% de las 22 salidas a Bolsa acaecidas en Espa?a en esos dos a?os.
En 2008 y 2009, con la crisis, nadie se atrevi¨® dejar el valor de sus acciones en un mercado, aunque hay grandes esperanzas depositadas en el mercado alternativo burs¨¢til que en 2008 se puso en marcha para captar a empresas m¨¢s peque?as, las pymes, con proyectos de crecimiento. Pero por ahora s¨®lo dos compa?¨ªas no catalanzas, Zinkia (Pocoy¨®) e Imaginarium, han dado el paso, aunque hay pymes catalanas que exploran la idea. "En Catalu?a siguen existiendo muchas grandes empresas que podr¨ªan salir a Bolsa, al margen del momento malo de crisis actual, y prefieren no hacerlo, no les interesa", reflexiona el consultor financiero de GVC-GAESCO Joan Prat, en alusi¨®n a aut¨¦nticas multinacionales como Roca, Mango, Agrolimen, Planeta y Celsa.
Una empresa sale a Bolsa, en esencia, cuando a un robusto plan de crecimiento no le basta la autofinanciaci¨®n o lo que pueda sacar llamando a la puerta de la banca y necesita gasolina de nuevos inversores. "Adem¨¢s de la financiaci¨®n, la Bolsa tiene ventajas adicionales, como dar a conocer a la empresa, algo que pueden ir a buscar empresas como Jazztel. Hay algo de mercadotecnia gratuita, pero eso no vale para todos. Depende del modelo de gesti¨®n. Es cierto que el empresario catal¨¢n tiende a ser discreto y prefiere entend¨¦rselas con sus socios y clientes sin p¨²blico", a?ade Prat.
La clave de ese reparo es el temor a la p¨¦rdida de independencia. Incluso en empresas cotizadas como Almirall -o en mercado secundario, Cementos Molins- la familia due?a sigue teniendo porcentajes de control muy por encima del 50%. "Ese miedo es una limitaci¨®n, pero eso ocurre no s¨®lo en Catalu?a. De ah¨ª que el capital flotante (que cambia de manos fuera de los accionistas estables de referencia) en la empresa espa?ola no suela ser muy elevado", comenta el profesor de la escuela de negocios EADA Rafael Sambola. Pero a?ade: "Es cierto que el empresario aqu¨ª ha tendido a ser conservador y ha practicado m¨¢s la autofinanciaci¨®n y, ¨²ltimamente, el endeudamiento". La tradici¨®n del perfil bajo choca de frente con la transparencia que exige la Bolsa, que obliga a destripar la informaci¨®n trimestralmente.
La analista senior de Riva y Garc¨ªa Montse Rius niega de plano que exista "aversi¨®n catalana" a la Bolsa y subraya que excluir de ella a una empresa o sacarla a cotizar "es una decisi¨®n corporativa estrat¨¦gica" que se estudia caso por caso: puede optar por salir del mercado si la liquidez es muy peque?a o si la valoraci¨®n est¨¢ndar que realiza el empresario sobre su compa?¨ªa arroja un resultado muy superior al valor de la cotizaci¨®n, por ejemplo. Como ha decidido Bodegas Paternina este diciembre.
"La empresa catalana supo aprovechar el momento de euforia que hubo por las salidas a Bolsa en 2006 y 2007", recuerda Rius. Tras esa euforia, la presencia catalan en el Ibex qued¨® en un 14% de los valores del Ibex y en un 18% del mercado continuo. Ahora, la merma no es espec¨ªfica de ninguna parte. "Todo est¨¢ parado", enfatiza.
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