Cuando la distorsi¨®n es arte
Una exposici¨®n recorre 25 a?os de creaci¨®n alternativa a trav¨¦s de Sonic Youth
Kim Gordon, bajista, guitarrista y cantante del legendario grupo indie Sonic Youth, no siente especial nostalgia por el Nueva York de principios de los ochenta, cuando la banda explot¨® con la escena downtown de Manhattan, all¨¢ donde la ciudad perdi¨® el nombre en una sucia sinfon¨ªa de arte, punk rock y decaimiento urbano. "La sentir¨ªa por un lugar bonito como California, no por aquel gris agujero de mierda", exclama la madrina de la naci¨®n alternativa con una de esas sonrisas suyas que, y la frase es del artista Raymond Pettibon, "te hacen sentir como un mill¨®n de pavos".
El caso es que esto no es California, pero lo intenta. Butlins es un resort tur¨ªstico para hooligans y familias desestructuradas, donde los bungal¨®s se suceden en calles llamadas Muelle del Atardecer o Paseo de los Cocoteros. Un par de veces al a?o, en temporada baj¨ªsima, este Malib¨² de cart¨®n piedra sirve de sede al festival All Tomorrows Parties en Minehead, lluviosa localidad de la costa occidental inglesa. Y tan improbable escenario fue escogido recientemente por la banda para explicar las razones de Sensational fix: Sonic Youth, etc..., ambiciosa muestra que llegar¨¢ en febrero al Centro de Arte Dos de Mayo en M¨®stoles.
Kim Gordon: "No se toman en serio tu trabajo cuando eres una cantante"
La exposici¨®n no es s¨®lo el t¨ªpico recorrido por la historia de una banda que enfila su trig¨¦simo aniversario de rock ruidista, guitarras desafinadas en Re y la inconfundible suma de voces de Gordon y los guitarristas Lee Ranaldo y Thuston Moore, uno de esos tipos que al dar la mano miran su propia mano. La clave est¨¢ en el etc¨¦tera del t¨ªtulo, que trata de retratar las circunstancias art¨ªsticas de un grupo que se mantiene milagrosamente inalterable desde el principio, no s¨®lo en su formaci¨®n (Steve Shelley, bater¨ªa, completa el cuarteto primigenio) sino sobre todo en su apuesta por la creaci¨®n contempor¨¢nea.
En el caso de Sonic Youth la etiqueta art rock trasciende al clich¨¦. "Nos consideramos antes que nada artistas", explicar¨¢ poco antes del concierto Lee Ranaldo, sentado en el sof¨¢ de escay de la caba?a contigua a la que comparten Gordon y Thurston Moore, uno de los matrimonios m¨¢s estables del rock. "Hacemos m¨²sica con un ojo puesto en la alta cultura. Jugamos con los conceptos, con la clase de emociones que surgen de la experiencia intelectual".
Su historia de ¨¦xito transcurre pareja a la de la escena que los alumbr¨® y dio a conocer a algunos de los nombres m¨¢s interesantes del ¨²ltimo cuarto de siglo. Pesos de pesada cotizaci¨®n como Richard Prince, Tony Oursler, Mike Kelley o Dan Graham (todos, viejos amigos de la banda), forman parte de la n¨®mina de 120 artistas presentes en una muestra que tambi¨¦n trata sobre la amistad y fue armada por Roland Groenenboom, comisario holand¨¦s. "Muy pocos tienen el poder de Sonic Youth para lograr que artistas de esa talla presten obra", hab¨ªa explicado Groenenboom en el trayecto en coche que separa, por el lado equivocado de la carretera, el aeropuerto de Bristol del festival.
Un 20% de lo expuesto lo aportan los miembros del grupo entre obras propias y ajenas atesoradas a lo largo de los a?os. Hay fotograf¨ªas de Richard Kern e instalaciones de Christian Marclay junto a collages del compulsivo coleccionista Thurston Moore, instalaciones de Lee Ranaldo y acuarelas de Kim Gordon. Del mismo modo democr¨¢tico en que la banda funciona como una suma de individualidades que resulta mejor junta que por separado, sus miembros siempre han mantenido una identidad art¨ªstica aparte, como en una cuadrilla de superh¨¦roes. "No es f¨¢cil que tomen en serio tu trabajo cuando eres una cantante famosa", lamenta Gordon. "Creo que soy un mejor artista que m¨²sico. ?se es mi problema". O quiz¨¢ lo sea la imposibilidad objetiva de destacar en dos disciplinas. Ni siquiera Michael Jordan pudo triunfar en el b¨¦isbol. "Es evidente que vienen a tus exposiciones porque conocen tu m¨²sica", a?ade Ranaldo. "Aunque quiero creer que la creatividad surge independientemente del medio".
Como el hijo de alguien importante que renuncia a sus influencias por orgullo, la banda nunca ha empleado su proyecci¨®n en beneficio propio. Es costumbre que las portadas de Sonic Youth corran a cargo de grandes del arte contempor¨¢neo. De Gerhard Richter (la fotograf¨ªa del esencial Daydream nation) a Raymond Pettibon (esos dibujos sin colorear del ¨¢lbum Goo). El h¨¢bito ha hecho de sus discos un lugar de exposici¨®n privilegiado para artistas de medio mundo.
Acaso por esa raz¨®n, la muestra es un alarde de la influencia y el prestigio de Sonic Youth. "Lo que nos interes¨® es que retrata la faceta m¨¢s underground del arte de los ochenta, que se ha convertido con el tiempo en la m¨¢s relevante", opinar¨¢ despu¨¦s Ferran Vanderbilt, director del Dos de Mayo, en un restaurante de M¨®stoles, destino final de una itinerancia que ha recalado en Francia, Italia, Suecia y Alemania.
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