Viejos conocidos
Abri¨® la temporada de invierno una agrupaci¨®n que dej¨® en su d¨ªa mucha huella en el Palau: el Cuarteto Brodsky, con sus lejanas -pero muy recordadas- integrales de Shostak¨®vich y Schubert (1996 y 1997, respectivamente). Estaba entonces como primer viol¨ªn Michael Thomas, a quien sustituy¨®, primero, Andrew Haveron (1999), y, luego, Daniel Rowland (2007). Siendo este un gran violinista, resulta perceptible, sin embargo, su menor cohesi¨®n con los otros miembros, cuyo empaste es un fruto madurado ya por el tiempo. El estilo de Rowland es m¨¢s juvenil, m¨¢s arrebatado, menos intimista, m¨¢s incisivo. Y la gestualidad algo aparatosa, llegando a molestar un punto los reiterados golpes con el pie.
Con todo, la primera parte fue, en conjunto, formidable. El Concertino de Stravinski permiti¨® al primer viol¨ªn lucir su virtuosismo, ya que tiene fragmentos claramente concertantes. En esta pieza, el Brodsky altern¨®, como corresponde, el vigor con el misterio. Despu¨¦s, en el primero de los Rasumovski, el sugerente tema inicial fue circulando entre los cuatro int¨¦rpretes con una alada naturalidad: parec¨ªa que pasaba de unos a otros gr¨¢cilmente, casi volando, como si nada pudiera obstaculizar su camino. Brillaron no s¨®lo los extremos del arco sonoro (primer viol¨ªn y violonchelo), sino tambi¨¦n las voces intermedias: ?qu¨¦ bonita la l¨ªnea del segundo viol¨ªn, en manos de Ian Belton, y de la viola (Paul Cassidy)! El segundo y tercer movimiento se tocaron con un fraseo cautivador y un cuidadoso sonido, mientras que el ¨²ltimo -quiz¨¢s al amparo del tono folcl¨®rico que Beethoven introduce con el tema ruso- result¨® un poquito m¨¢s chill¨®n.
Tras el descanso, de nuevo Stravinski: las Tres piezas para cuarteto de cuerda. Y, tambi¨¦n de nuevo, escuchamos a un Brodsky magn¨ªfico, sobre todo en el estremecedor C¨¢ntico, que parec¨ªa evocar alg¨²n secreto ancestral. Los arcos, jugando all¨ª con los arm¨®nicos, extrajeron de las cuerdas variadas y tenues sonoridades. Tchaikovski no tuvo tanta suerte. Discurso y sonido se percibieron menos elaborados, y la afinaci¨®n no fue tan firme. Pero el p¨²blico premi¨® el conjunto de la actuaci¨®n con much¨ªsimos aplausos, que arrancaron, de regalo, un bis de Shostak¨®vich, la especialidad de la casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.