Pl¨¢cido Domingo multiplica su leyenda en Nueva York

Pl¨¢cido Domingo ha estrenado la d¨¦cada multiplic¨¢ndose por dos en el Metropolitan Opera de Nueva York. Ensaya de once de la ma?ana a seis de la tarde. A las ocho sube al escenario o baja al foso. Depende del d¨ªa. A pesar de ser el tenor en activo m¨¢s famoso y reverenciado, Pl¨¢cido ha optado en este nuevo a?o por rizar el rizo ante su querido p¨²blico neoyorquino. El divo se desdobla en director de orquesta y bar¨ªtono en dos producciones.

El tit¨¢n oper¨ªstico, que hoy celebra su 69 cumplea?os, derrocha la energ¨ªa de un muchacho y encuentra en Verdi a su mejor aliado. Al fin y al cabo, con este compositor arranc¨® su carrera en Monterrey en 1961, cuando interpret¨® el papel de Alfredo en La Traviata. Casi cinco d¨¦cadas despu¨¦s, la primera semana de enero de 2010 debut¨® como director de la orquesta del Metropolitan con una producci¨®n, Stiffelio, del compositor italiano. Se trata de una de sus obras menos conocidas, un drama sobre la infidelidad de la esposa de un pastor protestante en cuya primera puesta en escena en Nueva York en 1993 Pl¨¢cido actu¨® como tenor.

El divo se desdobla en director de orquesta y bar¨ªtono en dos producciones

El divo nunca se ha amilanado ante los retos y este mes mide su trabajo en la batuta con el de dos reconocidos maestros: James Levine y Riccardo Mutti. El primero de ellos dirige Simon Boccanegra, la ¨®pera con la que Domingo se presenta por vez primera como bar¨ªtono ante el p¨²blico neoyorquino. La cerrada ovaci¨®n que recibi¨® en el estreno el pasado lunes demostr¨® que el idilio de esta ciudad con ¨¦l no pertenece al pasado. "El hurac¨¢n Pl¨¢cido sopla por la ciudad", anuncia The New York Times. Su cr¨ªtica subraya la frescura que aporta a las notas a pesar de que la coloratura de su voz sigue siendo la de un tenor. "Ha sido mi sue?o durante a?os. Siempre pens¨¦ que al final de mi carrera me gustar¨ªa hacer de Boccanegra. Simplemente ha llegado antes de lo que pensaba, porque evidentemente ¨¦ste no es mi ¨²ltimo papel", explica en las notas del programa.

Por si todo fuera poco, el tenor compagina su trabajo en el escenario y el foso con la direcci¨®n de la National Opera de Washington y la ?pera de Los ?ngeles. Las dificultades econ¨®micas que atraviesan estas dos instituciones han arrojado algunas dudas sobre su capacidad para abarcar tanto. Sus detractores son cr¨ªticos, pero lo hacen desde el anonimato. Alegan que no quieren ofender a un artista tan querido y poderoso.