Los pa¨ªses industriales env¨ªan a India 50.000 toneladas de residuos cada a?o
En Saki Naka, una barriada en las afueras de Mumbai, los ni?os juegan con martillos. Con ellos recuperan imanes en las monta?as de desechos que crecen en Teen Number Khadi (Bah¨ªa N¨²mero 3). "El 95% del reciclaje se hace en barrios pobres de los extrarradios de Delhi, Mumbai o Bangalore [la capital tecnol¨®gica de India]. Se trabaja sin medidas de seguridad, sin guantes ni mascarillas", se?ala el activista de Greenpeace.
El reciclaje no oficial genera s¨®lo en Delhi 286 millones de euros. Los beneficios salen de la reventa de piezas de metal, incluso oro, de los ordenadores viejos, placas base y chips.
En Toxics Link, una ONG con sede en la capital india, lo corroboran. "Cerca de 30.000 personas trabajan en el reciclaje no oficial y en la capital lo hacen unas 5.000". Sobra mano de obra y para sobrevivir se hace lo que sea, sobre todo cuando se pertenece a castas o religiones marginadas, como los musulmanes del vertedero de Kurla, en las afueras de Mumbai.
"Muchos menores trabajan en el negocio. Dicen que son adultos, pero no pasan de los 12 a?os. Unos pocos van al colegio y cuando terminan trabajan en el taller con sus padres". Lo cuenta Sophie Gerrard, fot¨®grafa brit¨¢nica que recorri¨® el pa¨ªs durante tres meses en 2006. Sus im¨¢genes por los barrios de Koridalia (Bangalore), Nueva Delhi (Mandoli, Anup Vihar) y Mumbai (Kurla) hablan de contaminaci¨®n, trabajo infantil, ¨¢cidos y desechos mal almacenados en lugares insalubres.
Las monta?as crecen imparables. La basura electr¨®nica es la que aumenta a mayor velocidad. India exporta m¨®viles, ordenadores y software a espuertas; en 2008 el sector inform¨¢tico gener¨® el 35% de las exportaciones del pa¨ªs, pero se las devuelven con creces.
"Los pa¨ªses desarrollados, sobre todo Estados Unidos y el Reino Unido, env¨ªan a India su basura", apuntan desde Greenpeace India. Cada a?o se mandan m¨¢s de 50.000 toneladas. Una parte llega camuflada. "Algunas organizaciones no gubernamentales o caritativas env¨ªan ordenadores, teclados o CPU como donaciones", afirma Kumar.
Seg¨²n Greenpeace, los ordenadores cruzan la frontera sin problemas. "La definici¨®n de equipo electr¨®nico de segunda mano es bastante ambigua. En la aduana no saben c¨®mo identificar ese comercio ilegal y por tanto no lo frenan", explica Kumar, de Greenpeace. Sin embargo, India firm¨® en 1990 el Convenio de Basilea sobre control de los movimientos transfronterizos de residuos peligrosos y su eliminaci¨®n.
"En 2006 pedimos a los fabricantes de ordenadores y m¨®viles que retiraran los pl¨¢sticos peligrosos de sus productos. Muchos se comprometieron, pero otros no". Otra soluci¨®n, seg¨²n Kumar, es que los fabricantes se comprometan a reciclar ellos mismos sus productos. Una costumbre extendida y regulada en Jap¨®n (Sony recicla el 53% de sus productos en el pa¨ªs, cinco veces m¨¢s que la media mundial). Pero India se enfrenta a un problema cultural: "Aqu¨ª lo normal es conservar una televisi¨®n m¨¢s de veinte a?os... s¨®lo nos deshacemos de nuestros productos cuando nos pagan algo a cambio", argumenta Kumar.
Reciclaje legal
La otra cara de la moneda tiene nombres como Empa, E-Parisara o Ash Recyclers, empresas oficiales indias que cumplen las normativas, no importan basura tecnol¨®gica y se forran. Sims Metal Management, con sede en Chennai (antigua Madras), es una de ellas. "La primera vez que o¨ª el termino e-waste fue hace cinco a?os. En 2007 la empresa
[con oficinas en 130 localidades de cuatro continentes] abri¨® una sucursal en India. El mercado era grande", explica Sanjay Saxena, vicepresidente de la compa?¨ªa. Saxena asegura que su empresa, con 37 trabajadores, no importa desechos.
Syed Hussain dirige Ash Recyclers, una f¨¢brica de reciclaje de basura electr¨®nica con sede en Bangalore. "En 1995 me di cuenta de que los ordenadores supon¨ªan un problema. Los sistemas inform¨¢ticos, los monitores y las impresoras caducaban cada d¨ªa m¨¢s r¨¢pido". Hussain empez¨® a trabajar como chatarrero en 1981. Sobre la responsabilidad medioambiental de su empresa, responde tajante: "Somos una compa?¨ªa sostenible, con conciencia ecol¨®gica. Cumplimos los est¨¢ndares mundiales en la gesti¨®n el y reciclaje de basura electr¨®nica. Seguimos la directiva europea WEEE sobre reducci¨®n, reutilizaci¨®n y reciclaje".
Thasina Khanum lleva 15 a?os trabajando para Ash Recyclers. "Superviso el trabajo de un equipo de mujeres. Separan la basura, la empaquetan y la apilan", describe esta trabajadora nacida en Bangalore.
Asegura Hussain que son pocas las compa?¨ªas que cumplen la normativa. Las empresas del sector han elaborado un borrador sobre el manejo adecuado de la basura electr¨®nica y han enviado el documento al Ministerio de Medio Ambiente, pero en este pa¨ªs de contrastes la tecnolog¨ªa avanza a la velocidad de la luz, y las decisiones, a la de los elefantes.
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