Empresa y derechos humanos
El discurso de los derechos humanos ha irrumpido en el mundo de la empresa desde hace a?os, pero especialmente desde que en 2003 las Naciones Unidas aprobaran unas Normas sobre las responsabilidades de las empresas transnacionales y otras empresas en la esfera de los derechos humanos, y desde que en 2005 la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU solicitara el nombramiento de un Representante Especial para estos temas. La resoluci¨®n fue aprobada con el voto de 49 pa¨ªses, entre 53, y con la oposici¨®n de Estados Unidos, y en agosto de 2005 John Ruggie fue elegido para ese cargo. ?Por qu¨¦ era imprescindible abrir un ¨¢mbito expl¨ªcito de reflexi¨®n y acci¨®n sobre derechos humanos en el mundo empresarial?
Un nuevo marco normativo mundial se centra en tres pilares: "Proteger, respetar, remediar"
El recuerdo de cat¨¢strofes como la de Union Carbide en Bhopal (India) en 1984, al producirse un escape de una sustancia t¨®xica, que caus¨® la muerte de miles de personas y la enfermedad de casi 200.000, las condiciones de explotaci¨®n en que trabajan gentes en f¨¢bricas y plantaciones en distintos lugares del mundo, las consecuencias de las patentes farmac¨¦uticas en las muertes por sida y otras enfermedades, la restricci¨®n de libertades, como las de expresi¨®n o asociaci¨®n, en pa¨ªses del Sur, todo este conjunto de violaciones palmarias, ayuda a encontrar una respuesta.
Ante situaciones como ¨¦stas no basta con que las empresas asuman voluntariamente su responsabilidad corporativa y hagan un triple balance econ¨®mico, social y medioambiental. Es necesario que respeten esos derechos que son cartas de triunfo, ante las que se debe anular cualquier otra jugada, y que lo hagan como una obligaci¨®n de justicia b¨¢sica, no como una opci¨®n voluntaria.
Ciertamente, en 1999 el anterior Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, invit¨® a las empresas a sumarse a un Pacto Mundial para fomentar buenas pr¨¢cticas en el terreno de derechos humanos, laborales, medioambientales y en la lucha contra la corrupci¨®n. Pero no basta con eso, menos todav¨ªa en un mundo globalizado, cuando en una gran cantidad de pa¨ªses del Sur existen enormes vac¨ªos legales, que impiden defender a sus habitantes frente a actividades inhumanas de algunas empresas aut¨®ctonas, pero tambi¨¦n transnacionales. Por eso se hizo necesario ir m¨¢s all¨¢ del Pacto Mundial y de la Responsabilidad Social Empresarial, hacia algo tan b¨¢sico como el ¨¢mbito referido a Empresa y Derechos humanos.
En este sentido, Ruggie recomienda promover un nuevo marco normativo internacional, centrado en tres pilares: el deber estatal de proteger los derechos humanos, la obligaci¨®n empresarial de respetarlos, y la promoci¨®n de mecanismos para reparar las violaciones. "Proteger, respetar, remediar" es el nuevo mantra, que han de asumir Estados y empresas de cualquier dimensi¨®n y grado de complejidad, pero especialmente las transnacionales, porque no s¨®lo los individuos son responsables de sus actuaciones, lo son tambi¨¦n las organizaciones, algunas de las cuales tienen un enorme poder. Y a mayor poder, mayor responsabilidad.
Es urgente entonces integrar el respeto por los derechos humanos en el n¨²cleo duro de la empresa, identificar los aspectos de la actividad empresarial que afectan a derechos b¨¢sicos, dise?ar pr¨¢cticas de respeto, adoptar indicadores para evaluarlas y someterse al control de auditor¨ªas internas y externas. Todo ello compone un ¨ºthos, un car¨¢cter de la empresa, que tiene que ser asumido desde dentro.
Est¨¢n en juego derechos de las tres generaciones, desde el derecho a la vida, en casos como el de Bhopal, la fabricaci¨®n y el comercio de armas, las patentes, el precio de los alimentos y tantos otros, pasando por la libre expresi¨®n de quejas, la libre asociaci¨®n, la no discriminaci¨®n, el salario digno para mantener una familia, la no explotaci¨®n infantil ni de adultos o la seguridad, hasta el derecho al desarrollo. Imposible ser¨¢ avanzar en los siempre aplazados Objetivos de Desarrollo del Milenio, si no se suman las empresas.
A d¨ªa de hoy, el asunto est¨¢ en la calle. Por poner un ejemplo, las fundaciones Carolina y F¨°rum Universal de les Cultures han organizado un debate sobre ello, con la presencia de Mary Robinson, Presidenta de Iniciativa por una Globalizaci¨®n ?tica, en el marco de la Presidencia Espa?ola de la Uni¨®n Europea. Dos desaf¨ªos, ante todo, se ponen sobre la mesa: las empresas, como cualquier organizaci¨®n humana, est¨¢n obligadas a respetar los derechos humanos, a no da?ar; pero tambi¨¦n pueden promover su protecci¨®n dentro de su ¨¢rea de influencia, pueden s¨ª apoyar su protecci¨®n positivamente.
Las empresas pueden ayudar a romper el c¨ªrculo vicioso de las violaciones que se instala en pa¨ªses con lagunas legislativas y gubernamentales, y dar comienzo al c¨ªrculo virtuoso de las buenas pr¨¢cticas. Como bien ha dicho Sen, una empresa ¨¦tica es un bien p¨²blico, del que se beneficia la sociedad en su conjunto. Pero tambi¨¦n pueden tratar de influir en el gobierno y en la sociedad para que se genere y se ponga en vigor una legislaci¨®n acorde con los derechos humanos. Proteger no es s¨®lo tarea de los Estados, a la empresa ciudadana cabe tambi¨¦n la tarea de promover la protecci¨®n, teniendo en cuenta que hoy la ciudadan¨ªa no puede ser sino, a la vez, local y cosmopolita.
Adela Cortina es catedr¨¢tica de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia y directora de la Fundaci¨®n ?TNOR.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.